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Elon Musk se ríe de sí mismo y fía sus rarezas al Asperger

  • El CEO de Tesla revela que padece este trastorno que afecta a sus capacidades sociales
Elon Musk, CEO de Tesla. Foto: Getty
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La redención de Elon Musk, el fundador de SpaceX y el consejero delegado de Tesla, no llegó en forma de tuit o alguna declaración bizarra instigada por algún amistoso entrevistador bajo la influencia del cannabis.

Lo hizo en forma de monólogo, con el multimillonario enfundado en un atuendo que bien pudo encontrar en el fondo de armario del dictador norcoreano Kim Jong-un o en el vestidor de Dr. Evil, el pérfido villano de la saga de Austin Powers. Coincidencia, o no, Mike Myers, el actor que dio vida a este personaje, también se curtió entre las bambalinas del mítico programa de televisión Saturday Night Live (SNL).

Y fue precisamente en el estudio 8H del número 30 de Rockefeller Plaza, donde Musk decidió confesarse, en vivo y en directo, ante una audiencia de casi cinco millones de personas. Con la Comisión de Mercados y Valores de EEUU en vilo, seguramente diseccionando cada una de sus palabras en busca de desatinos, y los ciegos feligreses del dogecoin encomiándose a la suerte, Musk soltó una de sus primeras bombas: "¡Conduzco un Prius!".

Esta broma, como las referencias a O. J. Simpson, aterrizaron a mandíbula batiente entre los presentes para el deleite de Lorne Michaels, el mandamás del show, quien desde su palco privado vindicó una vez más su decisión de poner el programa en manos de un invitado polémico. Si en esta ocasión se desafió la capacidad humorística de Musk, en noviembre de 2015 también se objetó que fuera el por entonces candidato presidencial, Donald Trump, quien ocupase la tarima.

Pero antes de probar su (cuestionada) capacidad para la comedia, bien encarnando a un médico a disposición de un grupo de muchachos de la Generación Z, un enamorado realizador de un programa para influencers islandés o el potencial asesino de Súper Mario, Musk hizo del humor y la sátira el escenario perfecto para desembuchar el porqué de sus rarezas al mundo.

"En realidad estoy haciendo historia esta noche como la primera persona con Asperger en presentar SNL, o al menos la primera en admitirlo", dijo después de explicar que en muchas ocasiones su monótona entonación le obliga a tener que apostillar sus declaraciones con un "lo digo en serio".

Como un mortal más, la segunda persona más rica del planeta con una fortuna aproximada de 184.000 millones de dólares, desveló un trastorno neurobiológico que se distingue del autismo clásico por la ausencia de retrasos en el lenguaje. Un desorden que, sin embargo, también afecta a Dan Aykroyd, quien ya presentó el programa en 2003.

Puntualizaciones a un lado y no sin falta de esfuerzo por intentar arrancar el mayor número de sonrisas posible, Musk bromeó con su capacidad para emular a las emociones humanas antes de entonar un velado mea culpa. "A cualquiera que haya ofendido, solo quiero decirle que he reinventado los coches eléctricos y que estoy enviando a la gente a Marte en un cohete... ¿Creíais que también iba a ser un tipo tranquilo y normal?", espetó.

Supo reírse de sí mismo al señalar, por ejemplo, que la pronunciación del nombre de su primogénito con la cantante Grimes, X Æ A-Xii i, básicamente se reduce a "gato corriendo por el teclado".

La madre de Musk, Maye, quien a sus 73 años ha desafiado con sus campañas publicitarias a aquellos que dan por muerta la carrera de una modelo más allá de la veintena, también acompañó a su retoño en el escenario.

Curiosamente fue Maye la primera en hacer mención al dogecoin, la criptodivisa creada en 2013 como parte de una broma y que sufrió en sus carnes (mejor dicho en su cotización) el salero de los Musk. Si la matriarca dejó caer que esperaba que su regalo por el día de la madre (celebrado el pasado domingo en EEUU) no tomase forma de la susodicha divisa digital, posteriormente su churumbel fue el encargado de calificar este activo como "un chanchullo".

Una referencia que debió hacer poca gracia a los que confían en esta criptodivisa. Su precio subió hasta 74 centavos a primera hora del sábado antes de la aparición de Musk aupado por el deseo entre los inversores de que podría llegar a cruzar el dólar por primera vez en su historia. Sin embargo, osciló entre 49 y 69 centavos durante la mayor parte de la emisión, según CoinDesk.

Cuando el programa terminó, dogecoin cotizaba en torno a los 52 centavos, lo que situaba su valor de mercado en unos 72.000 millones de dólares, es decir, más que la capitalización total de Kraft Heinz, pero sin esquivar un descalabro importante. Durante la sesión del lunes, la criptodivisa se movía en los 50 centavos mientras los títulos de Tesla caían hasta un 4%. Quizás una señal más de que los cameos de Musk tanto en la pequeña como en la gran pantalla deben ceñirse a un repertorio de artista invitado, tal y como lo hizo en Los Simpson, South Park o Iron Man 2, y no al de protagonista.

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