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¿Hacia dónde van los mercados? UBS describe tres narrativas para después del coronavirus

  • Se discute si la economía volverá al 'perfil bajo' de la última década
Imagen: Dreamstime

La crisis derivada del estallido del coronavirus ha impactado en una economía acostumbrada al perfil bajo durante años: bajo crecimiento, baja inflación y bajos tipos. Ahora, a medida que avanza la vacunación en todo el mundo y se perfila una recuperación dominada por los cambios en las agendas de política fiscal, los inversores se preguntan si la economía volverá por sus fueros a ese discreto perfil de la última década o habrá un cambio de paradigma.

Todo está aún por dirimir. La vacunación sigue su curso, pero es difícil avanzar plazos exactos de nueva normalidad. La inflación es un horizonte más o menos claro, pero el debate entre los economistas sobre si será algo puntual o algo permanente sufre un giro cada día. La renta variable, tras una extraordinaria segunda parte de 2020, está protagonizando un 2021 con vaivenes que multiplica las previsiones de futuro ampliando la brecha entre alcistas y bajistas.

Ante esta incertidumbre, los expertos de UBS ofrecen tres narrativas o escenarios para los mercados de cara a los próximos años en función de con qué secuelas vaya saliendo el mundo y la economía de la peor pandemia en un siglo.

Escenario 1: más de lo mismo

En el primer escenario dibujado por los analistas, la narrativa post-pandémica es simplemente una continuación del perfil bajo del que se viene. Antes de la pandemia, este régimen había demostrado ser notablemente difícil de romper. "La inflación no ha logrado superar el 2% de forma sostenible, a pesar de más de una década de política monetaria flexible", ponen de manifiesto desde UBS.

La consecuencia directa de este clima económico sería, como ya ha ocurrido en la última década, un mayor rendimiento de los valores de crecimiento en relación con los de valor. Entre marzo de 2009 y febrero de 2020, el Nasdaq, orientado al crecimiento, superó al índice S&P 500 en un 273%, y el índice Russell Growth superó al Russell Value en un 227%.

En cuanto a la renta fija, desde el banco helvético ven probable que los inversores busquen un rendimiento adicional aumentando la duración y asumiendo un riesgo crediticio de menor calidad. Respecto a las divisas, estiman que el dólar se beneficiaría de esta coyuntura, ya que "sería menos probable que la Reserva Federal recurriese a los tipos negativos desplegados por otras naciones".

Analistas como Patrick Artus, de Natixis, ven plausible este escenario argumentando que una vez pasado el repunte inicial, el crecimiento se moderará. Entre los factores que cita para que no haya unos años 'desbocados' están que los hogares y las empresas se comportarán con cautela y mantendrán sus ahorros por precaución y que la digitalización de la economía no está conduciendo a un aumento de la productividad o del empleo en toda la economía. "El único ingrediente probable es la euforia en los mercados financieros, sentencia Artus.

Escenario 2: a toda potencia

Aunque el descrito régimen del lower for longer (más bajo por más tiempo) ha demostrado ser difícil de batir y el consenso, como Natixis, prevé que puede regresar en 2023 tras un breve estallido de crecimiento, el halo optimista ha cuajado en algunos análisis dando pie a una reedición de los conocidos como "felices", "locos" o "rugientes" años 20 del siglo XX.

Las buenas perspectivas en torno a la reapertura de la economía ha hecho trazar paralelismos con lo ocurrido tras la pandemia de gripe de 1918-20 y la I Guerra Mundial. Cuando se habla de revivir esos 'locos 20' se habla de un escenario en el que el crecimiento, la inflación y los tipos de interés aumenten de forma sostenible y el consumo batirá récords. "Habrá mucha ostentación cuando la gente empiece a socializar", pronostica Swetha Ramachandran, gestora del fondo GAM Luxury Brands Equity.

En lo que concierne al inversor, en UBS consideran que "unas tasas de crecimiento e inflación más elevadas serían probablemente un entorno positivo para la renta variable, pero negativo para la renta fija". Dentro de la renta variable, los expertos del banco señalan al sector financiero como uno de los más beneficiados, "ya que los tipos más altos y las curvas de rendimiento más pronunciadas mejoran la rentabilidad".

Asimismo, sostienen, "los valores de energía y materiales se beneficiarían del aumento de la demanda de materias primas", mientras que "los valores de crecimiento tendrían un rendimiento inferior, dado el aumento de los tipos de descuento"

En cuanto a la renta fija, suscriben, "los rendimientos de los bonos de mayor calificación serían probablemente negativos, ya que el mayor crecimiento del PIB y la inflación hacen subir los rendimientos". Pese a ello, aclaran, "algunos segmentos de crédito de menor calificación podrían beneficiarse de un entorno de mayor crecimiento y menor morosidad, compensando el impacto negativo de los mayores rendimientos sin riesgo".

En lo tocante a los mercados de divisas, los analistas ven este escenario análogo al de los cinco años anteriores a la crisis financiera mundial, cuando había una gran demanda en el carry trade, especialmente en las divisas de los mercados emergentes. Esto no sería bueno para el dólar.

Escenario 3: visos de estanflación

En el tercer escenario esbozado por los analistas del banco suizo, el crecimiento es fuerte al continuar por la senda del elevado estímulo monetario y fiscal. Pero en lugar de lograr otros 'locos 20' como desean los responsables políticos, la economía se sobrecalienta en exceso y la inflación resulta más persistente de lo esperado. En este escenario de incipiente estanflación, remarcan desde UBS, "se esperaría que la Fed se viera obligada a impulsar una subida significativa de los tipos de interés, lo que daría lugar a un crecimiento mucho menor o incluso a una recesión".

La narrativa expuesta probablemente sería negativa tanto para las acciones como para los bonos, "al menos hasta que quede claro que los tipos de interés más altos están conteniendo con éxito la inflación", precisan desde la entidad. Revisando la historia, las tasas de inflación más elevadas han ido acompañadas de un descenso de la renta variable estadounidense. Por añadidura, la inflación probablemente perjudicaría más a los valores de crecimiento que a los de valor.

Atendiendo a la renta fija, los Títulos del Tesoro Protegidos contra la Inflación (TIPS) y los pagarés de tipo variable serían los beneficiados, mientras que en las materias primas se buscaría el oro como cobertura contra la inflación, creen los expertos.

Tampoco sería el escenario soñado para el dólar. "El empinamiento de la curva de rendimiento y el aumento de la inflación resultarían probablemente negativos para el dólar estadounidense, hasta que el mercado se convenciera de que la política de la Reserva Federal tenía la situación bajo control", remachan los economistas de UBS.

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