
Estados Unidos recomendó este martes detener temporalmente la administración de la vacuna contra el Covid-19 de Janssen (Johnson & Johnson) para investigar potenciales coágulos de sangre. Una situación que impactará en la campaña de vacunación europea, pero no descarrilará el proceso a este lado del Atlántico, donde ya se han inoculado 190 millones de dosis y el 22,3% de la población está completamente vacunada.
La reacción inicial del mercado americano a la noticia llegó a borrar hasta 200 puntos en los futuros del Dow Jones, pero conforme avanzó la sesión, los inversores se mostraron confiados de que esta situación no tendrá repercusiones en el proceso de inmunización estadounidense.
En una declaración conjunta, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) dieron a conocer este martes que investigan la aparición de coágulos inusuales en seis mujeres registrados entre seis y 13 días después de recibir la vacuna de Janssen.
Los coágulos se produjeron en las venas que drenan la sangre del cerebro y se produjeron junto con un nivel bajo de plaquetas. Los seis casos se dieron en mujeres de entre 18 y 48 años. Una murió y otra se encuentra en condición crítica. El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC se reunirá el miércoles para analizar los casos y la FDA también ha iniciado una investigación sobre la causa de los coágulos y el bajo recuento de plaquetas.
"Hasta que se complete ese proceso, recomendamos una pausa en el uso de esta vacuna por precaución", señalaron en un comunicado conjunto la doctora Anne Schuchat, subdirectora de los CDC, y el doctor Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA.
"Aún no se ha establecido una relación causal clara entre estos raros acontecimientos y la vacuna Covid-19 de Janssen"
De esta forma, los canales de distribución federales, incluidos los centros de vacunación masiva, suspendieron el uso de la vacuna al igual que los Estados y otros proveedores. Se espera que esta situación pueda resolverse "en cuestión de días", según señalaron funcionarios de los CDC. Johnson & Johnson, cuyas acciones cayeron el martes más de un 2%, indicó en un comunicado que estaba al tanto de "eventos tromboembólicos", o coágulos de sangre, pero que no había establecido ninguna relación con su vacuna.
"Somos conscientes de que se han notificado acontecimientos tromboembólicos, incluidos aquellos con trombocitopenia, con las vacunas Covid-19", dijo la farmacéutica en un comunicado. "En la actualidad, no se ha establecido una relación causal clara entre estos raros acontecimientos y la vacuna Covid-19 de Janssen", aclaró.
Las autoridades sanitarias estadounidenses advirtieron a los médicos de que no utilicen un tratamiento típico para los coágulos, el anticoagulante heparina. "En este contexto, la administración de heparina puede ser peligrosa y es necesario administrar tratamientos alternativos", aclararon. Los seis casos registrados parecen ser similares al inusual de trastorno de la coagulación que, según las autoridades europeas, está posiblemente relacionado con la vacuna de AstraZeneca.
No obstante, es importante recordar que la Administración del presidente de EEUU, Joe Biden, se ha asegurado un total de 600 millones de dosis de Pfizer y Moderna, suficientes para vacunar a 300 millones de estadounidenses, es decir, toda su población adulta (alrededor de 255 millones de personas).
Eso sí, alrededor de 200 millones de dosis, 100 millones de Moderna y otros 100 millones de Pfizer/BioNTech, no se entregarán hasta finales de julio. Dicho esto, desde el Departamento de Salud y Servicios Humanos del país se insistió en que el suministro de vacunas en EEUU es abundante.
Problemas de fabricación del antígeno
La vacuna de Janssen solo supone un pequeño porcentaje de las dosis administradas en EEUU, ya que la compañía ha sufrido contratiempos en su producción, como el registrado en una planta de un contratista en Baltimore.
La semana pasada, la farmacéutica se hizo cargo de dichas instalaciones para aumentar la producción con la esperanza de cumplir su compromiso con el Gobierno estadounidense de suministrar unos 100 millones de dosis para finales de mayo.
Cabe recordar cómo el pasado octubre J&J interrumpió el estudio de su vacuna después de que uno de los receptores del antígeno registrase una trombosis del seno transversal que provocó una hemorragia cerebral, pero se determinó que no había relación.