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Los analistas piden a la Fed que se 'mantenga alerta' y compre más bonos del Tesoro y menos hipotecas

  • La gran emisión de deuda requiere de una mayor intervención, opinan
Jerome Powell, presidente de la Fed. Foto: Alamy.

Con el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal reunido para debatir los próximos movimientos del banco central estadounidense, los analistas ponen deberes a los miembros de la institución. El mayor miedo de los economistas es que la Fed retire los estímulos monetarios antes de tiempo por miedo a un sobrecalentamiento de la economía y acabe frenándola más de la cuenta. Por eso, sus recomendaciones son que el banco se 'mantenga alerta' y, en vez de recortar su programa de compras de activos, lo reequilibre: más bonos del Tesoro y menos hipotecas.

Desde que comenzó la crisis del coronavirus, hace un año, la Fed redujo los tipos de interés al 0% y aumentó su programa de compras de activos a 120.000 millones de dólares mensuales. Con las vacunas abriendo la puerta al fin de la crisis, y el histórico estímulo de 1,9 billones de dólares aprobado por el nuevo Gobierno de Joe Biden, las previsiones muestran que la economía de EEUU va camino de terminar el año por encima incluso de lo que se preveía hace un año, antes de que el covid-19 trastocara todos los planes. Con este escenario, no sería sorprendente si el banco central decidiera cortar el grifo de liquidez.

Sin embargo, los analistas creen que la solución no es terminar el programa de compras, sino redirigirlo. "Una opción para la Fed es 'cambiar' algunas compras de hipotecas a 'Treasuries'", dijeron los analistas de BofA Global. La demanda de nuevas hipotecas se está reduciendo, ante el fuerte aumento de los precios de la vivienda, y el hecho de que su emisión es menos rentable, dado que los tipos de interés están en el subsuelo, como prácticamente todo tipo de bonos y préstamos. En este caso, las hipotecas a 30 años cuestan un 3% anual, tras llegar a tocar mínimos históricos en el 2,65% en enero.

Por el contrario, la emisión que sí se está disparando es la de bonos del Tesoro. La combinación entre las rebajas de impuestos aprobadas por Donald Trump en 2017 y los numerosos paquetes de estímulo aprobados en este año, que superan los 3 billones de dólares, han empujado la deuda a niveles históricos. "La presencia de la Fed en este mercado puede no ser lo suficientemente grande debido al gran aumento de la oferta de bonos y a los miedos de los inversores a una subida de tipos", dijo BofA. En este año, el coste de los bonos a 10 años ha aumentado en 70 puntos básicos y ya supera el 1,6%.

Hipotecas más seguras

En este momento, la Fed tiene 4,9 billones de dólares en 'Treasuries' y otros 2,1 billones en hipotecas. El riesgo de que estas últimas quiebren es mucho menor que antes de la crisis de 2008, gracias en parte a los requisitos más duros para firmar contratos hipotecarios, por lo que sus tipos de interés han llegado a caer a niveles negativos. El efecto es que, para muchos inversores, comprar bonos es más rentable que hipotecas, lo que reduce la liquidez de los bancos para este segmento y empuja a una espiral negativa.

Tanto BofA como Brean Capital creen que reducir la compra de hipotecas titulizadas por parte de la Fed tiene sentido si las compras de vivienda siguen frenándose y los tipos de interés siguen aumentando lentamente. "Las compras de hipotecas pronto supondrán un porcentaje mucho mayor de la producción total, y mientras el Gobierno emitirá muchos más bonos del Tesoro y allí hará falta más apoyo de la Fed", dicen desde Brean.

Por ahora, las miradas están puestas en la reunión del Comité Federal del banco central y en lo que puedan anunciar este miércoles sobre sus previsiones de inflación y de tipos de interés a medio plazo. Pero en el circo de múltiples pistas que supone gestionar la estabilidad financiera de EEUU, todos los cambios que puedan anunciar importan.

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