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Powell y la Fed se aferran a su política monetaria dado que la inflación es todavía "suave"

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El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha asegurado en su testimonio ante el Comité Bancario del Senado que la inflación y el empleo se mantienen todavía muy por debajo de los objetivos del banco central de Estados Unidos, justificando así la necesidad de continuar con una política monetaria ultraacomodaticia.

De hecho, a pesar del fuerte aumento este año en los rendimientos de los bonos que acompaña a una mayor preocupación por la inflación, Powell ha insistido en que las presiones de los precios siguen siendo en su mayor parte "suaves" y las perspectivas económicas "muy inciertas".

"La economía está muy lejos de nuestros objetivos de empleo e inflación y es probable que se necesite algún tiempo para lograr nuevos avances sustanciales", aseguró el presidente de la Fed antes de enfrentarse a las preguntas de los senadores.

Como ya ha hecho en el pasado, Powell reiteró que el banco central está "comprometido" a utilizar todas las herramientas disponibles para apoyar la economía y ayudar así a garantizar que la recuperación de este difícil período sea lo más sólida posible.

Sin embargo, en sus declaraciones el guardián que vela por el pleno empleo y la estabilidad de los precios no hizo mención a la preocupación más acuciante del mercado. En lo que llevamos de 2021, el incremento de los rendimientos de la deuda pública de mayor duración ha recuperado niveles no vistos desde antes de la pandemia. Así, el rendimiento bono a 30 años, por ejemplo, ha subido más de medio punto porcentual y el rendimiento del Treasury a 10 años ha subido 44 puntos básicos.

Aún así, Powell ha recalcado que la pandemia "también ha dejado una huella significativa en la inflación" y que, en general, no es una amenaza para la economía.

"Tras los grandes descensos iniciales, los precios al consumo repuntaron parcialmente durante el resto del año pasado. Sin embargo, para algunos de los sectores que se han visto más afectados por la pandemia, los precios siguen siendo especialmente suaves", aclaró. "En general, en base a los últimos 12 meses, la inflación sigue estando por debajo de nuestro objetivo a largo plazo del 2%", añadió.

Desde el comienzo de la pandemia, la Reserva Federal ha mantenido los tipos de interés entre el 0% y el 0,25% y engordado su balance en más de 3 billones de dólares, hasta un total de 7,5 billones de dólares.

En la actualidad, el banco central de EEUU absorbe mensualmente 120.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas (80.000 millones y 40.000 millones de dólares respectivamente). Si la Fed mantiene su ritmo de compras intacto podría sumará otros 1,4 billones de dólares a su balance este año (7% del PIB).

Todo ello se añade a la serie de programas de préstamo y liquidez implementados para luchar contra la crisis económica derivada del coronavirus que apoyan a los más de 3,5 billones de dólares en estímulos fiscales aprobados a lo largo del año pasado. En estos momentos, los legisladores demócratas trabajan en un nuevo proyecto de ley de hasta 1,9 billones de dólares.

Estas medidas de estímulo han contribuido a impulsar las expectativas de un crecimiento e inflación en EEUU, lo que recientemente ha hecho subir los rendimientos de la deuda pública, especialmente en los tramos más alejados de la curva.

La Reserva Federal ya ha dejado entrever que dentro de su caja de herramientas puede ampliar el plazo de vencimiento medio de las compras de activos, lo que le permitiría comprar bonos y obligaciones de mayor duración. También ha insinuado que las políticas de control de la curva de rendimiento están dentro de su menú.

De momento, pese a que las presiones inflacionarias podrían despuntar esta primavera, no se espera que la Fed vaya a telegrafiar una reducción de sus compras hasta finales de este año. Recordemos que la última vez que comenzó a caldear el ambiente para una hazaña similar, allá por 2013, el banco central no logró evitar una pataleta en el mercado.

A día de hoy, no se espera un incremento de tipos hasta que la tasa de paro se mantenga entre el 3,5% y el 4,5%, sin importar lo que suceda con la inflación. De hecho, incluso cuando el criterio de "pleno empleo" se cumpla, la inflación anual sobre el Gasto de Consumo Personal (PCE) debe situarse por encima del 2% antes de que se considere un aumento en las tasas.

Es importante tener en cuenta que la Fed busca evitar errores del pasado, como endurecer la política monetaria antes de lo previsto. Recordemos que el 31 de julio de 2019, mucho antes del azote de la pandemia, Powell redujo las tasas por primera vez desde 2008 hasta situarlas en un rango del 2 y el 2,25%.

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