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Venta masiva en la deuda global: el bono estadounidense deja pérdidas del 5% en el año y el español del 4,3%

  • Las ventas devuelven las rentabilidades a niveles previos al Covid-19
  • Ya casi se pierde con el 'T-Note' todo lo que esperaba el consenso para el año
En 2 meses se pierde lo que esperaba el consenso para todo el año
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Los peores augurios de los últimos años para la renta fija están empezando a materializarse en 2021. Los inversores que centran sus carteras en los activos considerados de menos riesgo como la deuda pública estadounidense están sufriendo pérdidas en los dos primeros meses de ejercicio que alcanzan el 5% con el bono norteamericano, un retroceso que está poniendo a prueba el aguante de unos inversores conservadores, que, en general, tienen la seguridad como prioridad a la hora de colocar su dinero.

Después de la jornada del jueves, en la que tuvieron lugar fuertes caídas para los principales títulos de deuda pública europea y estadounidense, el viernes arrancó con una continuidad de estas pérdidas. Los intereses del Bund alemán en el mercado secundario arrancaron situándose en el -0,2%, un nuevo máximo para el bono más seguro de Europa desde diciembre de 2019. Sin embargo, los principales bonos europeos volvieron a la calma a media sesión de bolsa europea, con compras generalizadas que dejaban la rentabilidad del Bund en el entorno del -0,25%.

El bono español perdía 3 puntos básicos de rentabilidad, hasta el 0,44%, el italiano 1,4 puntos básicos, hasta el 0,78%, y el francés 2 puntos básicos y se quedaba a las puertas de volver al terreno negativo en rentabilidad, quedándose en el entorno del 0,007% a media sesión.

Fue el BCE el que pareció lograr calmar los ánimos de los mercados, que habían arrancado con fuertes ventas de renta fija. Isabel Schnabel, del consejo de Gobierno del BCE, aseguró en una conferencia en Frankfurt que la institución podría verse obligada a incrementar los estímulos, si estas ventas en el mercado de deuda terminaban dañando al crecimiento, un mensaje que fue suficiente para meter en vereda al mercado de deuda durante la mañana.

Los bancos centrales reaccionan

El mensaje de Schnabel no es el primero que lanzan los bancos centrales como consecuencia de las ventas de renta fija. El rally que están viviendo las rentabilidades en los últimos días está haciendo reaccionar a los principales bancos centrales del planeta, la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), que se han hecho eco de este incremento y han salido rápidamente a intentar calmar los ánimos.

Jerome Powell, presidente de la Fed, defendió el miércoles la continuidad de la política acomodaticia, y pocos días antes lo había hecho Christine Lagarde, presidenta del BCE, al destacar el lunes que el organismo vigila de cerca el incremento de las rentabilidades de los bonos para asegurarse de que "las condiciones financieras en la zona euro siguen siendo favorables".

Niveles pre-pandemia

Las caídas en precio que se han producido en estos títulos en los últimos días han elevado la rentabilidad que ofrecen a vencimiento hasta los niveles más altos que se han visto durante la pandemia, volviendo a alcanzar, en general, el punto en el que se encontraban entre febrero y marzo del año pasado, cuando los mercados empezaron a darse cuenta de la amenaza del Covid. La rapidez con la que se está produciendo estas ventas es evidente si se tiene en cuenta que, en el caso del bono americano, las caídas que se han producido en apenas dos meses son casi las que el consenso esperaba para todo el año.

Miedo a la inflación

En la mente de los inversores en deuda ahora hay una gran preocupación: la inflación. Las ventas que se están produciendo en estos activos son una respuesta a las mayores expectativas inflacionistas que se están formando en las últimas semanas. La recuperación de las expectativas de inflación está siendo muy rápida, y el hipotético incremento del coste de la vida es una muy mala noticia para estos activos.

Si la inflación supera la rentabilidad que te ofrece un bono, el incentivo para incluir este activo en la cartera es nulo para aquellos inversores que pretenden quedarse hasta el vencimiento. Otro motivo puede ser que los inversores empiezan a descontar la retirada de los estímulos de los bancos centrales antes de lo previsto.

No hay que olvidar que los bonos, especialmente los soberanos, han ido reduciendo su rentabilidad durante los últimos años a medida que los bancos centrales bajaban los tipos de interés hasta mínimos históricos y ponían en marcha programas de compras de deuda para aumentar la liquidez en la economía real. Esto creó una burbuja, en opinión de muchos expertos, llegándose a contar por miles de millones la cantidad de dinero invertido en títulos que ofrecían una rentabilidad negativa.

Pagar por prestar dinero, incluso a empresas con una solvencia dudosa, una paradoja económica que ahora estarán pagando muchos inversores con las rápidas caídas que están sufriendo los bonos. No es extraño que ahora el 41% de los asesores financieros que han participado en la última encuesta EFPA-elEconomista prevea bajar su exposición a renta fija en el próximo trimestre.

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