
Beth Ann Bovino, economista jefa y directora gerente de S&P Global, conversa con elEconomista para tomar el pulso a Estados Unidos. Bovino da la bienvenida al próximo paquete de estímulo que se detalla en estos momentos en el Capitolio. Una de sus principales ventajas, según confiesa, reside en los fondos que recibirán los gobiernos estatales y locales, quienes realmente "están haciendo la mayor parte del trabajo" en la recuperación en curso.
Entre las inclemencias meteorológicas, la pandemia y a la espera de más estímulos, ¿qué podemos esperar de la economía de EEUU en el trimestre en el que nos encontramos?
Esperamos un primer trimestre del año débil, que también se notará en la recuperación del mercado laboral. Aunque la cifra de cabecera de nóminas no agrícolas de enero fue positiva, al sumar 49.000 empleos, cuando tenemos en cuenta las revisiones a la baja de los meses anteriores podríamos decir que realmente se destruyó empleo. Al mismo tiempo, aunque la tasa de desempleo se redujo hasta el 6,3%, si incluimos otros factores, como la gente que se ha dado por vencida en la búsqueda de empleo así como los errores registrados a la hora de recopilar ciertos datos, el paro en EEUU actualmente estaría más cerca del 9,4%. Eso sí, hemos reducido el riesgo de recesión desde casi un 30% de probabilidades hasta un 20%, en gran parte por el potencial colchón de estímulo de la Administración Biden.
Mercados: "Nos preocupa que los inversores estén persiguiendo el rendimiento e ignoren los riesgos"
Menciona usted la tasa de paro, ¿cuándo recuperará EEUU el pleno empleo que registró antes de la pandemia?
Sin más estímulos, la tasa de desempleo no volverá a los niveles anteriores a la crisis hasta principios de 2024. Si asumimos un mayor apoyo fiscal, la meta se adelantaría, pero solo un año, probablemente a 2023. Por eso la Reserva Federal se mantendrá al margen y no comenzará a reducir sus compras de activos o ajustar tipos este año. De todas formas ya observamos cicatrices dentro del mercado laboral. El número de personas que dicen haber perdido su empleo de forma permanente, es decir, su puesto de trabajo ha desaparecido para siempre, suponen ya un tercio de la cantidad total de desempleados. Este es un gran problema. Otro es el de los desempleados de larga duración. Muchas empresas podrían considerar que las habilidades de éstos se han atrofiado, por lo que será muy difícil reincorporarlos de nuevo a la fuerza laboral.
¿Qué papel jugará la política monetaria en la recuperación del mercado laboral?
La Fed está estudiando todos los aspectos del mercado laboral y quiere asegurar que ciertos datos demográficos, con especial atención a los desatendidos e ignorados, se tengan en cuenta en sus decisiones de política monetaria. Tengo mucho respeto por la Fed pero, simplemente, no sé cómo van a hacerlo y si tienen las herramientas necesarias. Será una tarea monumental y espero que tengan éxito, como lo han hecho en el pasado. Sin embargo, gran parte de garantizar la vuelta al mercado laboral de aquellos que se han quedado atrás dependerá del gobierno federal. Hasta ahora los estímulos han impulsado la demanda y proporcionado un colchón para los ciudadanos pero no impulsan la productividad. Las miras se dirigen a la potencial inversión en infraestructuras. Si se hace bien, creará puestos de trabajo a corto y largo plazo.
Consumo: "Llegaremos a una saturación y las compras de bienes se ralentizarán drásticamente"
Dada la fatiga de la recuperación, ¿cuáles serían los principales riesgos para las proyecciones que baraja S&P Global en estos momentos?
La buena noticia es que la recuperación se producirá. Sólo que podría retrasarse. En este sentido tenemos, no sólo una, sino varias vacunas que se muestran prometedoras en la lucha contra esta pandemia. Eso sugiere que no es una cuestión de si nos recuperaremos sino de cuándo. El virus sigue siendo la mayor amenaza para la economía de EEUU y la del resto del mundo. Previamente estábamos muy preocupados por la potencial austeridad fiscal. Sin embargo, con la llegada de la Administración Biden y una mayoría demócrata en el Capitolio, esto es una amenaza menor que ha pasado a un segundo plano. Pero también debemos traer a colación las disputas comerciales entre EEUU y China así como otros países. Las propuestas políticas de Biden sobre el cambio climático, la concesión de contratos públicos o la normativa laboral pueden plantear algunos retos entre EEUU y sus aliados comerciales. Esto no es algo que necesariamente descarrile la recuperación, pero la entorpece. Otro riesgo es la gran cantidad de liquidez en los mercados. Nos preocupa que los inversores estén persiguiendo el rendimiento e ignorando los riesgos.
Con una tasa de ahorro todavía excesivamente alta desde que comenzó la pandemia y otra ronda de pagos directos potencialmente en camino, ¿seguirá sacando músculo el consumo como pilar de la recuperación?
La tasa de ahorro ha registrado un incremento enorme. Dicho esto, gran parte se debe a que la gente solo ha podido gastar el dinero en ciertas partidas. Aquellos que teletrabajan y todavía tienen un sueldo han comprado televisores, electrodomésticos y hasta casas. Pero eventualmente llegaremos a una saturación y las compras de bienes empezarán a ralentizarse drásticamente. Paralelamente, los servicios deberían comenzar a recuperarse. Pero incluso si la distribución de la vacuna se lleva a cabo con éxito, va a seguir habiendo miedo. Por otro lado, aunque los estadounidenses tengan dinero hay cierta actividad que no podremos recuperar. Por ejemplo, volveremos a viajar e irnos de vacaciones pero no podremos compensar lo perdido ya que no duplicaremos las vacaciones.