
Las criptodivisas son el activo de moda. Parece evidente que la crisis del covid-19 y la digitalización de las economías están dando un impulso a estos criptoactivos, que no paran de batir récords en sus cotizaciones a medida que su inversión se generaliza. Algunas como el bitcoin ya tienen hueco en varias de las carteras de inversión más poderosas del globo. Pese a todo, los reguladores insisten en los peligros que se ocultan detrás de la maraña de noticias positivas y de nuevos récords de precios: son una inversión de alto riesgo y que no cuenta con marco regulatorio en la UE.
En un comunicado conjunto, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España (BdE) han advertido a los inversores sobre el elevado riesgo que supone invertir en las criptomonedas. Además, los reguladores también han querido poner en duda que criptodivisas como el bitcoin puedan llegar a ser un medio de pago generalizado (no cuenta con las mismas propiedades que el dinero ni con el respaldo de un banco central). Este mensaje llega justo horas después de que Tesla haya anunciado que invertirá 1.500 millones en bitcoin y que lo aceptará como medio de pago, lo que ha llevado a varios de estos criptoactivos a tocar máximos históricos.
Los reguladores españoles han dado nombres y apellidos en un comunicado en el que repasan todos estos riesgos. "En los últimos meses, numerosas criptomonedas, entre ellas bitcoin y ether, han experimentado elevada volatilidad en sus precios, lo cual ha sido acompañado de un aumento significativo de la publicidad, en ocasiones agresiva, para atraer inversores", señala el comunicado.
La criptodivisas, aunque nacieron con la idea de sustituir al dinero oficial que emiten los bancos centrales, no cumplen aún con la funciones claves para lograrlo y, además, sufren otros problemas que las convierten en un activo demasiado arriesgado.
El Banco de España y la CNMV ya advirtieron en el pasado sobre el riesgo de este tipo de inversiones por su extrema volatilidad, complejidad y falta de transparencia que las convierten en una apuesta de alto riesgo.
"No existe regulación en la UE"
Además, la CNMV y el BdE recalcan que "no existe todavía en la Unión Europea un marco que regule los criptoactivos como el bitcoin, y que proporcione garantías y protección similares a las aplicables a los productos financieros". Aunque reconocen que se está negociando a nivel europeo un Reglamento (conocido como MiCA) que tiene como objetivo establecer un marco normativo para la emisión de criptoactivos y los proveedores de servicios sobre estos.
Según los cálculos más extendidos se estima que hay unas 7.000 criptomonedas en el mercado con características similares a las del bitcoin. "Se trata de instrumentos complejos, que pueden no ser adecuados para pequeños ahorradores, y cuyo precio conlleva un alto componente especulativo que puede suponer incluso la pérdida total de la inversión".
Cinco grandes riesgos inherentes a la inversión en criptoactivos
-Formación de precios: los precios de las criptomonedas se forman en ausencia de mecanismos eficaces que impidan su manipulación, como los presentes en los mercados regulados de valores. En muchas ocasiones los precios se forman también sin información pública que los respalde, reza el comunicado de BdE y CNMV.
-Liquidez: muchas de estas criptomonedas pueden verse carentes de la liquidez necesaria para poder deshacer una inversión sin sufrir pérdidas significativas, especialmente porque su circulación entre inversores, tanto minoristas como profesionales, es muy limitada.
-Uso como medio de pago: pese a que existen desde hace más de una década, la aceptación de las criptomonedas como medio de pago es aún muy limitada, lo que contrasta con otros muchos desarrollos digitales que han tenido una aceptación generalizada en mucho menos tiempo. Es necesario recordar que no existe obligación de aceptar bitcoin o cualquier otro criptoactivo como medio de pago de deudas u otras obligaciones. El futuro Reglamento de MiCA no prevé que esto vaya a cambiar.
Muy relacionado con lo anterior está la altísima volatilidad de estos activos, que impiden que se se cumplan "adecuadamente las funciones de unidad de cuenta y depósito de valor", destaca el comunicado de los reguladores.
-Problemas derivados del carácter transfronterizo: en muchas ocasiones, los distintos actores implicados en la emisión, custodia y comercialización de criptoactivos no se encuentran localizados en España o, en algunos casos, incluso, no es posible su localización, por lo que la resolución de cualquier conflicto podría resultar costosa y quedar fuera del ámbito de competencia de las autoridades españolas.
-Robo, estafa o pérdida: la tecnología de registros distribuidos utilizada para la emisión de las criptomonedas conlleva riesgos específicos. Su custodia no está regulada ni supervisada. La pérdida o robo de las claves privadas puede suponer la pérdida de las criptomonedas, sin posibilidad de recuperarlas. Este riesgo debe ser valorado antes de adquirir estos activos, tanto si se gestiona personalmente el monedero , como si su custodia se deja en manos de terceros.
No pueden ser medio de pago
Para que el bitcoin, por ejemplo, pudiera llegar a desplazar al dinero oficial tendría que ser aceptado como medio de pago o medición del valor por los agentes económicos para sus intercambios. Además debería cumplir con la función de ser unidad de cuenta y depósito de valor. El dinero oficial es a día de hoy en los países desarrollados unidad de cuenta, lo que permite fijar los precios de los bienes y servicios, algo que el bitcoin no es.
También es sin duda un medio de pago, ya que es aceptado por todas las personas para pagar la compra y venta de los bienes y servicios. Y, por último, es depósito de valor, lo que quiere decir que conserva su valor en el tiempo, pues tiene la capacidad de comprar bienes y servicios en el futuro. Las criptodivisas, si es que pretenden ocupar este hueco en algún momento, tienen aún mucho camino por delante.