La primera reunión de política monetaria de la era Biden y también del año, no trajo sorpresa alguna por parte del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal. Los once miembros con derecho a voto, uno más que en otras ocasiones tras el desembarco en el Consejo de Gobierno de Christopher J. Waller, dejó los tipos de interés entre el 0% y 0,25%.
Tampoco hizo cambios en su programa de compras de activos, popularmente conocido como flexibilización cuantitativa o QE, por sus siglas en inglés, que actualmente engulle mensualmente por los menos hasta 80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de EEUU y otros 40.000 millones de dólares en activos respaldados por hipotecas. Actualmente el balance del banco central de Estados Unidos asciende hasta los 7,41 billones de dólares, sumando más de 3 billones de dólares en el último año.
Como en comunicados anteriores, el FOMC señaló que la trayectoria de la economía dependerá en gran medida del curso del virus. Eso sí, añadió también una mención a las vacunas, cuya distribución y administración también será clave en el progreso de la recuperación. "Es probable que la actual crisis de salud pública continúe pesando sobre la actividad económica, el empleo y la inflación y plantea considerables riesgos para las perspectivas económicas", avisó.
La situación actual sigue siendo compleja. Con una incidencia media de casos durante los últimos siete días que ha caído un 20,6% y más de 23,5 millones de dosis de las vacunas disponibles ya administradas, la Fed fue de nuevo cauta. Al fin y al cabo, la economía de EEUU destruyó el pasado mes 140.000 empleos y según la Reserva Federal de Atlanta el PIB moderó su crecimiento hasta el 7,2% en el último trimestre de 2020. La primera lectura oficial de este periodo se dará a conocer el jueves.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció en su rueda de prensa que "el resurgimiento del Covid-19 pesa en la economía y el empleo". No obstante, dijo que se espera "una mejora en las perspectivas más tarde este año", aludiendo a las vacunaciones. Powell ha recibido ya la primera dosis de la vacuna y espera recibir la segunda próximamente.
Es por ello que a la espera de más estímulos fiscales, recordemos que el presidente de EEUU, Joe Biden, ha propuesto un plan de 1,9 billones de dólares adicionales a los cerca de 3 billones de dólares ya activados el año pasado, el FOMC no ofreció indicio alguno de cómo o cuándo tiene previsto plantear la reversión de sus políticas.
Una vez más, Powell y el resto de funcionarios, reincidieron al confirmar que no contemplan reducción alguna en su compra de activos, el primer paso para comenzar el proceso de normalización, "hasta que se haya avanzado sustancialmente hacia los objetivos de máximo empleo y estabilidad de precios del Comité".
El principal funcionario de la Fed no quiso comentar sobre las subidas de valores como GameStop y las caídas del miércoles en Wall Street pero defendió la necesidad de mantener una política ultraacomodaticia dado que EEUU todavía debe generar 9 millones de puestos de trabajo para regresar al pleno empleo. Para Powell, la revalorización de los activos responde más a las expectativas sobre las vacunas y los estímulos fiscales.
El FOMC, en su reunión anual de organización de esta semana, reafirmó por unanimidad su "Declaración de Objetivos a Largo Plazo y Estrategia de Política Monetaria". Esta es idéntica a la adoptada en agosto de 2020.