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La Fed no tiene ninguna prisa en insinuar una retirada de estímulos

  • La recuperación necesita aún todo el apoyo monetario
Jerome Powell, presidente de la Fed. Foto: Reuters

El banco central de Estados Unidos celebra su primera reunión sobre política monetaria de 2021 con la recuperación económica amenazada por la pandemia de coronavirus y por una campaña de vacunación más lenta de lo esperado, lo que se traducirá en un mensaje de máxima prudencia.

Con todo el extraordinario arsenal monetario desplegado para apoyar la reconstrucción tras el shock del Covid-19, distintas voces de la Reserva Federal (Fed) vienen recalcando en las últimas semanas que no tienen ninguna prisa en detallar una retirada del programa de compras de deuda y, aún menos, de una subida de los tipos de interés oficiales, pese al impulso que la nueva Administración del demócrata Joe Biden, que tomó posesión el 20 de enero como presidente de Estados Unidos, dé a los planes de estímulo fiscal. La última ola de contagios está poniendo en duda el ritmo de la recuperación y la vacuna está lejos de una inmunización suficiente para descartar restricciones a la movilidad o medidas de distanciamiento social.

Conclusión: la reunión de este miércoles 27 de enero es demasiado pronto para agitar los mercados, que, eso sí, podrían sacar sus propias conclusiones de cualquier versión optimista sobre la situación.

"Todavía falta mucho para un endurecimiento de la política monetaria", asevera Stefan Rondorf, estratega de Allianz Global Investors, quien considera que "los principales bancos centrales querrán evitar un rápido aumento de los rendimientos de los bonos, porque esto significa un encarecimiento del crédito y unas condiciones financieras más restrictivas".

"Tampoco necesita tomar ninguna medida adicional a corto plazo, pero de hacerlo sería orientando sus compras hacia bonos con plazos más largos y, a medio plazo, de aumentar la transparencia sobre la duración del programa de compras de deuda", añade el equipo de analistas de Bankia Estudios. "Esperamos la primera subida de los tipos de interés en el segundo semestre de 2024 y nuestro escenario base es que la Fed comience a realizar una reducción gradual del QE en el primer semestre de 2022, que es cuando anticipamos que habrá logrado un mayor progreso en su objetivo principal de la inflación subyacente", se aventuran los expertos de BofA Global Research.

"La economía mundial, aún fustigada por la pandemia y el aumento masivo del endeudamiento, no está preparada de ninguna manera para ello", incide Stefan Rondorf, quien observa que "no es de extrañar que, últimamente, algunos destacados responsables de bancos centrales de todo el mundo hayan afirmado que aún se tardará en abandonar la política monetaria históricamente tan expansiva".

Ni siquiera parece que acelerará las expectativas de una normalización de la política monetaria la impetuosa llegada de Biden a la Casa Blanca. "Los retos de la nueva Administración están bien documentados, sobre todo en lo que respecta a las escasas mayorías que tienen los demócratas en el Congreso, sin embargo, la agenda política es ambiciosa y la velocidad a la que se han emitido ya varias órdenes ejecutivas es impresionante", reconoce Chris Iggo, analista de Axa IM.

"A nivel mundial, es alentador que Estados Unidos vuelva a comprometerse con la comunidad internacional en materia de cambio climático, reincorporándose al Acuerdo de París, y en la lucha contra la pandemia del Covid-19, participando activamente en la OMS", prosigue el experto de la gestora francesa, quien apunta que, a nivel nacional, "Biden ya ha demostrado un nuevo nivel de urgencia en el frente de la pandemia, endureciendo las normas sobre el uso de mascarillas y prometiendo aumentar masivamente el programa de vacunación".

La pandemia y la recuperación

"Hacer frente a la pandemia es un requisito previo para el tipo de perspectivas de crecimiento que muchos en el mercado esperan, ya que mejorará el efecto multiplicador de los estímulos fiscales durante el próximo año aproximadamente", concluye Chris Iggo.

Al final de la semana, primero el jueves 28 de enero y después viernes 29 se conocerá la evolución de los PIB de Estados Unidos y de Alemania, Francia o España, respectivamente, en el cuarto trimestre de 2020, y en el conjunto del año. Cualquier sorpresa negativa respecto a las estimaciones, que ya se han ido rebajando en las últimas semanas por la mayor incidencia de contagios por coronavirus a nivel global, daría motivos para el pesimismo en los mercados.

"El descontrol de la pandemia y la lentitud en el proceso de vacunación están afectando negativamente a las expectativas económicas de corto plazo, sobre todo, para el sector servicios", destacan los analistas de Bankia Estudios.

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