Ni siquiera la crisis del Covid logrará borrar el compromiso de retribución que tiene Mapfre con sus accionistas. La aseguradora ha sido el segundo actor financiero en España -por detrás de Banco Santander- en confirmar que descongela una remuneración con cargo a 2020. Abonará 5 céntimos brutos por acción como primer dividendo a cuenta, inferior en un céntimo al del año pasado, y en línea con el recorte que esperaba el consenso de mercado, aunque la compañía prefiere "esperar al año completo" para poder valorar de cuánto será la cuantía. Lo que está claro es que su rentabilidad actual, entre el 8% y el 9%, está llamada a relajarse en el futuro cuando la acción se recupere de la crisis actual, aunque queda camino por recorrer. Mapfre aún cotiza un 30% por debajo de los niveles previos al estallido de la pandemia. Cuando la recuperación se produzca, la firma aspira a mantener rentabilidades más moderadas de entre el 5% y el 6% en el futuro.
Desde que se conoció la primera de las vacunas se ha producido una recuperación del 17% de la acción de Mapfre en el mercado, pero todavía está lejos de alcanzar el nivel pre-Covid en 2,4 euros. ¿Qué tiene que ocurrir para poder recuperar todo lo perdido en esta crisis?
Un cambio en el entorno. Hemos demostrado que tenemos una solidez, una resiliencia y un modelo de negocio muy sólido. Hemos vuelto al dividendo [de cara a 2020, después de dejarlo en suspenso el segundo trimestre del año por recomendación del regulador], pero cotizamos a un precio sobre valor en libros de 0,5 veces. Las tres agencias de rating -Moody's, S&P y Fitch- nos han dicho recientemente que tenemos un modelo sólido y bien diversificado, pero, sin embargo, el mercado no lo ha reconocido. Desafortunadamente, dependemos de una vacuna que va a permitir que vuelva la actividad económica. La pandemia ha sido un tsunami que ha barrido los cinco continentes. Mientras que no se vuelva a la actividad económica normalizada, estaremos en una recuperación en K.

En lo que respecta a esa tipología de salida de la crisis, ¿piensa que Mapfre es parte del brazo alto de la 'K'?
Hemos pasado de la pata de abajo al brazo de arriba porque ahora el inversor de lo que habla es del flujo de tesorería. Este año vamos a pasar de 0,145 euros a 0,135 euros [de dividendo bruto por acción], con una rentabilidad por encima del 8%. Esto va a hacer que nos movamos un poco hacia la parte alta de la K. Afortunadamente, nosotros no tenemos dudas sobre el futuro. Tenemos un producto que en la mayor parte de los mercados es un seguro obligatorio, vinculado a la vivienda, al automóvil o al bienestar del cliente. La caída registrada del 10% de primas por la conversión de divisa, cuando se quita la devaluación te das cuenta de que estamos creciendo al 1%. En cuanto a Mapfre se le reconozca esa capacidad, estaremos en la parte alta.
¿Hasta qué punto la retribución al accionista, con rentabilidades del 8%-9%, es compromiso a 'sangre y fuego' para Mapfre?
La rentabilidad del 8% ahora mismo es accidental por la asimetría con el precio. Mapfre ha acordado un primer dividendo de 5 céntimos brutos por acción, un céntimo por debajo si se compara con el año anterior. Lo hace siguiendo las recomendaciones de los reguladores después de que hayan visto los datos de Mapfre que respondían a una generación de tesorería espectacular, con casi 3.000 millones de euros, y el resto de métricas. Hemos hecho una pequeña reducción para fortalecer el capital y hay un compromiso con el accionista de un pago de 0,05 euros. De cara al futuro, la tendencia es buena y el valor de Mapfre siempre ha sido la retribución de sus dividendos. Lo normal es que la rentabilidad del dividendo se ajuste a la valoración en el entorno del 5%-6%, que es la media de los últimos años.
"La ratio combinada en autos ha caído hasta el 84%, pero no es sostenible y Mapfre deberá volver al 90%"
De cara a 2020, el consenso prevé un recorte del 25% en el dividendo a distribuir, hasta los 11 céntimos (frente a 0,145 euros del año pasado). ¿Cree que será así?
Creo que hay que esperar al año completo que será cuando seas capaz de decir de cuánto es esa reducción. Esa previsión se basa más en la experiencia de lo que han dicho las otras aseguradoras. Mapfre nunca va a hacer nada que suponga un menoscabo para nuestra solidez y capacidad financiera. Digamos que nuestro compromiso del futuro dividendo es con el regulador y con los accionistas.
Dentro de plan estratégico en vigor estiman un impacto máximo por depreciación de las divisas de 600 millones de euros, pero se trata de un escenario alterado por la crisis actual. En caso de que mejoren a futuro estos cruces, ¿podría ser un catalizador para la acción?
Las dos divisas importantes para nosotros son el real brasileño y el dólar estadounidense. Durante los tres primeros trimestres el impacto ha sido de 650 millones de euros fundamentalmente por el desempeño del real, aunque en este cuarto trimestre se está produciendo una recuperación. El consenso espera mucha más estabilidad de las dos monedas. También las expectativas sobre el peso mexicano, con Joe Biden, son mejores. En Turquía, en cambio, la incertidumbre es mayor. Además, se han producido caídas de tipos de interés prácticamente en todos los países de América Latina, sobre todo en Colombia, Perú y Brasil, y lo mejor que podemos tener es una inflación controlada.
A cierre de septiembre el impacto del Covid les había llevado a provisionar 98 millones de euros. ¿Cómo prevé terminar el año?
No habrá grandes cambios, ya que se han provisionado países o segmentos concretos. Pero sí se ha hecho de forma permanente una reducción de la tarifa, sobre todo en automóviles, que ha supuesto una caída del 3% en las primas para Mapfre en España, aun teniendo, prácticamente, el mismo volumen de asegurados. La menor movilidad [por la pandemia] nos hace transmitir la menor siniestralidad a las tarifas y lo normal es que sigamos aplicando descuentos individualizados mientras siga esta situación.
"No cabe en estos momentos una operación grande. estamos haciendo una retirada ordenada"
¿El impacto en resultados sería 'cero' porque el descuento en las primas se compensa por la caída de la siniestralidad?
Hay cuatro impactos derivados del Covid: menores primas [la caída fue del 12% a septiembre], los siniestros son más o menos dependiendo del segmento, menores gastos y también menores ingresos financieros. En la parte de siniestros hay más gastos en los segmentos de vida y decesos [la ratio combinada sube 25 puntos hasta el 121%] y menos en automóviles. Ha habido un ahorro de más de 100 millones de euros en gastos operacionales, algunos han sido naturales porque hemos parado algunas estrategias, aunque hay gastos derivados del Covid que suponen un extra de 20 millones. Y dentro de la caída de los ingresos financieros [del 26,9% en el tercer trimestre] nuestra rentabilidad contable es tan baja como la de un banco [1,7% en No Vida y 3,56% en Vida].
¿Dónde prevén destinar el dinero que obtengan de la ruptura del acuerdo con Bankia para seguir creciendo inorgánicamente?
No podemos pensar en nuevos territorios o mercados, sino todo lo contrario. Estamos haciendo una retirada ordenada de Asistencia; y la parte del negocio en Asia es menos estratégica para el grupo, sobre todo Indonesia y Filipinas que no tienen recorrido. Los canales [a expandirse] son el negocio digital y el de banca-seguros y los mercados claves siguen siendo los de moneda euro, dólar y real brasileño. No cabe en estos momentos una operación grande. La última operación más importante que hemos realizado ha sido la adquisición del negocio Salud ARS Palic en República Dominicana y, aunque hemos duplicado el tamaño y el beneficio, ha sido una inversión de 40 millones de dólares.
Mínimo de solvencia en el 'crash'
El peor momento de la crisis para todos los sectores fue, principalmente, el segundo trimestre del año, porque recogió los meses de confinamiento y mayor azote del virus entre abril, mayo y junio, cuando comenzó a reabrirse la economía europea. En ese punto máximo de estrés, la ratio de solvencia [diferencia entre el capital mínimo obligatorio y los fondos propios admisibles] de Mapfre cayó hasta un mínimo del 177% (un nivel holgado de solvencia), aunque ya ha vuelto a repuntar hasta el el 184%, y aun así Fernando Mata cree que no lo está "reconociendo" el mercado. "En términos de solvencia pasamos del 187% al 177% en la situación de estrés de Mapfre considerando toda la caída de mercado. Teniendo en cuenta esto, ¿qué tendría que pasar en el modelo de negocio para bajar por debajo del 100%? Hay unanimidad en que hay una contradicción entre la posibilidad de que Mapfre tenga una pérdida extraordinaria y nuestra situación de solvencia. Con el dividendo [de 0,05 euros brutos] que hemos reconocido ahora significa pasar del 184% al 180%. Ha sido un test muy importante en los mercados bursátiles, no así en los mercados de crédito donde la deuda española se ha comportado de una manera extraordinaria", afirma el director financiero de Mapfre.
Por otro lado, el segmento de seguros automovilísticos en España -una de las principales partidas- redujo su ratio combinada [diferencia entre primas recibidas y gastos que supone el asegurado] hasta el 91%. "La ratio combinada ahora está en el 84%, pero no es sostenible y Mapfre deberá volver hacia el 90%-92%. La caída de las primas se debe a una rebaja de los precios por la menor movilidad, y hemos podido hacerlo porque Mapfre todavía está viviendo de las primas altas que cobró el año pasado".
Una inversión de 1.750 millones
La fusión entre CaixaBank y Bankia dejará fuera la alianza con Mapfre en el terreno de los seguros. La entidad, participada en un 51% por Mapfre Vida y en un 49% por Bankia, aportó 290,1 millones de euros -entre los segmentos de Vida y No Vida- a cierre del tercer trimestre del año, lo que supone el 1,9% del total del Grupo Mapfre. Pero, ¿cuál será la valoración de esta desinversión forzada? Distintas casas de análisis estiman un importe de entre 400 y 600 millones de euros a ingresar por la aseguradora una vez se resuelva la operación, algo que Fernando Mata cree que será "a mediados del próximo año".
La aseguradora descarta que ese dinero vaya a parar a un dividendo extraordinario, y asegura que "su vocación es apostar por el desarrollo", lo que, traducido, implica inversiones en otras áreas del negocio. Sin querer aclarar cuál será el valor de esta operación, Mata recuerda que el grupo invirtió "más de 300 millones de euros en el Acuerdo para desarrollar la integración al perímetro de Aseval, Caja Granada y Caja Murcia (antiguo BMN) y eso fue hace algo más de un año y, por tanto, es una realidad que tiene que formar parte de la valoración de salida". En los últimos cinco años, "hemos invertido en desarrollo inorgánico 1.750 millones de euros, de forma que la inversión neta (descontados los 800 millones obtenidos en desinversiones, parte de ellas en algunos estados de EEUU, Caja Duero y CX) son 950 millones. Esto incluye, los 300 millones de euros desembolsados en el acuerdo con Bankia", explica. Mata recuerda que "el contrato contempla de una forma muy detallada todo el proceso a seguir y está basado en que esa salida sea a precios de mercado. A partir de ahí, decidiremos cuál es la forma más óptima para el accionista".
Pérdidas por la renta fija
La crisis del Covid se ha cruzado en el camino del Plan Estratégico 2019-2021 que Mapfre tiene en vigor, y que ya era bastante más comedido que el anterior ante la previsión -esta vez sí- de tipos de interés en mínimos durante todo el periodo. El mercado descuenta que la aseguradora no lo cumplirá, al menos parcialmente, a pesar de que los objetivos carecen de la dependencia (que sí tenían los anteriores) de los ingresos financieros del grupo. "En la parte financiera, no vamos a cumplir con dos objetivos que es el crecimiento del volumen de negocio [objetivo de 30.000 millones de euros] y la rentabilidad [con un ROE previsto del 10%], pero, sin embargo, con la ratio combinada estamos contentos [96% como objetivo y cerró septiembre en el 95,2%]. Nos queda un año de transición, que es 2021, que es cuando haremos las bases para el futuro plan estratégico". De cara al próximo guidance Mata dice haber "aprendido a ser tremendamente realista con los indicadores. Quizás hemos sido un poco atrevidos en pensar que éramos totalmente indemnes a un escenario económico o de catástrofes. Aproximadamente, estamos en dos tercios de los objetivos estratégicos cumplidos en un año de tremenda dificultad como es este". ¿Esto implica renunciar de cara al próximo plan a los ingresos financieros? "Vamos a ser muy realistas. En tres años perdemos unos 10 puntos básicos en la rentabilidad de la renta fija. Eso lo tenemos que trasladar a ahorros de costes o a la rentabilidad de la ratio combinada. Hoy tenemos que hablar de una ratio combinada del 95%. No es que renunciemos al tipo de interés, pero la realidad es que estamos vendiendo bonos de más del 3% y se renuevan al 0,6%. Tenemos que ir a mayor equilibrio y una ratio del 96% se convierte en un 95% en el largo plazo".