Está muy extendida la teoría de que la Navidad tiene el rojo como su color simbólico a raíz de una campaña publicitaria de Coca-Cola. Sin embargo, muchos teóricos de la Historia apuntan a motivaciones muy anteriores para explicar este fenómeno, desde el árbol y la manzana de Adán y Eva, pasando por la sangre y el laurel de Jesucristo, entre otras.
No obstante, esta Navidad será diferente a cualquier otra que recordemos por la persistencia de la pandemia de coronavirus en el mundo. Así, a la espera de que se termine de desarrollar y se comercialice masivamente la vacuna contra el Covid-19, las restricciones permanecerán en convivencia con la población, que tendrá que celebrar esta señalada festividad religiosa con toda clase de trabas, como limitaciones del aforo en la restauración, distancias, limitaciones en las reuniones privadas y, sobre todo, posibles prohibiciones en la movilidad.
Todo esto crea un cóctel perfecto para que esta temporada navideña no sea de color rojo sino amarillo postal, ya que se reúnen las condiciones para que, por un lado, gran parte de las compras navideñas se hagan a través de los canales online y, por otro, incluso Papá Noel y los Reyes Magos tengan que utilizar estos canales para llevar los presentes a todas las casas.
Por lo tanto, dentro del naufragio general que suponen para la economía estas restricciones o incluso un confinamiento más drástico, las compañías dedicadas al transporte y la mensajería se han mantenido a flote durante este año y las previsiones son buenas para que sigan haciendo valer su cartel de ganador de esta crisis.
Esto se ha reflejado en la evolución en bolsa de los grandes actores del sector, como FedEx, que se anota más de un 70% en lo que va de año, Deustche Post, con cerca de un 19%, UPS, con un 33%, o Royal Mail, con algo menos de un 5%. La excepción es Poste Italiane, que pierde más de un 26% en 2020.
De hecho, un estudio realizado por ParcelHero (una compañía de reparto a domicilio inglesa) en Reino Unido apunta a que esta Navidad será la primera en la que el gasto online será incluso superior al tradicional, acercándose a los 40.000 millones de libras, casi un 50% más que en el mismo periodo del año pasado. Si bien es cierto que el comercio digital tiene una mayor penetración en las islas británicas que en el resto de Europa, muestra una tendencia incontestable a nivel mundial, exacerbada por el escenario pandémico en el que nos encontramos.
Y esto, en los beneficios de las compañías, ha tenido un cierto efecto. Las grandes firmas del sector ganarán menos de lo que se esperaba a comienzos de año salvo FedEx, la cual verá su beneficio crecer en más de un 20%, según el consenso de analistas que recoge FactSet.
Sin embargo, esta caída generalizada es mucho menor a la que han tenido la mayor parte de las industrias y el mercado en general. Asimismo, si atendemos a los datos de cara a 2021, el impacto del Covid en sus beneficios es drásticamente menor -ver gráfico-. Las cifras estimadas para 2020, no obstante, siguen siendo mayores que las de 2019, con lo que se interpreta que el buen momento del sector viene de antes incluso de que la pandemia apareciera el pasado mes de marzo.

"La globalización y la digitalización del comercio online llegará a cifras récord esta campaña navideña", vaticinaban desde la propia DHL, la cual anticipa un incremento de más del 50% en los volúmenes transportados frente al incremento del 35% que se vio el año pasado en esas fechas. "Los clientes están comprando a través de estas plataformas como nunca antes", reconocen.
Para los analistas, las mejores ideas de inversión de este sector son Deutsche Post, Poste Italiane, FedEx, SF Holding y ZTO Express (estas dos últimas son asiáticas), a las cuales les conceden recomendaciones de compra. Algunas de ellas, como FedEx o Poste Italiane, han ganado este cartel este mismo año, según el consenso de FactSet.
Tampoco son ajenas a pagar dividendos estas compañías. La más generosa en este sentido es Poste Italiane, con una rentabilidad por encima del 7% a precios actuales, al igual que Japan Post Holdings.
La vacuna en el 'sobre'
Otro aspecto en el que estas compañías serán claves será, según los analistas de Berenberg, en el transporte y distribución de la vacuna contra el coronavirus, precisamente gracias a su capacidad para llegar a cualquier lugar, a su flota de todo tipo de vehículos y a sus centros logísticos. "DHL [Deutsche Post] tiene la ventaja de tener una gran red global, aunque tenga una menor presencia en Estados Unidos, mientras que FedEx controla la vía EEUU-Asia, el cual podría ser importante si finalmente China se convierte en un gran fabricante de vacunas", añaden desde la firma de inversión. "UPS, por su parte, ya domina la distribución farmacéutica en EEUU, sobre todo la terrestre", concluyen desde Berenberg. DHL y UPS dan un 3,3 y un 2,5%, respectivamente mientras que FedEx no llega al 1%.