
Este año pasará a la historia por el coronavirus, sin embargo, no es el único tema de conflicto en los mercados. Siguen las tensiones comerciales, el contexto de crecimiento bajo sin inflación y los numerosos problemas localizados en áreas concretas como el Brexit o los conflictos bélicos en Oriente Medio, entre muchos otros, como la cita electoral que tiene Estados Unidos en menos de 80 días, que será seguro un catalizador para los mercados en el más corto plazo.
Más allá de los distintos análisis y sospechas, lo que está claro es que en las encuestas el claro favorito es el demócrata Joe Biden, que cuenta con una ventaja de 7,5 puntos sobre Donald Trump, según la media de las encuestas recogidas por RealClearPolitics. Dicha brecha podría ampliarse en las próximas jornadas tras la confirmación de la senadora por California, Kamala Harris, como la elegida por Biden como postulante al puesto que él mismo ocupó durante los dos términos en el Despacho Oval de Barack Obama. Para Wall Street y Silicon Valley, la elección de quien también fuera fiscal general de dicho estado, es una opción cómoda, que apacigua momentáneamente el impulso más progresista dentro del partido demócrata. A partir de ahí, y asumiendo que los burros recuperan la Casa Blanca este 3 de noviembre, ¿qué supondría esto para la economía y los mercados?
"Una presidencia de Biden y un control demócrata sobre ambas Cámaras del Capitolio generarían preocupaciones sobre importantes cambios en la regulación de los servicios financieros, la política ambiental, fiscal y la cobertura médica", avisa Dana Peterson, economista de Citi. Por otro lado, desde Schroders creen que "si los republicanos mantienen el Senado, es poco probable que se aprueben reformas fiscales, por lo que esta combinación de statu quo fiscal y deshielo de las relaciones internacionales sería el mejor escenario para los mercados globales".
"No obstante, aunque la elección del Gobierno es importante, el progreso de la economía a medida que se recupere de la crisis debería dominar el panorama y nuestra perspectiva de un apoyo fiscal continuo, sea cual sea la forma de Gobierno, debería seguir apuntalando los mercados", apuntan desde AXA IM. "A largo plazo sí creemos que una victoria demócrata sería positiva para el crecimiento económico y, en consecuencia, para los beneficios corporativos", añaden.
En esta misma línea, Patrik Lang, jefe de renta variable de Julius Baër, cree que no debería tener un impacto importante en la bolsa una eventual victoria demócrata ya que "los mayores impuestos serían compensados por un mayor consumo y un impulso de las renovables". "El principal efecto llegará por una reversión parcial de la reforma fiscal de 2018, que reduciría en un 10% los beneficios del S&P 500 en 2021", explica el experto. "Sin embargo, será compensado por la inversión en infraestructuras, y el mayor consumo derivado del aumento de los salarios", matiza. "Biden será moderado en una reforma del sistema sanitario y en el control de las grandes tecnológicas. Las renovables son las ganadoras potenciales y, quizás, las de materias primas, petróleo y gas las perdedoras", concluyen desde la entidad suiza.
Para los analistas de RBC Capital Markets, se puede esperar un incremento del impuesto de Sociedades, lo que reduciría los beneficios de las compañías más domésticas, "por lo que habría que considerar las multinacionales". Asimismo, podría haber un aumento de la fiscalidad de los estamentos sociales más ricos, "y eso es un riesgo para productos más cercanos al lujo y una oportunidad para el consumo más básico estilo Walmart pues también se buscará un aumento de los salarios más bajos", añaden. Por último, destacan también la oportunidad que hay en el sector de las renovables, "posicionándose en las firmas de energía que estén llevando a cabo esa transición, como Valero".
Si el plan de estímulo económico que tendrá que presentar Biden consigue sus objetivos y es acompañado por un modesto aumento de los tipos de interés, "sería un viento relativamente desfavorable para la tecnología y los sectores de crecimiento secular", apuntan desde Schroders. También apuesta por aumentar el salario mínimo federal hasta los 15 dólares a la hora y endurecer la política ambiental, lo que jugará en detrimento de sectores como el petrolero y la minería.
"Los que estén muy expuestos al sector sanitario también deben tomar precauciones", advierten desde la gestora. Michael Pearce, de Capital Economics, también recalca que "lo más probable es que Biden revalide a Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal mientras que los legisladores demócratas presionarán para que el banco central ponga un mayor énfasis en los resultados socioeconómicos".
Mantener la posición
A lo largo de la historia, en la mayoría de las ocasiones es mejor estar invertidos antes de las elecciones que esperar a ver quién gana, según apuntan desde Capital Group. Según su estudio, en 18 de las últimas 19 elecciones, una inversión de 10.000 dólares en el S&P 500 al inicio de cada campaña electoral habría ganado valor 10 años después independientemente del partido. En 15 de estos periodos la inversión se habría duplicado. Solo en los 10 años posteriores a las elecciones del 2000 (en las que ganó George Bush) se ha perdido en bolsa.
Las mejores recomendaciones
Por lo tanto, de cara al inversor, si se confía en que finalmente el próximo 3 de noviembre los ciudadanos estadounidenses den la victoria a Joe Biden, más allá de lo que suceda también con el Senado y la Cámara de Representantes, los expertos señalan claramente al de infraestructuras, renovables y consumo básico como los sectores que se verían más favorecidos de producirse este escenario.
Dentro del primero, Quanta Services, Jacobs Engineering y Honeywell son los preferidos por los analistas, sin embargo, hay que recordar que es una industria muy internacional y compañías de otros países también podrían beneficiarse de los estímulos demócratas, entre ellas incluso españolas como ACS o Ferrovial, ya muy presentes en Estados Unidos. En el caso de las empresas ligadas a las energías renovables, las mejores recomendaciones recaen sobre AES Corporation, NRG Energy y NiSource, aunque ninguna de ellas es completamente verde. Por último, las opciones más aconsejadas por los expertos para posicionarse en la distribución de productos básicos son Mondelez, Coca-Cola y Walmart, todas ellas con un cartel de compra.