
En los últimos meses Europa ha asistido a la representación gráfica de lo que en realidad ha sido la Unión Europea desde su creación: un conjunto heterogéneo de países con distintas situaciones, distintos objetivos y distintas velocidades. El norte, comandado por Alemania, ha sido acreedor del resto del continente gracias a su mayor prudencia presupuestaria, mientras que el sur ha sido su deudor sujeto al compromiso con Bruselas de rebajar el déficit. Estas dos velocidades se han visto reflejadas también en los parqués de las bolsas, donde este año los selectivos nórdicos, el alemán, el holandés y el suizo lo han hecho mucho mejor que el belga y los del Mediterráneo.
El caso más espectacular es el danés. Su índice de referencia, el OMX 25, ya sube en lo que va de año en torno a un 2,3%, y se acerca a recuperar los niveles previos al inicio de esta crisis, de los cuales está a menos de un 4%. Países Bajos y sus vecinos del norte, Suecia y Noruega, se dejan entre un 12% y un 17% desde el primero de enero, que son entre 5 y 10 puntos porcentuales menos respecto al benchmark europeo, el EuroStoxx 50.
Una de las claves es la composición sectorial, por el mayor peso bancario en España
Los analistas coinciden en la importancia de la composición sectorial. "Países Bajos y Alemania tienen mucha tecnología en sus índices, además de farmacia y salud", explica Ignacio Cantos, gestor de atl Capital. "En Alemania la banca solo pesa un 13%, mientras que el sector tecnológico supone más de un 20%", apunta Natalia Aguirre, analista de Renta 4. "Miras qué sectores han ido bien y cuáles mal y esto se explica solo", añade.
Si estos son el tren de alta velocidad, los países del sur son las locomotoras a vapor que primero fueron más castigadas en las caídas de febrero y principios de marzo y luego se han quedado rezagadas en la recuperación posterior. Grecia, Italia y España son los mejores ejemplos, aunque también Francia se ha quedado ligeramente atrás. "Estos son los países cuyas economías dependen en mayor parte del turismo y los servicios, sectores que la pandemia ha dejado muy tocados", explica Cantos. El caso de Bélgica es una excepción ya que también han sufrido un alto impacto del virus "y su índice está muy condicionado por la evolución de la gran cervecera AB Inbev [en lo que va de año ha perdido casi la mitad de su valor en bolsa]", agrega el experto de atl Capital.
Más allá de la mayor incidencia de la pandemia de coronavirus en España con respecto a los vecinos de Europa, lo cierto es que en el Ibex hay un gran peso del sector bancario (del 20%), que está siendo uno de los más damnificados en estos meses al verse abocado a enfrentarse a una ola de impagos que ya están anticipando a través de las provisiones anunciadas. "En 2008, la mayor parte de los créditos fueron al sector inmobiliario y ahora es al de servicios, lo cual es algo a tener en cuenta en este sentido", expone Cantos. "Pero no es la única causa, antes del Covid ya veníamos de un punto de partida desequilibrado en contra de los países del sur, con mucha más deuda y menor margen fiscal para estimular la actividad, como sí ha hecho, por ejemplo Alemania, que ha sido muy rápida y contundente a la hora de implementar estas medidas", arguye Aguirre, que, además, recuerda que el Ibex tiene una particularidad más, que es su exposición a Latinoamérica, "que en este caso ha contado como otro punto en contra debido a la depreciación de sus divisas y a la caída de los precios de las materias primas".
Tampoco hay que olvidar la macro, tal y como apunta Andrés Aragoneses, analista de Singular Bank, que recuerda que "la Comisión Europea ha vuelto a revisar a la baja las previsiones de caída del PIB tanto en España como en Italia, con una contracción del 9,4% y del 9,5%, respectivamente, y esto ha tenido influencia en la perspectiva de los inversores".
De cara al inversor, habría una oportunidad en un escenario en el que esta brecha tendiera a cerrarse, sin embargo, los expertos, no lo ven claro. "Es complicado pensar que el Ibex cerrará esta brecha dadas las previsiones que hay", advierte Aragoneses. "Dependerá de la pandemia y la recuperación pero a corto plazo no lo veo", añade Aguirre.
La debilidad del Ibex, mostrada en su peor comportamiento con respecto al resto de los principales índices de Europa, es también un síntoma de que los beneficios del selectivo nacional este año se están evaporando por momentos. En este sentido, el consenso de analistas que recoge Factset ya ha reducido la previsión de BPA (beneficio por acción) del Ibex para 2020 en casi un 54% en lo que va de año. Si lo comparamos con el EuroStoxx, son más de 15 puntos de diferencia y casi 20 puntos en el caso del Dax alemán. Esto ha hecho que, pese a las mayores caídas del parqué español, los múltiplos a pagar, lejos de reducirse, se han ampliado hasta cotizar a un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 19,9 veces, lo que implica que se paga una prima frente al EuroStoxx y al Dax, aunque mantiene el descuento, por ejemplo, frente al Aex holandés. Históricamente, este equilibrio de multiplicadores había estado invertido, en favor a un Ibex más barato que el resto.