
Estimado inversor, comparto casi todas las cosas que usted ha vivido en las dos últimas semanas. Sé lo que es mirar a media noche los futuros y sentir el sudor frío de que el mercado se va a derrumbar otro día más. Sé lo que es tener la culpabilidad de haberse hecho trampas en el solitario. "Solo es una gripe". "Serán unas semanas en las que a algunas empresas les faltarán suministros". El miedo llegó cuando empezamos a pensar que la crisis de oferta iba a ser demanda. "Todo lo que caiga será una oportunidad" -decíamos-.
Pero llegó el pánico a nuestras casas. Todo estaba controlado y acabamos confinados en los domicilios para protegernos y proteger a los demás. No es una guerra pero es nuestra pandemia. Pero el pánico ya estaba en mercado. "Y si de una recesión acabamos en una depresión porque el consumo no vuelve a recuperarse porque la gente pierde masivamente sus puestos de trabajo". Esta es la reflexión que me hacía mientras se desplomaba el miércoles Wall Street pensando que, ahora que las estimaciones y las valoraciones están destruidas, lo que hoy parece barato mañana puede estar caro.
Con el sudor frío de ver como se desvanece tu ahorro, perdida toda esa confianza de caídas anteriores en las que no vendes, me puse en contacto con quien considero una de las personas que más sabe de gestión y valoración de empresas. Por confidencialidad no voy a decir su nombre, pero sé que todos los que siguen el mundo de la inversión lo tienen en su cabeza.
Si tuvieras que poner de cero a diez, ¿cuál es tu nivel de pesimismo?
En conjunto, 8. Desde el punto de vista sanitario, sin ser un experto ni pretenderlo, estoy bastante preocupado porque el aislamiento no se nos da bien, y desde el punto de vista emocional vienen momentos muy duros cuando vayamos conociendo casos cercanos. Desde el punto de vista económico viene la gran recesión y va a costar tiempo recuperarse. En el mercado me preocupa 10 la liquidez y 0 la renta variable diversificada (vamos camino de la gran monetización).
¿En previsión de nuevos pánicos venderías algo de renta variable?
En absoluto, no -con letras grandes me escribía-, pero estaría preparado para caídas todavía muy fuertes. Van a ser momentos muy difíciles para todos.
Creo que hasta esta semana he cuestionado toda esa teoría con la que me he construido de que la inversión es de largo plazo, y ahora solo me queda el consuelo de que el refugio es el largo plazo. Incluso puede que no sea tanto. Esta semana me reconfortaba leyendo en elEconomista que de media, desde la Segunda Guerra Mundial, el S&P 500 ha tardado 30 meses en recuperarse cada vez que se ha producido una recesión. Firmaría ahora ver el vaso medio lleno, incluso el medio vacío, que dice que en la mayor recesión, la del petróleo de los setenta, tardó cinco años en recuperarse.