
El petróleo se encuentra inmerso en un mercado bajista, que es producto tanto del lado de la oferta (producción) como el de la demanda (consumo). La producción, tal y como se preveía el año pasado, mantiene su fortaleza, mientras que la demanda está sufriendo el golpe del coronavirus y ha sufrido la primera caída en un trimestre desde la crisis financiera de 2009. El fino equilibrio sobre el que camina la cotización del crudo puede romperse en cualquier momento hacía cualquier lado. El coronavirus ha desequilibrado la balanza hacía el lado de las caídas, pero las tensiones geopolíticas pueden generar un cambio brusco de un día para otro, como destacan los economistas del Banco de España en un recuadro publicado este miércoles.
En lo que va de año, el precio del petróleo Brent ha caído más de un 20% hasta tocar los 50 dólares, ante un consumo a la baja, consecuencia del impacto del coronavirus y unas expectativas inciertas. El precio ha pasado en pocos meses desde los 68 dólares a los 52 en los que se mueve esta jornada. Según el modelo que usa la Reserva Federal de Nueva York, hasta el mes de febrero fueron factores de oferta (la fuerte producción crudo en EEUU y otros países) los que estuvieron lastrando el precio del 'oro negro', pero a partir de ese mes la demanda también ha lastrado su precio. Ahora, la OPEP negocia nuevos recortes de la producción -para estimular los precios- que podrían aprobarse en la reunión de esta semana. La misión parece compleja ante la negativa de Rusia (aliado de la OPEP y miembro de la OPEP+), que hoy miércoles ha vuelto a mostrar su reticencia a profundizar los recortes de suministros de crudo, que ahora mismo alcanzan los 1,7 millones de barriles diarios.
¿Qué pasaría si las tensiones geopolíticas vuelven a escena? El precio del crudo se dispararía de nuevo. Este escenario no se puede descartar. Más allá del sempiterno choque entre EEEUU e Irán, la tensión entre Turquía y Rusia va en aumento por los choques de ambas potencias en la guerra de Siria (cada país apoya a un bando). Un conflicto en Oriente Medio podría implicar a varias naciones (Irán es aliado de Rusia) desatando restricciones en la producción de petróleo o poniendo en peligro las rutas clave para su exportación, como es el Estrecho de Ormuz, por donde circula el 30% de todo el comercio de petróleo.
Dos escenarios posibles
Los economistas del Banco de España formulan dos escenarios. Uno moderado en el que el auge de las tensiones geopolíticas y posibles conflictos generasen una disrupción en la producción de 800.000 barriles de petróleo al día (un 0,8% de la producción total). Bajo este escenario, los precios del crudo avanzarían 6 dólares el primer mes, lo que supondría una subida del 11,5% para el crudo Brent desde los precios actuales.
Sin embargo, el escenario adverso que maneja el BdE, que incluye un recorte del 4% de la producción global, "el precio del barril de crudo se incrementaría en el primer mes un máximo de 38 dólares... A partir de dichos máximos, los precios se reducirían. De esta manera, respecto al escenario central, en seis meses el incremento medio se situaría en 20 dólares en el escenario adverso y en 4 dólares en el moderado". El barril de Brent cotiza en los 52 dólares, por lo que este auge llevaría al crudo a los 90 dólares, niveles que no ve desde octubre de 2014. No obstante, en octubre de 2018 llegó a superar los 85 dólares por barril, máximos de los últimos años, pero no llegó a tocar la cota de los 90.
Con los precios actuales, este escenario implicaría que el precio del crudo se disparase un 73% en un solo mes. Esta hipótesis asume que la producción global cae en unos 4 millones de barriles por día, que equivaldría a un suceso en el que la producción de Irak colapsase por completo. Este país es el segundo mayor productor de la OPEP con 4 millones de barriles por día. Este escenario es poco probable pero no imposible. Los roces entre chiíes (60% de la población) y sunníes (40%) son algo habitual.
Además, el BdE reconoce que "este ejercicio no considera sucesos mucho más extremos, como podría ser el bloqueo del estrecho de Ormuz, paso estratégico por el que circula cerca de 15 millones de barriles al día, dado que no existen precedentes históricos de un suceso de estas características".