
Los altibajos del mercado en este arranque de año ya se dejan sentir en los rendimientos que obtienen las carteras de los inversores. Según datos de Morningstar, únicamente los más conservadores consiguen esquivar las pérdidas en este inicio de ejercicio.
Y por la mínima, ya que la rentabilidad que consiguen es de solo el 0,16%, con datos hasta el 30 de enero, últimos disponibles -para llegar a esta cifra se tiene en cuenta la rentabilidad media de los distintos tipos de fondos mixtos que existen y que coinciden con los diferentes perfiles de inversor-.
La explicación de que solo ellos resistan en positivo se encuentra en la mayor proporción que destinan a invertir en renta fija, en comparación con el resto de perfiles. A pesar de que la rentabilidad de muchos bonos tocó mínimos históricos el año pasado (y su precio, por tanto, máximos), y de que sus rendimientos empezaran a repuntar a partir de entonces, la búsqueda de refugio en las primeras sesiones del año a medida que aumenta el miedo a que el coronavirus merme el crecimiento de la economía ha devuelto, otra vez, las compras de este activo. Sirva como ejemplo que la rentabilidad del bono alemán a diez años descendió el lunes hasta mínimos del año (es decir, hasta el -0,445%, aunque su récord sigue en el -0,71% al que llegó en 2019).
No a todos salva por igual
Pero no es el único tipo de deuda que se ha beneficiado de este contexto de aversión al riesgo que se respira en el mercado, y que ha dejado el contador de muchas bolsas en el acumulado del año prácticamente plano (como es el caso del Ibex 35 o de Dax 30 alemán) o incluso en negativo (ver información superior). Según los índices de Bloomberg y Barclays, ninguna clase de renta fija ofrece rentabilidades negativas este año, siendo la pública de Estados Unidos una de la que más sube (junto a la de Canadá), que consiguen un 2,48% la primera y un 3,08% la segunda.
Ese colchón que aportan los bonos no ha servido, en cambio, para que los perfiles moderados, que invierten un porcentaje superior a los cautos en bolsa, escapen de los números rojos. Según los datos de Morningstar, este tipo de carteras cede un 0,33% este año, que contrasta con el 10% que consiguieron el año pasado). Igual que las flexibles, que por definición tienen la capacidad de adaptar el porcentaje que dedican a la renta fija o a variable en función de la situación del mercado. Éstas también ceden un 0,33% en 2020. Y las agresivas, en las que el 100% se encuentra invertido en bolsa, no son ninguna excepción. Después de cerrar el año pasado con ganancias de doble dígito, en este inicio de año se dejan un 0,30%.