Bolsa, mercados y cotizaciones

Los fondos internacionales pasan en la década del 10 al 35% del patrimonio

  • Se espera que la deuda de la eurozona dé apenas un 0,2% de rentabilidad
Foto: Archivo
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Más preocupación por el MSCI World que por el Ibex y más inquietud por los índices de renta fija mundial que por los bonos del Tesoro. Los inversores españoles han modificado su perfil durante los últimos diez años y han dado prioridad a las estrategias internacionales de su cartera. De los 273.429 millones de euros de volumen patrimonial que tienen los fondos de inversión, según los últimos datos de Inverco, el 35% se encuentra en productos con una vocación internacional. Esto significa que algo más de 96.000 millones de euros dependen de la evolución de mercados diferentes a España.

Este porcentaje ha ido creciendo paulatinamente en la última década al calor de la crisis financiera y la aparición de fondos perfilados y carteras de gestión discrecional. En 2009, los fondos internacionales solo representaban el 9,4% del patrimonio total. Y en 2006, cuando los fondos de inversión alcanzaron en España su máximo nivel de activos bajo gestión, con 254.322 millones de euros, solamente acaparaban el 13%.

Ni siquiera en 2012, cuando los fondos sufrieron la desbandada de los inversores y el patrimonio bajó hasta los 122.322 millones, los fondos internacionales superaron ese porcentaje. Tan solo en el año 2000 consiguieron alcanzar el 24,6% del total de patrimonio de 183.390,7 millones de euros.

Este mayor interés de los inversores por los fondos internacionales se deja notar también en el número de partícipes, que alcanzó por primera vez su número más alto a finales del año pasado, con 7.093.862 cuentas de partícipes, una cifra que se ha ido reduciendo a lo largo de este año por una búsqueda de mayor seguridad en las inversiones, hasta situarse en 6.822.000 millones de cuentas, el 41% del total de partícipes invertidos en fondos en España.

En aumento

Esta tendencia va a ir en aumento en el futuro, dadas las expectativas de rentabilidad de los diferentes mercados. Según las proyecciones de Schroders, la rentabilidad esperada para los próximos diez años para un inversor muy conservador muestran que solo podrán conseguir un escaso 0,2% en la deuda emitida por los países de la eurozona, mientras que en renta variable únicamente se podrá conseguir un 4% en la bolsa europea.

Estas expectativas, sobre todo en los activos de renta fija, han hecho que los fondos de inversión se hayan convertido aún más en el producto estrella de las entidades financieras, que controlan mayoritariamente su distribución en España. La inyección de liquidez de los bancos centrales ha ido rebajando la rentabilidad de los bonos gubernamentales, hasta el punto de que un tercio de todas las emisiones de este tipo ya cotiza en negativo, y los inversores conservadores han debido de ampliar su perfil de riesgo para obtener un rendimiento adecuado.

Bonos high yield, deuda subordinada o emisiones de mercados emergentes se han convertido en activos habituales en los fondos de renta fija, que han ampliado su geografía inversora para compensar los vencimientos de los bonos con un cupón próximo al 7% que debieron emitir países como España y otros del sur de Europa en los años de la crisis del euro.

En bolsa ha ocurrido algo parecido. Frente a la revalorización del 412% que ha logrado el S&P 500 desde 2009 hasta ahora o el 54% del EuroStoxx 50 en el mismo período, el Ibex 35 tan solo ha conseguido un 5%, un porcentaje claramente muy inferior a las expectativas de un inversor.

Presión de los costes

Hay otro factor que también ha influido decisivamente en esta mayor internacionalización del inversor español. Los costes de fabricación de un fondo de inversión y la presión de la gestión pasiva ha obligado a las firmas a rebajar las comisiones de gestión de los fondos, sobre todo a los más conservadores, lo que unido a la necesidad de tener que ofrecer cierto valor añadido a los clientes en este nuevo entorno ha popularizado los fondos perfilados y la gestión discrecional de carteras, que permite una mayor diversificación para obtener rentabilidad. Además, con la gestión discrecional la banca cobra una comisión fija más los gastos subyacentes de los fondos presentes en la cartera, por lo que contar con fondos de vocación internacional significa mantener los ingresos en casa.

La gestora que cuenta con más dinero en fondos de estrategias internacionales es Santander Asset Management, con 16.700 millones de euros, según los datos de noviembre de Inverco, seguida de CaixaBank Asset Management, con 13.526 millones, que es la firma que domina la industria de inversión de fondos española, con 46.557 millones de euros en total.

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