
El año 2019 va camino de acabar como uno de los más exitosos para las bolsas de la última década a pesar de ser el ejercicio con un crecimiento más anémico a nivel global en este mismo periodo. Este rally ha pillado a contrapié al inversor, cuyo posicionamiento le ha jugado una mala pasada. Según los datos recopilados por JP Morgan, han salido 200.000 millones de dólares de los fondos de bolsa global -la cifra más elevada desde 2008- en lo que va de año, mientras que en los productos de renta fija han entrado casi 790.000 millones de dólares.
Este posicionamiento defensivo ha hecho que muchos se hayan perdido las fuertes subidas vividas este año. Y es que una de las grandes dificultades para el inversor es acertar con el timing del mercado -desde 1988 el S&P gana un 10% de media al año, frente al 4,1% que se anota de media el inversor de fondos, según datos de Dalbar-. Sin embargo, aquellos que se han perdido las subidas o que todavía tienen liquidez deben saber que el mercado sí que ofrece correcciones que aprovechar a lo largo del año.
Desde 1988 de media el Ibex sufre dentro de cada año una corrección máxima del 20% con un mínimo del 7% - en el año 2005- y un máximo del 48% - en 2008-, según datos de Renta 4. En el caso del EuroStoxx 50 la mayor caída del año de media alcanza el 18% y en el S&P 500 el 13,5%.

"El pasado mes de diciembre fue el peor último mes del año de bolsa americana desde 1931 y salieron 89.000 millones de dólares de fondos de renta variable. ¿Qué pasó las semanas siguientes? El S&P 500 escaló casi un 8% en enero, logrando el mejor comportamiento en 30 años. Es una nueva versión de una vieja historia. Los intentos de acertar en mercado no funcionan. Los inversores tienden a entrar tarde en mercado e irse demasiado pronto. No tienen la capacidad para comprar y mantenerse en las bolsas durante todo el ciclo de mercado", explican desde la firma norteamericana Calamos.
La volatilidad, una oportunidad
Es cierto que Estados Unidos atravechó una racha inusualmente larga sin correcciones entre finales de 2016 e inicios de 2018, pero no es lo normal. En 17 de los últimos 32 años la bolsa norteamericana ha sufrido caídas de doble dígito y en 13 de esas 17 ocasiones -tres de cada cuatro veces- el índice acabó el año en positivo. "La volatilidad del mercado crea oportunidades y es como los asesores logran generar alpha para sus clientes, por lo que es importante que sepan que ese es su momento", señalan desde la gestora. Desde Eagle Strategies indican que "los bandazos en el mercado son comunes y pueden ser inquietantes pero también hay un consuelo. Las caídas pueden presentar oportunidades de compra para los inversores, ya que entrar en precios bajos te permite recoger frutos luego".
El problema para el inversor en estos periodos es aguantar los nervios y saber cuánto pueden durar estos retrocesos y cuánto tarda el mercado en recuperarse. Según los datos de Capital Group, en los últimos 70 años el mercado cae de media un 5% o más en torno a 3 veces al año. Mientras, se produce un descenso del 10% o más una vez al año y más del 15% cada cuatro. Finalmente, cada siete se produce un desplome de más del 20% -lo que supone entrar en un mercado bajista-.
"Los descensos pueden provocar un comportamiento imprudente del inversor al entrar en pánico, pero es importante darse cuenta de que estas caídas no duran para siempre. Aunque los resultados pasados no garantizan los futuros, recordar que las bajadas siempre han sido temporales puede ayudar a contener los nervios", indican desde la firma de inversión.
¿Entrar ya o esperar?
Para aquel que se ha perdido la revalorización de este año la gran pregunta es si es mejor quedarse fuera esperando que se produzca esa corrección o entrar para evitar perderse más subidas. En el caso del S&P 500 siempre ha acabado recuperándose de las caídas, con el índice cotizando en máximos históricos. El selectivo norteamericano tardó cerca de 4 años en volver a batir sus máximos históricos de 2008, pero la película es bastante distinta a este lado del Atlántico.
El EuroStoxx 50 todavía se encuentra más de un 30% por debajo de los máximos históricos del año 2000. Aunque hay que tener en cuenta que incluyendo los dividendos netos la rentabilidad total desde ese momento es del 16%. El Ibex retrocede casi un 40% frente a los máximos históricos del año 2007 y hasta incluyendo las retribuciones netas aún se queda un 2% por debajo.
Así, históricamente se ha demostraro que intentar acertar con el timing del mercado es un juego en el que muy pocos ganan y apostar todo a un punto de entrada puede costar caro. Así, para muchos lo más inteligente -aunque no sea lo que dará el mayor retorno- es invertir de manera regular. "La forma más fiable de hacer crecer el dinero es invertir de manera diversificada y hacerlo constantemente. Si lo haces de forma mensual lograrás sacar ventaja automáticamente de los bajos precios cuando los mercados caen y estarás calmado cuando estos se sobrecalientan. Hacerlo de manera lenta y continúa tiende a lograr más rentabilidades y a generar menos estrés que intentar adivinar el futuro", indican en ScotiaBank.