El mundo de la inversión ha cambiado mucho en los últimos años y lo ha hecho de la mano de las políticas no convencionales de los bancos centrales. Con el apoyo de estas entidades, deuda y bolsas van camino de cerrar un año 2019 muy positivo, pero las alternativas para el inversor cada vez son más limitadas. Tanto es así que para Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4, "el activo libre de riesgo ha desaparecido".
"El escenario de inversión es diferente. Ahora solo hay liquidez o riesgo. No sucede como antes que existía la posibilidad de elegir entre renta variable o fija", desarrolla Ureta durante la presentación de las perspectivas del banco para el próximo ejercicio. De cara a 2020 desde el banco recomiendan un posicionamiento defensivo, pero recuerdan que la estrategia es "un marco de referencia, no una bola de cristal de lo que va a ocurrir".
La gran pregunta en la mente de los inversores está en si en 2020 llegará la recesión o si finalmente se estabilizará el crecimiento y el susto se quedará en una ralentización. Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, apuesta por una "estabilización del ciclo", aunque condicionada a que continúe el apoyo de los bancos centrales, se produzca un "tímido" estímulo fiscal y a que se siga relajando la tensión comercial.
Mejor bolsa que bonos
Ante el desplome de las rentabilidades en la deuda, en la entidad prefieren la renta variable, si bien advierten de que el camino no estará exento de riesgos. De este modo, señalan a un deterioro del ciclo como uno de los grandes riesgos si se produjese un recrudecimiento de las tensiones comerciales. Asimismo, apuntan a una descaleración superior a lo esperado en China, las revisiones en las estimaciones de beneficios además de los riesgos políticos.
En todo caso, tras un 2019 en el que apenas ha habido crecimiento de beneficios mientras que las bolsas han subido fuertemente, reconocen que los múltiplos son elevados. "La gran paradoja de este año, en el que la economía apenas crece y las bolsas han subido mucho, se justifica por los bancos centrales. La expansión de múltiplos es preocupante pero tampoco diría que no puedan elevarse aún más por el miedo a perderse la subida", señala Aguirre, al tiempo que reconoce que estarían "más cómodos" si se produjese "una recuperación de los beneficios".
Un potencial del 8,5% para el Ibex
Para el Ibex 35 fijan un precio objetivo en los 10.200 puntos, lo que supone un potencial del 8,5% desde los 9.400 puntos actuales. Eso sí, advierten de la necesidad de ser "selectivos" y aprovechar las "oportunidades de entrada" que puedan dar las correcciones a lo largo del año. Para Aguirre el Ibex ha estado "penalizado por el elevado peso del sector bancario y el derating que se ha producido en el mismo" y por la debilidad que se ha registrado en Latinoamérica.