
SIX Group, la firma que gestiona la bolsa suiza, ha lanzado una opa sobre su homóloga española, Bolsas y Mercados Españoles (BME). Pero esta operación corporativa no es como cualquier otra. Aquí también entra en juego el Gobierno, ya que tiene potestad para vetarla si así lo considera al tratarse de una infraestructura relevante para la economía. Fuentes de mercado explican que la clave en otras operaciones de este sector en el mundo ha estado en si la oferta, como en este caso, es amistosa. Estos son los puntos clave.
1. El papel de CNMV y Gobierno. Dos autoridades estarán detrás. "El papel de la CNMV es doble: por un lado, el que desempeñamos en cualquier opa y, por otro, tenemos un papel asesor del Gobierno, al que corresponde autorizar esta operación", explicó este lunes el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, refiriéndose a un informe previo que elaborará el supervisor para el Gobierno antes de que este dé su visto bueno. Un Gobierno en funciones, en principio, dijo Albella, sí podría dar la autorización.
2. Los plazos. No están del todo claros. La empresa que lanza la opa cuenta con un mes para presentar formalmente la oferta y luego la CNMV dispone de otro mes para admitirla a trámite. El Gobierno, previo informe de la CNMV, cuenta con 60 días hábiles para dar su autorización, según señalan fuentes de mercado. Tras ello, ya se podría aprobar el folleto. Este lunes Albella adelantó que "se resolverá en varios meses", porque se están estudiando los plazos a seguir ante la existencia de "tres reglamentos europeos que deben analizarse".
3. Condiciones. ¿Podría el Gobierno poner condiciones? "Sí, puede ser que la autorización se concediera con condiciones y exigencias al oferente. Sin duda es una de las cosas que se va a valorar, pero es un momento muy preliminar", dijo Albella.
4. Opa amistosa. BME ya ha dado su primer beneplácito cuantitativo y cualitativo. Además de ser un precio razonable, a su juicio, el "Consejo de Administración ha valorado favorablemente los compromisos que SIX ha adquirido frente a BME". Entre otras cosas, el grupo suizo garantiza que "el negocio de BME se mantendrá con un grado suficiente de independencia"; que conservará las marcas actuales y las líneas de negocio, sedes, oficinas y estrategias en España al menos durante 4 años; o que adoptarán medidas para asegurar que las funciones que son intrínsecas a las filiales reguladas de BME (así como el personal y las tecnologías necesarias para su funcionamiento) se mantendrán en España.