Bolsa, mercados y cotizaciones

Las carteras conservadoras 'mutan': algo de bolsa hasta después de jubilado

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Aunque puede que aún no sea muy consciente, el inversor conservador se enfrenta a un reto que le obligará a mutar y transformarse en algo distinto si quiere lograr algo de rentabilidad en los próximos años. El precio de uno de sus mejores aliados para construir sus carteras hasta ahora, el de la renta fija, acumula nada menos que dos décadas de subidas (solo interrumpidas en momentos puntuales). Gracias, en parte, a la liquidez con la que han regado el mercado los bancos centrales en los últimos años, que ha provocado, a su vez, que el volumen de deuda con rentabilidades inferiores al 0% supere los 12 billones de dólares en todo el mundo (al cambio, unos 10,8 billones de euros).

Esta circunstancia cobra especial relevancia cuando se trata de ahorrar a largo plazo, con el objetivo de complementar la cuestionada pensión pública, algo que los españoles se plantean, para más inri, a edades tardías, ya sea porque no consiguen ahorrar, porque aún se consideran demasiado jóvenes o porque atraviesan dificultades económicas -que son los motivos que alegan en un reciente estudio de ING, que releva que el 45% comienza a planificar su jubilación a partir de los 40 años, y que tan solo el 18% lo hace antes de los 30-.

La escasa expectativa de rentabilidad que existe para la deuda gubernamental europea (que se encuentra en torno al 0,3% a un año vista, según los índices de Bloomberg y Barclays), y el aumento de las comisiones, ha llevado a cada vez más expertos a aconsejar destinar una porción más pequeña a este activo y elevar, por contra, la parte de la cartera dedicada a la bolsa. Incluso para los perfiles conservadores.

Las gestoras elevan el peso de la bolsa

De ahí que la inmensa mayoría de las entidades consultadas, que se corresponden con las grandes gestoras de planes de pensiones en nuestro país -seis de siete-reconozcan haber elevado el peso que recomiendan dar a la bolsa en una cartera enfocada a la jubilación. Una de ellas ha sido Santalucía AM, que detalla que, "a pesar de ser un tipo de activo [la renta fija] imprescindible en una cartera por su efecto estabilizador", ha aumentado el peso de la renta variable a pesar de su mayor volatilidad y, también, el que da al retorno absoluto, "debido a su interesante efecto de descorrelación con los activos tradicionales", entre otras razones.

Al igual que ocurre en Santalucía AM, la estrategia del equipo de Renta 4 Pensiones ha sido la de "incrementar algo el peso de la renta variable en nuestros planes, siempre teniendo presente el horizonte de jubilación", explican. En los más conservadores, esa subida ha sido mínima, pasando del 3 al 5%, aclaran.

Las gestoras han dado este paso en un momento en el que el porcentaje de inversores conservadores se va reduciendo, aunque todavía son la mayoría. Así se desprende del último Observatorio de Inverco, que refleja que todavía el 55% de los españoles se define como conservador. Y, aunque abultada, esta cifra es inferior a la de hace tres años, cuando representaban el 62%. Al mismo tiempo, los ahorradores de perfiles moderados, que están dispuestos a asumir algo más de riesgo, van creciendo y representan ya el 39% de los españoles.

De este modo, y como las anteriores entidades, en Sabadell también han optado por elevar el peso de la bolsa. Fuentes del banco explican que lo han hecho por cumplir con su objetivo de batir a la inflación de cara a no perder poder adquisitivo, lo que hace "recomendable una mayor diversificación, asumiendo algo de riesgo, por sus expectativas de mayor rentabilidad". Esta tendencia, agregan, se observa en el conjunto del sector, que en los últimos años ha asistido a un cambio en el perfil inversor de las carteras: "A finales de 2014, los planes más conservadores representaban un 57% del patrimonio gestionado en planes de pensiones individuales; a 30 de junio de 2019, este porcentaje es del 28%, y el posicionamiento en renta fija es el que más volumen concentra".

Un 55% de los inversores españoles se define conservador frente al 62% de hace tres años

En Ibercaja también han subido la exposición a bolsa, según explica Carolina Mateo, responsable de desarrollo de negocio de Ibercaja Pensión, en busca de "alternativas a la renta fija, cuyos rendimientos están muy cercanos a cero; las bolsas, por el contrario, se muestran robustas y, tradicionalmente, han permitido obtener mejores rendimientos en el largo plazo".

A día de hoy, coincide Miguel Ángel Larruga, director de negocio de Unicorp Vida, "la renta variable es la única alternativa para conseguir rentabilidad a largo plazo". Según el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad (BER) de elEconomista, el retorno al que aspira un inversor que tenga todo su dinero en este activo roza el 6% -se ha limitado por las subidas que viven las bolsas este año, que en muchos casos caminan por zona de máximos-. Se trata de una rentabilidad atractiva si se compara con la que ofrecen los activos libres de riesgo (es decir, con el interés de la deuda pública).

La pregunta es, por tanto, qué porcentaje concreto debería asignar alguien que esté ahorrando con miras a la jubilación a la bolsa en estos momentos, en función de su edad. elEconomista ha pedido a las principales gestoras en planes de pensiones que respondan a esta cuestión y ha elaborado una media a partir de sus respuestas (aunque en el gráfico encontrará el detalle de cada una). El resultado es que, para las personas que tengan entre 35 y 50 años, la parte asignada a renta variable debería estar en torno al 64% (se parte del supuesto de que el resto debería dedicarlo a invertir en renta fija). Para aquellos con edades de entre 50 y 65 años, un 32% de la cartera debería estar en este activo. El porcentaje se reduce significativamente para aquellos que tengan más de 65 años, hasta el 13%.

La opinión de cada entidad

Como es lógico, un inversor más joven puede jugársela, por así decirlo, un poco más poniendo su dinero en acciones de empresas cotizadas; tiene muchos más años por delante hasta la jubilación que deberían permitirle recuperar lo perdido si la inversión no sale bien. Por eso, en la franja de edad comprendida entre los 35 y los 50 años, Renta 4 propone invertir en renta variable un 76% de la cartera, y el resto en renta fija. Es en este rango de edad cuando los españoles comienzan a planificar su jubilación.

Con Renta 4 coinciden los expertos de Santander AM, que consideran que la bolsa debe pesar un 75% en la cartera en los primeros años de preparación del futuro retiro. El porcentaje cae al 60% en el caso de Santalucía AM y al 65% en el de Unicaja.

No todas las entidades son tan concretas al responder a las preguntas planteadas por elEconomista: algunas prefieren facilitar, en lugar de porcentajes, horquillas. Tampoco a todas les encajan los rangos de edad propuestos por este periódico. Es el caso de BBVA, que acota sus propias franjas de edad y que solo se atrevería a recomendar un 75-100% de bolsa a personas menores de 40 años. También propone sus propios tramos de edad Mapfre, cuyos expertos se muestran todavía más prudentes que los de BBVA: como máximo, aconsejarían tener en bolsa un 56% del patrimonio solo a los menores de 35 años. Desde ahí a los 43, la inversión en cotizadas caería al 50%, y a los 50 retrocedería hasta el 25%. Dicho de otra forma: para la aseguradora, una persona de 45 años que invierta pensando en su futura jubilación debe tener tres cuartas partes de su dinero en renta fija, a pesar de las anémicas rentabilidades que ésta ofrece.

Por su parte, el equipo de Vida Caixa, la gestora de planes de pensiones de CaixaBank, rehúye facilitar porcentajes ni horquillas argumentando que el peso de la renta variable "no debe depender solamente de la edad".

Hasta los 65 años

Para el tramo de edad comprendido entre los 50 y los 65 años, la posibilidad de arañar algo de rentabilidad (y de riesgo) gracias a la inversión en compañías cotizadas se reduce significativamente. En Sabadell consideran que éstas deben pesar entre nada y un 25% en cartera, lo cual abre la puerta a que una persona de cincuenta años tenga el 100% de su patrimonio para la jubilación en deuda. Más opciones da a la bolsa Renta 4, que plantea un producto con vencimiento a 2030 cuyo porcentaje de renta variable aún se situaría en el 38%.

Más allá de los 65

Rebasada la línea de los 65, la renta fija es la reina de la cartera, con el objetivo de evitar sustos cuando el rescate del plan puede producirse en cualquier momento. Desde Ibercaja recomiendan reducir la exposición a bolsa a entre un 0 y un 20%; en BBVA, aconsejan que sea inferior a un 10%, y en Sabadell que no rebase el 15%. Santander y Unicaja elevan un poco ese peso hasta el 25%. Una vez más, Mapfre vuelve a ser la entidad más prudente al limitar a un 12% la exposición a este tipo de activo a cualquier persona mayor de 60 años.

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