Internacional

El plan presupuestario de Italia: espejismos contables para ganar tiempo

  • Salvini: "Europa no puede chantajearnos por un cero coma algo"
Luigi Di Maio, Metteo Salvini y Giuseppe Conte, jefes de Gobierno de Italia. Foto: Archivo.

"Si en Bruselas piensan chantajear a un Gobierno o a sesenta millones de italianos sobre un cero coma algo, estamos dispuestos a eliminar sus excusas". Estas fueron las palabras del vicepresidente y ministro de Interior, Matteo Salvini, en una reciente entrevista a la radio pública RAI, lo que pone en evidencia que el Gobierno italiano liderado por populistas vuelve de nuevo a jugar a dos bandas.

Por un lado abre la puerta a una reducción del objetivo de déficit para 2019 para "eliminar las excusas" que la Comisión Europea ha utilizado para lanzar el procedimiento de infracción; por el otro se prepara para tensar otra vez la cuerda en el caso de que Europa no acepte el gesto de buena voluntad que llega desde Roma, es decir, una reducción mínima del déficit del 2,4 al 2,2%.

De momento, la marcha atrás sobre el objetivo de déficit para 2019 es sólo una posibilidad. La cumbre informal del pasado lunes entre el primer ministro Giuseppe Conte, sus vicepresidentes y líderes de los partidos que apoyan al Ejecutivo, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, y el ministro de Economía, Giovanni Tria, -junto a un puñado de secretarios de Estado- se concluyó sin declaraciones oficiales ni una nueva propuesta para Bruselas.

De hecho el procedimiento de infracción por deuda excesiva ya ha empezado su recorrido y el Gobierno italiano, para cambiar los objetivos de su plan presupuestario, tiene que esperar a que el Parlamento vote los Presupuestos para 2019. Bruselas pide a Italia cambios "sustanciales" en su presupuesto para evitar la apertura de expediente.

Posible retraso de las medidas estrella

La prensa italiana filtró este martes algunas hipótesis que fueron examinadas en la cumbre informal del pasado lunes: aplazar durante unos cuantos meses las medidas de más gasto, que son las dos iniciativas estrella (la renta de ciudadanía, que viene a ser un subsidio para desempleados en búsqueda activa de empleo y la bajada de la edad de jubilación) y asignar de manera diferente algunos recursos para obtener la derogación prevista para las inversiones. En particular, Italia que ya en la última carta a Bruselas pedía 1.000 millones de flexibilidad presupuestaria para hacer frente al mantenimiento "extraordinario" de la red de carreteras tras el derrumbe, el pasado 14 de agosto, del Puente Morandi (viaducto de la autopista que cruza Génova, que al caer causó 43 muertos) podría subir sus peticiones hasta los 5.000 millones justificándolas con los gastos de reconstrucción tras las recientes inundaciones que se han sucedido en el país.

En todo caso, se trata de espejismos contables que no resuelven los problemas presupuestarios del país transalpino. Buscar una nueva fecha para aplazar la bajada de la edad de la jubilación o la introducción de la renta básica de ciudadanía durante unos meses supone un ahorro para 2019, pero deja sin modificaciones el gasto para 2020, cuando el Gobierno tendrá también que encontrar más de 12.000 millones de euros para evitar la anunciada subida del IVA.

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