
Tramitar leyes en EEUU es bastante complicado si no hay mayorías aplastantes detrás, y los dos proyectos de infraestructuras, gasto social y subidas de impuestos presentados en los últimos meses por el Gobierno de Joe Biden están sufriendo esta realidad. Las últimas informaciones apuntan a que las dos propuestas serán aplazadas al otoño, alargando una tramitación que el mandatario pretendía que fuera lo más rápida posible.
El problema son las fechas. El mecanismo parlamentario que permite aprobar las leyes por una mayoría simple requiere tiempo para cumplir una serie de procesos previos: el primer paquete de estímulo, aprobado nada más llegar Biden al poder, tardó unos dos meses en tramitarse. El segundo problema es que las leyes que usen este mecanismo de mayoría simple tienen una 'fecha de caducidad': el 31 de septiembre. Con el verano y diversos festivos, como el 4 de julio, de por medio, los plazos son demasiado ajustados.
A eso se suman otros dos motivos. Por un lado, Biden está intentando negociar con los republicanos un acuerdo que permita aprobar la ley a toda velocidad mediante el mecanismo acelerado para los acuerdos bipartidistas. Aunque no tiene visos de prosperar -la propuesta republicana es apenas un 25% de la del Gobierno-, el senador clave, el demócrata conservador Joe Manchin, ha exigido intentar esta vía antes de ir a la de la mayoría simple.
Por otro lado, la recuperación económica puede recortar la necesidad de un estímulo tan grande como el previsto, de unos 4 billones de dólares. Si los puestos de trabajo se recuperan a más velocidad de la prevista, o la inflación sigue acelerándose, los demócratas podrían plantearse un proyecto algo menos ambicioso, especialmente en los apartados de gasto social que no están directamente relacionados con las infraestructuras. Estos meses de plazo son, así, una forma de freno al proceso, para ver los efectos de los estímulos ya aprobados.
El Gobierno también está negociando con Manchin un proyecto de reforma electoral, para evitar que los estados diseñen circunscripciones manipuladas para favorecer desproporcionadamente al partido en el poder, o que cambien los requisitos para votar de forma que perjudique desproporcionadamente a algún grupo demográfico. Una reforma que está cobrando urgencia después de que varios estados republicanos cambiaran sus leyes para hacer más difícil votar, y teniendo en cuenta que en los próximos meses, casi todos los estados tendrán que rehacer sus circunscripciones para reflejar los nuevos datos de población tras el censo del año pasado.
Reunión con Putin el 16 de junio
La Casa Blanca también informó este martes de que ha concertado una cita con el presidente ruso, Vladimir Putin, para el próximo 16 de junio. Se celebrará en Ginebra (Suiza), y tendrá como objetivo "recuperar la estabilidad y predictibilidad a las relaciones EEUU-Rusia", después de años de numerosas tensiones entre ambas partes.
En el capítulo de negociaciones, Irán también ha abierto la puerta a mantener las inspecciones de la Agencia Mundial de la Energía, encargada de supervisar su programa nuclear según el acuerdo roto por Donald Trump, como gesto de buena voluntad de cara a una recomposición del pacto. Irán celebra elecciones este verano, y se espera que el próximo presidente sea uno de los partidarios de la 'línea dura', por lo que firmar un acuerdo antes del traspaso de poderes sería más fácil para EEUU que después.