
Con más de 60.000 votos en las urnas ya, y a falta de dos semanas para el primer debate electoral, el presidente de EEUU, Donald Trump, se sometió el martes a un interrogatorio a manos de ciudadanos anónimos, al estilo de "Tengo una pregunta para usted", en la cadena ABC. El resultado fue una hora y media de respuestas sorprendentes, en las que el presidente aseguró que "la mentalidad de rebaño" contendrá al coronavirus y culpó a los camareros por la falta de mascarillas obligatorias.
La entrevista, a la que se someterá también su rival, Joe Biden, en los próximos días, es una preparación para los debates, que pueden ser su última carta para intentar mover las encuestas, que llevan meses pronosticando su derrota. Este año, además, serán más importantes por lo temprano que se va a votar: más de 60 millones de personas recibirán el voto por correo entre este jueves y la segunda semana de octubre, momento en el que abrirán las urnas físicas en casi todo el país para los que quieran votar en persona.
Trump centró especialmente sus intervenciones en el coronavirus, que se llevó la mayor parte de las preguntas. En su intervención más recordada, el magnate pronosticó que el virus "va a desaparecer" aunque no haya mascarilla, porque "desarrollaremos una mentalidad de rebaño. Va a ser desarrollado por un rebaño, y eso va a pasar", dijo. El presidente probablemente se refería la inmunidad de rebaño, que ocurriría si se dejara a la enfermedad contagiar a la gran mayoría de la población. De recurrir a ese método, casi dos millones de personas podrían morir, según las estimaciones de los científicos.
El presidente culpó a los demócratas de no haber aprobado una orden nacional para llevar mascarilla antes siquiera de ganar las elecciones. "Lo prometieron en la convención nacional y no lo han hecho. Lo hemos comprobado y no lo han hecho", dijo, ignorando que él todavía es el presidente y que Biden difícilmente pueda ordenar nada mientras siga como líder de la oposición. Y explicó que él, que sí puede, no ha aprobado tal medida por "los camareros. Vienen y te sirven y llevan una mascarilla. Lo vi el otro día -no los culpo, solo digo lo que ocurre-, ellos me estaban atendiendo y estaban jugando con una mascarilla. Y luego tocan los platos con esa mano. Eso no es bueno".
Tras hablar de "el virus chino", el moderador le preguntó si se arrepentía de sus alabanzas al presidente de China, Xi Jinping, en los primeros meses de la pandemia, cuando dijo que China estaba siendo "muy transparente", "muy fuerte" y "muy efectiva" en su lucha contra el virus. Trump respondió que no se arrepentía y que sus alabanzas eran porque "acabábamos de tener el mayor pedido de maíz en la historia de nuestro país la semana anterior, el mayor pedido de semillas de soja, el mayor pedido de carne de vacuno, porque saben que estoy muy infeliz. Saben que estoy muy, muy infeliz".
"Espero que no haya un problema racial. Te puedo decir que no hay ninguno conmigo"
Y terminó el segmento inventándose una inexplicable anécdota sobre la Segunda Guerra Mundial. "Cuando Churchill estaba en la azotea de un edificio, y dijo que todo iba a estar bien, que todo iba a ir... mantened la calma. Y tienes a los nazis lanzando bombas por todo Londres, fue muy valiente porque estaba en lo alto de un edificio. Era bien sabido que estaba subido sobre edificios y estaban bombardeando. Y dice que todos iban a estar a salvo."
Sobre las protestas raciales, provocadas por el asesinato de un ciudadano negro, George Floyd, a manos de la policía, e inflamadas tras el tiroteo sufrido por otro hombre negro por otro agente, Trump se centró en defender al cuerpo de seguridad. "A veces se atragantan", dijo, "porque tienen que tomar decisiones muy rápido. La policía tiene tanto miedo hoy de que si hacen algo un poco mal, sus pensiones se van, sus trabajos se van, quién sabe qué pasará. Su vida está arruinada; su esposa o su marido les dejarán. En general, es algo muy aterrador".
Sobre las protestas, Trump se centró en atacar a los Gobierno estatales y municipales demócratas, que "gestionan muy mal", e insistió en que no aprobará ayudas económicas para paliar los efectos de la crisis provocada por el coronavirus en los estados de Gobierno demócrata porque "no se lo merecen, hacen cosas que los republicanos no hacemos".
Y cuando un ciudadano negro le preguntó que "cuándo han tenido una vida 'grande' los negros en EEUU para 'volver a ella de nuevo'", Trump le respondió que "tenemos un tremendo apoyo afroamericano en las encuestas" y añadió: "Espero que no haya un problema racial. Te puedo decir que no hay ninguno conmigo".
Todo eso el mismo día en que Trump culpó de los gigantescos incendios que están devastando la costa oeste a los "árboles explosivos" de California. Preguntado sobre si el cambio climático tenía algo que ver con los fuegos, Trump dijo que "esto es más una situación de gestión forestal. Si miras a otros países de Europa, Austria y Finlandia, son naciones forestales. Están en bosques. Y no tienen problemas como este. Y tienen árboles muy explosivos, pero no tienen problemas como este".
Una ristra de respuestas que los demócratas han recibido con las manos abiertas. Trump se está encontrando con problemas para mantener su campaña estos días por falta de fondos, y ha tenido que cancelar anuncios en televisión en una ristra de estados clave decisivos, como Nevada, New Hampshire, Michigan, Pensilvania o Wisconsin. Trump, por su parte, acusa a Biden de "doparse" para estar más despierto y activo estos días. Y ha recalcado que no se preparará para los debates. Serán dignos de ver.