
Ya ha llegado la primera ronda de encuestas de calidad en EEUU tras las convenciones de los dos partidos, y el resultado es bastante positivo para el candidato demócrata, Joe Biden, que ha salvado la primera 'bola de partido' sin grandes cambios y mantiene su ventaja a nivel nacional. Sin embargo, las encuestas estatales siguen apuntando a la posibilidad de que, como en 2016, el candidato más votado en el país pierda por la mínima un puñado de estados clave y la presidencia, aunque Biden aún tiene algo más de colchón que Hillary Clinton entonces.
Las semanas de convenciones, en las que los candidatos de cada partido reciben cuatro días enteros de propaganda política gratuita en todas las televisiones del país, coinciden siempre con picos de apoyo para cada aspirante en los sondeos, que suelen reducirse al poco tiempo. Lo sorprendente de este año es, de hecho, lo poco que se han movido: antes de las convenciones, Biden lideraba por 8 puntos. En la semana posterior a la convención demócrata, Biden subió ligeramente por encima de los 9 puntos de media. Y la ola de encuestas posterior a la convención republicana sitúa a al exvicepresidente liderando por unos 7 puntos. Por comparar, tras la convención republicana de 2016, Trump adelantó a Clinton en las encuestas por unas décimas.
Los de este año son unos movimientos minúsculos, comparados con los históricos. En las elecciones de 1988, los candidatos llegaron a subir más de 10 puntos cada uno tras su convención. Y hasta el propio Trump logró subir 3 puntos tras su gran evento en 2016. Este año, los dos aspirantes apenas han visto moverse sus números en un solo punto, lo que indica, de nuevo, la histórica estabilidad de la campaña.
Estos datos, además, apuntan a las nulas posibilidades que tiene Trump de conseguir más votos a nivel nacional, algo que tampoco consiguió en 2016. Desde hace más de tres décadas, todos los candidatos se han puesto por delante en la media de encuestas en la semana posterior a sus convenciones, hasta el propio Trump en las anteriores elecciones. Las únicas excepciones -George Bush padre en 1992 y Bob Dole en 1996- fueron seguidas de sendas derrotas contra Bill Clinton. Parece poco probable que Trump pueda remontar esos 8 puntos de margen si, en su mejor semana de todo el año, apenas ha sido capaz de arañar uno.
La media de encuestas de FiveThirtyEight sitúa a Trump unos 4 puntos por detrás de Biden en los estados clave
Por supuesto, la clave es que las elecciones de EEUU se realizan a nivel nacional y Trump no necesita ser el candidato más votado para ser nombrado presidente: le basta con sacar un solo voto más que su rival en estados que sumen 270 escaños al Colegio Electoral, una cámara que se reúne en diciembre por un día únicamente para nombrar al mandatario para los próximos cuatro años.
Y allí las opciones de Trump son algo mejores. La media de encuestas de FiveThirtyEight sitúa a Trump unos 4 puntos por detrás de Biden en los estados que con más seguridad decidirán al vencedor nacional: Pensilvania, Florida y Arizona. Si Biden gana Michigan y Wisconsin -en los que su margen se parece más a la media nacional-, Trump aún podría mantenerse en la Casa Blanca si gana estos tres estados, por minúscula que sea su ventaja. Al fin y al cabo, en 2016 ganó el trío de estados clave -Pensilvania, Michigan y Wisconsin- por menos de un 1% en cada uno. Menos de 80.000 papeletas -de más de 130 millones- en tres estados decidieron al vencedor.
La diferencia es que este año las encuestas están más planas que entonces, los indecisos que auparon a Trump en el último momento han caído a mínimos -cerca de un 6%, y muchos de ellos votarán a partidos minoritarios- y la última vez que hubo elecciones a nivel nacional, las legislativas de 2018, dieron un resultado muy similar al que señalan las encuestas ahora: los demócratas ganaron por 9 puntos y se llevaron Michigan, Wisconsin, Pensilvania y Arizona, un grupo que bastaría para dar la victoria a Biden. Además, los sondeos de este miércoles indican que los ciudadanos confían más en Biden para mantener el orden por 8 puntos, según Morning Consult, y no creen que las protestas vayan a frenarse si Trump es reelegido, según YouGov. El terreno en el que Trump ha decidido moverse, en otras palabras, no es el mejor para él.
La clave para Biden: cinco puntos
Sea como fuere, el analista de encuestas Nate Silver sitúa en los 5 puntos el margen por el que Biden necesita ganar a nivel nacional para garantizar una victoria en el Colegio Electoral. "Entre 4 y 5 puntos, gana un 89% de las veces. Más de 5 puntos, gana un 99%" según sus cálculos, explicó. Sin embargo, si cae al margen por el que ganó Clinton, entre 2 y 3 puntos, el resultado será igual de ajustado que entonces, con apenas un puñado de papeletas entre uno y otro en los estados decisivos: un 46% de probabilidades para Biden y un 56% para Trump. Cualquier resultado mejor para el republicano -perder por 2 puntos o menos- garantizaría su reelección.
Este viernes las urnas se abrirán en Carolina del Norte, donde más de 600.000 personas recibirán una papeleta para votar por correo. Este estado, muy igualado entre ambos, podría ser una 'opción B' para Biden si se cae alguno de los otros. Pero, por el momento, las encuestas siguen apuntando a un escenario en el que Biden es el favorito. La pregunta sigue siendo si a Trump le queda alguna carta que jugar para llevarlos a un terreno más favorable para él. Pero el sistema electoral estadounidense hace que la diferencia en votos entre un escenario en el que Trump gane en escaños por la mínima y uno en el que Biden aplaste al presidente con más de 370 escaños sea muy pequeña.