Desde el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía el pasado mes de mayo, las manifestaciones y los disturbios en numerosas ciudades estadounidenses se han convertido en algo común. En las últimas semanas, nuevos casos de violencia policial, encabezados por los siete disparos que otro ciudadano negro recibió por la espalda a manos de otro agente en Kenosha, Wisconsin, han vuelto a encender las llamas entre el movimiento 'Las Vidas de los Negros Importan' (Black Lives Matter) y contramanifestantes supremacistas blancos. Y el fuego resultante, con varios muertos de uno y otro bando, se ha convertido en uno de los temas clave de las elecciones. Uno que, según JP Morgan, puede impulsar las opciones del presidente, Donald Trump, aunque las encuestas dejan muchas más dudas.
"Las posibilidades de reelección de Trump están aumentando debido a dos efectos: el impacto del grado de violencia de las protestas en la opinión pública y los patrones de voto; y 2) un sesgo en las encuestas debido a que los votantes de Trump tienen más probabilidades de no responder o engañar a las encuestas", dijo JP Morgan en un análisis este lunes. "Pueden ocurrir muchas cosas en los próximos 60 días que cambien las probabilidades, pero actualmente creemos que el impulso a favor de Trump continuará, mientras que la mayoría de los inversores todavía están posicionados para una victoria de Biden", advierten.
Campaña sobre la violencia
Por el momento, los dos candidatos van a centrarse en el tema de la violencia en las protestas en estos últimos días que quedan antes de que abran las urnas este viernes en Carolina del Norte, el estado más madrugador del país, donde ya han solicitado el voto por correo más de 500.000 personas, un 15% de los que votaron allí en 2016. Biden hablará en Pensilvania (que empezará a votar el 14 de septiembre) y Trump en Wisconsin (17 de septiembre). Un hecho que hace aún más urgente la 'remontada' para el presidente: cuanta más gente vote pronto, menos margen habrá para cambiar las tendencias en lo que queda de temporada electoral.
Biden, que ya ha condenado la violencia en las manifestaciones pero apoya los movimientos pacíficos contra las injusticias raciales, acusará a Trump de "azuzar los disturbios" por su interés político y preguntará a los ciudadanos si "alguien cree que habrá menos violencia si sale reelegido" un presidente que "llama a sus partidarios a actuar como una milicia armada", según los extractos que ha dado a la prensa. El presidente, por su parte, lleva días animando a los contramanifestantes y criticando a los alcaldes de las ciudades donde ocurren las protestas, todos ellos demócratas, por no ponerles fin con mano dura. Como repitió en su discurso durante la Convención Nacional Republicana, "en los EEUU de Biden nadie estará seguro".
Pero, pese al ambiente tan caldeado, los datos no reflejan que esta sea el as que necesite Trump. De entrada, tras la primera oleada de protestas y violencia en mayo y junio, Trump cayó dos puntos en los sondeos, un porcentaje que no ha recuperado todavía. Además, está ocurriendo una división muy fuerte entre las probabilidades de victoria que dan a cada candidato las casas de apuestas y lo que dicen los sondeos. Mientras que las encuestas siguen estancados pronosticando un margen de entre 8 y 9 puntos a favor de Biden -lo que llevan diciendo de forma sistemática desde junio, con la estabilidad más grande de la historia-, las casas de apuestas prevén un empate técnico entre ambos.
Por su parte, algunos expertos como Nate Cohn, del New York Times, señalan que los republicanos responden más a las encuestas que los demócratas, lo cual no parece indicar que tengan miedo a reconocer su voto, mientras que la encuesta de USC-Donstrife, que fue la única en poner a Trump por delante en 2016 y que entrevista constantemente a un grupo fijo de panelistas, muestra ahora a Biden con una ventaja de unos 12 puntos.
Para muchos, la sorpresa de 2016 fue tal que la situación de ahora es casi la opuesta. Entonces, la media de encuestas mostraba a Hillary Clinton entre 1 y 3 puntos por delante en septiembre, lo suficiente para que Trump arañara una victoria por la mínima en los estados clave, pero las casas de apuestas y varios analistas le daban opciones superiores al 90% de ganar. Ahora, sin embargo, la teoría más extendida, como recuerda JP Morgan, es que Trump va a organizar su remontada en las próximas semanas, y que las encuestas le pueden estar infravalorando. La respuesta, en poco más de dos meses.