Internacional

Cuatro estados clave de EEUU se preparan para dar la puntilla a Sanders... si el coronavirus lo permite

  • Es muy probable que las primarias queden suspendidas unos meses
Joe Biden y Bernie Sanders se saludan chocando el codo antes del debate del domingo pasado. Foto: Reuters.

Las primarias demócratas estadounidenses se dirigen a un final anticlimático y ensombrecido por la crisis del coronavirus. Lo que se suponía que iba a ser el penúltimo día clave -el 28 de abril sería el momento de la verdad-, puede acabar dando la victoria al favorito, el exvicepresidente Joe Biden, de forma anticipada y por paliza. Y, si todo sigue a este ritmo, puede ser el último día de votaciones en bastante meses, con una más que probable cuarentena esperando a la vuelta de la esquina. Eso, si es que las votaciones pueden celebrarse.

Los estados a los que les toca votar esta semana son muy importantes en las generales. Dos de ellos, Florida y Ohio, son los históricos estados decisivos que acaban eligiendo al presidente. El tercero, Arizona, es un estado tradicionalmente republicano en el que los demócratas han avanzado con fuerza en los últimos años y en el que esperan ganar en noviembre por primera vez desde que Bill Clinton lo hiciera en 1996. E Illinois, un estado históricamente demócrata pero con una población similar a sus vecinos del "cinturón del óxido" industrial, puede indicar qué vientos soplan en la región que le dio la victoria a Donald Trump en 2016 y donde se jugará de nuevo la presidencia este año.

Y el problema para el senador izquierdista Bernie Sanders es que las encuestas en los cuatro estados, que reparten unos 570 delegados en total, apuntan a una victoria por paliza de Biden -que ya va ganando por 160 delegados en los territorios disputados hasta el momento- en todos ellos. Un margen de 40 puntos en Florida, de 30 en Illinois, de 25 en Ohio y de 23 en Arizona. Una ristra de victorias inapelables que dejarían a Biden con una mayoría de delegados aplastante e imposible de remontar para Sanders en los pocos estados grandes que quedarían ya (Nueva York y Pensilvania, estado natal de Biden).

Pero la crisis del coronavirus puede trastocar todos los planes. Ya no solo es que se tema una escasa participación este martes -la mayoría de los votos han sido emitidos por correo o de forma anticipada, para evitar aglomeraciones el día oficial-, sino que es posible que las primarias queden suspendidas. El Gobernador de Ohio, Mike deWine, anunció, horas antes de que empezara la votación, que pediría a la justicia que ordene el aplazamiento de los comicios hasta junio, y que se alargue el plazo para votar por correo hasta entonces. "La gente no debería tener que escoger entre ejercer su derecho constitucional del voto o proteger su salud", dijo deWine. Su petición se suma a la orden del estado de Luisiana, que ha retrasado su cita hasta junio, y de Georgia, a mayo. Y nada indica que vaya a ser el último, dado el crecimiento exponencial que está teniendo el virus estos días.

¿Y si se acaba ya?

Una derrota abultada de Sanders desataría las peticiones para que abandone la carrera y evite dos meses de campaña desesperada y sin posibilidades de remontar mientras todo el país está paralizado y en medio de una crisis sanitaria. La última esperanza de Sanders era el debate electoral contra Biden de este domingo, del que el exvicepresidente salió bien parado y con un claro eslogan: los votantes no quieren una revolución, sino mejorar el sistema y echar a Trump. Y las primeras encuestas dan a Biden como ganador del encuentro, precisamente lo último que necesitaba el senador.

Dadas las circunstancias, no sería raro que unas primarias que se daban apasionantes, con una veintena de candidatos de todo tipo de sexos, razas, experiencia e ideas termine con la victoria exprés del que fuera favorito desde el primer momento. Tal y como están las cosas, es posible que todos quieran pasar página y centrarse en el verdadero problema de EEUU, y el mundo, en los próximos meses.

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