Sigue sin haber avances en la interminable historia del Brexit, y los líderes europeos con peso en la negociación siguen impacientándose. Este viernes, la reunión entre el ministro británico del Brexit, Stephen Barclay, y el negociador europeo, Michel Barnier, terminó sin ningún avance, e Irlanda advirtió de que Reino Unido tiene "una semana" para presentar propuestas "realistas" si de verdad quiere un acuerdo en el mes que queda antes de la fecha de salida.
Hasta ahora, la propuesta británica se ha limitado a insistir en que la UE elimine la llamada 'salvaguarda de Irlanda', que mantendría a Irlanda del Norte en la órbita legal europea para evitar una frontera en la isla. Sin embargo, la falta de propuestas concretas para reemplazar ese mecanismo por parte del Gobierno de Boris Johnson han llevado las negociaciones a un callejón sin salida.
El enfado ha hecho que Irlanda, Francia -uno de los países miembro más hostiles a Reino Unido- y Finlandia -país presidente de turno de la UE- impongan un ultimátum: Johnson necesita plantear un acuerdo claro la próxima semana y no en la cumbre del 18 de octubre, como esperaba el 'premier' británico. El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, lo dejó claro el miércoles: "Si no está [la propuesta] para entonces, se acabó".
La razón es simple: los Veintisiete necesitarán tiempo para estudiar los efectos de cualquier cambio antes de llegar a la cumbre y, si están conformes, aprobarlo. Los plazos son tan ajustados que prácticamente no hay tiempo de ratificar el tratado incluso si se cierra en esa cumbre, y la UE no quiere llegar allí sin tener una idea clara de si habrá acuerdo o no.
La pregunta que sobrevuela Londres estos días es si Johnson cumplirá la ley anti-Brexit duro que le obliga a pedir una prórroga de tres meses más a la fecha de salida si no hay un acuerdo antes del día 19. El primer ministro promete que "cumplirá con la ley" y que, simultáneamente, "habrá Brexit el día 31 de octubre, pase lo que pase". Sin embargo, la única forma de que eso ocurra es que se cierre un acuerdo, lo que ahora mismo está muy lejos.
Por si acaso, la oposición se está planteando enmendar la ley, para cerrar cualquier resquicio al que pueda aferrarse Johnson para saltarse su obligación y provocar una salida sin acuerdo. Probablemente la modificación ocurra la próxima semana, cuando los 'tories' estén en su congreso anual en Mánchester. Aunque poco importa que estén Johnson y los suyos en Westminster o no: el primer ministro ha perdido las 8 votaciones celebradas desde que esté en el cargo, un récord histórico.