Infraestructuras y Servicios

El fondo Asterion compra a Bertolín el parking del Paseo Neptuno de Valencia por 5,8 millones

Uno de los accesos al parking de Valencia.
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Uno de los últimos grandes aparcamientos construidos en Valencia, el ubicado junto al Paseo de Neptuno en la playa de Las Arenas, ha cambiado de dueño después de años de litigios entre su concesionario y el Ayuntamiento de Valencia. Grupo Bertolín ha vendido esa concesión a la firma especializada en parkings Agility Mobility Solutions, del fondo Asterion.

La constructora valenciana obtuvo hace unos meses la autorización del Ayuntamiento de Valencia para la venta de la sociedad que explota esa infraestructura, Aparcamiento Paseo Neptuno. La empresa de la familia Bertolín recoge en sus cuentas anuales que ha obtenido ese visto bueno para la cesión del uso y explotación del aparcamiento en el terreno público municipal ubicado en el subsuelo de la calle Eugenia Viñes de Valencia, en una operación valorada en 5,8 millones de euros.

El parking que incluye 365 plazas está ubicado en plena fachada marítima de la ciudad junto al Hotel Las Arenas y los restaurantes de esa zona también está muy próximo a la zona de La Marina.

El comprador es Agility Mobility Solutions, que pertenece al fondo de inversión especializado en infraestructuras Asterion y que opera en el sector de los parkings con la marca Clubö. La compañía cuenta con una cartera de 20 aparcamientos en 14 ciudades españolas que suman más de 9.200 plazas disponibles.

Litigios con el Ayuntamiento

El adiós de Bertolín a este parking supone también el final de años de litigios con el Ayuntamiento de Valencia por un equipamiento que se inauguró en 2010 en plena zona marítima de la ciudad y que supuso una inversión de más de 10 millones de euros.

Como ocurrió con varias concesiones municipales de esos mismos años, el grupo constructor valenciano llevó hasta los tribunales su reclamación para obtener un reequilibrio económico de la concesión e incluso la propia resolución de la misma.

La empresa alegaba que no se habían cumplido las previsiones de explotación y que parte de ello se debía a que no se habían llevado a cabo todas las inversiones y planificaciones urbanísticas anunciadas por el consistorio en los alrededores, además de permitir el estacionamiento irregular en la zona. El conflicto acabó en el Tribunal Supremo, que desestimó la petición de indemnización de la empresa.

La empresa de la familia Bertolín es uno de los grandes contratistas de obras tanto del propio Ayuntamiento de Valencia como de las Administraciones Públicas en la Comunidad Valenciana. El año pasado la constructora ganó 18,8 millones de euros, más del doble, y logró una cifra de negocio de 208 millones de euros.

La familia Bertolín también está presente en el negocio cementero a través de Cementos La Unión y una filial en Egipto, además de desarrollar grandes bolsas de suelo y participar en el sector inmobiliario.

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