
Globalvia ha aumentado su participación en una de las autopistas que explota en España. La compañía que preside Marieta del Rivero y pilota, como director general, Javier Martín Rivals, ha tomado un 15% adicional de Autopista Central Gallega (Acega), el operador de la vía de peaje AP-53, de manera que refuerza su control sobre el activo al escalar hasta el 94,43% del capital de la sociedad.
La compañía controlada por los fondos de pensiones PGGM, OPTrust y USS ha incrementado su posición en el marco de la refinanciación de la deuda de la concesionaria gallega, que ha implicado la ampliación de capital de Tacel Inversiones, accionista único de Acega.
La autopista de peaje AP-53 conecta Santiago de Compostela y Alto de Santo Domingo y constituye el eje central de comunicaciones entre Santiago y Orense, facilitando la comunicación entre los principales núcleos de población del área geográfica atravesada.
Antes de la operación, Globalvia ostentaba el 81,64% de Tacel y, por tanto, de Acega, mientras que el Grupo Itínere tenía el 18,36% a través de Itínere Infraestructuras, con un 9,36% y ENA Infraestructuras, con un 9%. Estas dos últimas sociedades han renunciado a su derecho de suscripción en el aumento de capital, de manera que han diluido sus participaciones, respectivamente, al 2,84% y al 2,73%. Con ello, Globalvia, que hasta finales de 2024 era accionista de Itínere, ha incrementado su posición hasta el referido 94,43%.
La operación ha propiciado, asimismo, que Tacel haya amortizado el préstamo participativo que mantenía con Itínere y Ena por un importe conjunto de 2,387 millones de euros, que ha sido reintegrado en efectivo.
En origen, este préstamo, suscrito en 2006, ascendía a 13 millones de euros y estaba destinado a pagar a las constructoras que realizaron obras en la autopista gallega. Venció el 31 de diciembre de 2024 sin haber sido amortizado completamente ni refinanciado. En 2012, se registró una corrección valorativa del mismo derivado del test de deterioro realizado al cierre de dicho ejercicio como consecuencia del efecto que, sobre las previsiones de negocio, generó la evolución de la actividad de este proyecto, cuyo descenso de los niveles de tráfico, en un contexto de crisis económica, afectó de manera significativa a su desarrollo.
La ampliación de capital se encuadra en la reestructuración de la deuda de Acega, firmada el pasado mes de febrero y que ha supuesto una importante reducción de su volumen de financiación. Se ha instrumentado a través de dos aumentos de capital por importes, respectivos, 47,6 y 29 millones de euros, de manera que la concesionaria de la autopista gallega ha obtenido 76,6 millones de Globalvia.
Con ello, Acega ha logrado refinanciar su deuda de 164 millones de euros (99 millones en obligaciones y 75 millones con entidades de crédito). Globalvia explota la concesión de la AP-53, adjudicada en 1999 y con una vida de 75 años (hasta 2074). La inversión gestionada en el activo supera los 300 millones de euros.
La venta de OPTrust, condicionada por PGGM y USS
El fondo canadiense OPTrust, dueño del 40,32% de Globalvia, continúa con el proceso de desinversión de su participación en el grupo de infraestructuras español. Las ofertas no vinculantes se presentaron hace un mes y medio con al menos cuatro postores identificados: el fondo de Singapur GIC, el francés Vauban, el australiano Igneo y el estadounidense GIP, propiedad de BlackRock.
Los derechos cruzados que existen entre los accionistas actuales concede la opción de igualar la mejor oferta y el fondo de pensiones neerlandés PGGM, dueño del 40,80% de Globalvia, y USS (18,88%) contemplan, llegado el caso, ejercerlos.
No obstante, tampoco está claro que alguna de las propuestas termine por convencer a OPTrust, que podría incluso aplazar la venta y continuar junto con sus socios actuales en el capital de la concesionaria que preside Marieta del Rivero. Todas las opciones, por tanto, están abiertas.
Fuentes cercanas al proceso han señalado esta semana que la operación sigue su curso y que incluso hay más bancos de inversión acercándose. No obstante, otras fuentes inciden en las reticencias que genera entre los potenciales compradores los derechos que tienen los actuales accionistas, lo que podría dar al traste con una venta a un nuevo inversor para Globalvia.
La operación arrancó a finales de 2023, cuando OPTrust contrató como asesor a Royal Bank of Canada (RBC). Sin embargo, se vio dilatada por las disputas que Globalvia enfrentaba en el capital de la concesionaria de autopistas española Itínere con su accionista de control, el fondo de pensiones neerlandés APG. En octubre pasado llegaron a un acuerdo por el que Globalvia le vendió su 40% en Itínere y quedaron zanjados todos los litigios. Con ello, OPTrust pudo sacar definitivamente al mercado su participación en Globalvia.
La diversidad de negocios en los que opera la compañía, dirigida desde principios de año de manera interina por Javier Martín Rivals tras la salida de Javier Pérez Fortea, es otro de los problemas que ha enfrentado la operación para despertar suficiente apetito. Tras adquirir la empresa de autobuses británica Go-Ahead y el 24% del operador de trenes Iryo, ya no se trata de un gestor puro y duro de infraestructuras de transporte como autopistas y ferrocarriles. Las nuevas actividades añaden riesgos que generan recelos en determinados inversores y, en consecuencia, afectan en la valoración. Inicialmente, en el mercado se apuntó a que el 100% de Globalvia se aproximaba a los 3.000 millones de euros.