Valencia
Grupo Bertolín ha encontrado en los últimos años una importante beta de negocio en la construcción para las grandes inversiones industriales que llegan a la Comunidad Valenciana. Un selecto negocio en el que el grupo de la familia de origen turolense acaba de cobrarse otra pieza, la factoría de válvulas cardíacas que la multinacional norteamericana Edwards Lifesciences levanta en Moncada, muy cerca de Valencia.
Fuentes tanto de la empresa americana que se presentó hace unas semanas como de Bertolín confirmaron que el grupo valenciano no sólo asume las obras de urbanización de los terrenos elegidos, sino que también ha sido la elegida para edificar la nueva factoría de tecnología sanitaria en la que se fabricarán válvulas cardíacas.
Un suculento contrato, ya que el proyecto prevé destinar alrededor de 137 millones de euros de la inversión prevista sólo a la obra civil, según recoge la declaración de Proyecto Territorial Estratégico aprobada por la Generalitat Valenciana.
La clave en este contrato, como en acuerdos anteriores que ha cerrado Grupo Bertolín se encuentra en que ha podido ofrecer tanto el suelo como el desarrollo del proyecto a medida a la multinacional, que llevaba 3 años sondeando donde ubicar una factoría en Europa. Precisamente una empresa del grupo, Forber 2021, era la promotora que tramitó el desarrollo de las cerca de 81 hectáreas del sector de suelo urbanizable SUHI-2 o la también denominada ampliación del polígono industrial Moncada III.
Las grúas y máquinas de Bertolín que ya están trabajando en la urbanización de los viales y de las infraestructuras serán también que levantarán la factoría, que Edwards Lifesciences prevé tener en marcha en el año 2027.
Suelo con demanda
De hecho el desarrollo de la fábrica de biotecnología sanitaria no es la única inversión extranjera que Bertolín levantará en Moncada. La gestora estadounidense Barings, división inmobiliaria de MassMutual, ha elegido esa ubicación para crear una plataforma logística en una parcela de 120.000 metros cuadrados muy cerca de la futura planta. Un desarrollo que supondrá una inversión de 100 millones de euros que también irá a parar a manos de la constructora valenciana.
El grupo valenciano también cerró a finales del año pasado otra gran inversión de una multinacional, en Almenara, en el sur de la provincia de Castellón. En este caso, se trata del grupo distribuidor danés de decoración y mobiliario Jysk. Para su futura plataforma logística y sede en España, ha comprado un terreno de 274.000 metros cuadrados en Almenara al grupo valenciano, que desarrolla en esa zona un parque empresarial de 900.000 m2. Una instalación que prevé estar en marcha entre los años 2027 y 2028 con una inversión de cerca de 300 millones de euros.
Un viejo conocida de la empresa valenciana ya que ya desarrolló para el 'Ikea danés' un almacén logístico en otro de sus desarrollos estrella de suelo empresarial, el ubicado junto al circuito de Cheste y que fue ocupado en su mayoría por Lidl. El caso de Cheste es un ejemplo de la estrategia de Bertolín, que tras el parón de muchos proyectos con la crisis del ladrillo hace una década fue tomando posiciones en muchos planes cuyos promotores había quebrado.
El grupo familiar también fue el impulsor del polígono Carrasses en Lliria, donde se instaló y ha protagonizado su fuerte crecimiento Power Electronics. Algo similar a lo que ocurrió en el caso de construcción residencial con Turianova, el nuevo barrio de Valencia que acordó desarrollar con la inmobiliaria AQ Acentor, que también dejó en sus manos las obras de urbanización y los viales tras comprarle el suelo.
Precisamente Bertolín también ha aumentado su actividad en toda España como proveedor de centros y plataformas. En los últimos años ha desarrollado tres grandes instalaciones logísticas en la provincia, como un edificio logístico de 51.000 m² para el operador Ontime en Noblejas.
Constructora de moda
A esos proyectos industriales privados, Grupo Bertolín ha sumado las adjudicaciones de algunos de los mayores concursos en la región. Así, también participa en la urbanización de la futura gigafactoría de Volkswagen en Sagunto, donde forma parte de la unión temporal que se adjudicó las obras licitadas por la Generalitat por 155 millones de euros, junto a Pavasal y Becsa. Unas obras que llevan meses en marcha la espera de que PowerCo, la filial del grupo germano, adjudique las fases de construcción de su factoría de celdas de batería.
Además se impuso en uno de los mayores contratos de obra civil en España, el dragado y relleno de la dársena para la futura terminal norte en el Puerto de Valencia, donde se instalará MSC. Una obra que asumirá con Acciona y un grupo belga por 492 millones de euros.
Otra de las obras emblemáticas de Valencia que quedó parada hace años, la del Nou Mestalla, apunta a que se retomará a partir de enero. Aunque inicialmente la sociedad deportiva de Peter Lim ha cerrado el acuerdo con FCC, la otra constructora de la unión temporal, la vuelta a los trabajos también podría conllevar carga de trabajo para la empresa valenciana.