
Indra, Escribano, Sapa y Santa Bárbara están renegociando con el ministerio de Defensa los términos de un megacontrato de 2.400 millones de euros firmado en 2020 y que tras cinco años y cinco modificaciones después sigue sin cumplirse. El departamento que lidera Margarita Robles adjudicó a estas cuatro compañías la fabricación de 348 vehículos blindados de combate 8×8 Dragón.
Las empresas crearon entonces el consorcio Tess Defense y se comprometieron por escrito a entregar las siete primeras unidades en 2022; 34 más en 2023; 70 en 2024 y el resto antes de 2030. A día de hoy, sin embargo, según confirman fuentes próximas al consorcio, no han logrado entregar ni un solo. "El contrato se está renegociando", admiten estas fuentes.

En las últimas cuentas publicadas en el Registro Mercantil por Tess Defense, las correspondientes al ejercicio 2023, el consorcio justificaba los retrasos por las sucesivas modificaciones de los contratos llevadas a cabo por el cliente, es decir, por el ministerio de Defensa. De hecho, según Tess Defense, "con fecha de 6 de febrero 2024 se recibió un informe para la quinta modificación del contrato por parte de la Subdirección General de Adquisiciones de Armamento y Material".
Entre otras cosas, el ministerio planteó "pasar los vehículos VCR 8x8 en configuración simple a completa, la adquisición de simuladores para entrenamiento, el cambio de lanzafumígenos y la contratación del sistema de conciencia situacional LSAS".
Tensión entre los socios
Las modificaciones de estos blindados están suponiendo así un auténtico dolor de cabeza para el consorcio, provocando más de un enfrentamiento entre las compañías, que no se ponen de acuerdo sobre quién tiene la responsabilidad en las demoras. Se apunta a Sapa como la responsable de que no funcione la transmisión de los vehículos con el motor Scania, y a Escribano por no haber realizado hasta la fecha ninguna prueba con la Torre de 30mm.
Esto, entre otras cosas, sería uno de los motivos que llevaron al jefe del Programa, el coronel Vicente Infante, a dimitir. En un momento en el que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está exigiendo a sus aliados en la OTAN un mayor gasto en Defensa, el Gobierno español pretende que los nuevos blindados 8×8 Dragón sean ser claves en la modernización del Ejército de cara a 2035, pero la fuerte demora acumulada deja ahora todo en el aire.
A finales de 2023 la ministra Margarita Robles llegó a asegurar que los primeros vehículos blindados de combate estarían en perfecto estado de funcionamiento el año pasado, pero Indra, Escribano, Sapa y Santa Bárbara no han logrado alcanzar el objetivo. La mayor parte de la producción se está llevando a cabo en la fábrica de Trubia (Asturias), perteneciente a Santa Bárbara, aunque los primeros vehículos, de los que ya habría prototipos, se habrían ensamblado en la planta que esta misma compañía tiene en Alcalá de Guadaira (Sevilla).
Casi medio año después de aquel anuncio de la ministra, el 20 de mayo de 2024, y con motivo de la primera comparecencia de Robles en el Congreso de los Diputados en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, la titular de Defensa indicó que desde que 2018, cuando Pedro Sánchez asumió la presidencia del Gobierno el objetivo de Defensa -dentro de las disponibilidades presupuestarias- consistió "en revertir la situación de desinversión en la que se encontraban sumidas nuestras Fuerzas Armadas y que le habían llevado a ver reducidas sus capacidades y a la obsolescencia de materiales y equipamientos".
De esa forma, Robles recordó que lo primero que hizo su departamento consistió en impulsar una serie de programas "imprescindibles para las Fuerzas Armadas", que hasta entonces se encontraban paralizados pese a estar aprobados. Así ocurrió con las fragatas F-110, el submarino S-80 y con el vehículo de combate sobre ruedas 8x8, de relevante impacto industrial en Asturias, Euskadi, Sevilla y Madrid.
Grandes proyectos del Ejército
En la actualidad, tanto el buque desarrollado en Ferrol como el Isaac Peral, ya al servicio de la Armada, se han puesto en marcha, pero sin que el referido 8x8 haya seguido la estela de otros grandes proyectos de su departamento. Los retrasos en las entregas llevaron el pasado mes de diciembre al ministerio de Defensa a plantear la imposición de una sanción millonaria al consorcio, cuya cifra aún se desconoce. Y es que, la ministra se mostró tajante con las demoras: "No son aceptables. Tolerancia cero. Nosotros apostamos firmemente por la industria de defensa española, pero tenemos derecho a exigir que se cumplan los contratos. Como yo soy jurista, cuando el contrato no se cumple, los incumplimientos tendrán las consecuencias necesarias".
Lo que sí se conoce es que no será la primera penalización por este proyecto. Defensa ya sancionó a principios del año pasado a Santa Bárbara, Indra y Sapa con una sanción de 9,1 millones de euros. La filial de General Dynamics intentó en aquel momento frenarlo en los tribunales, algo que finalmente descartó ante la falta de apoyo del resto de los socios. Indra, mientras tanto, ha acelerado la incorporación de Inteligencia Artificial en los dispositivos ópticos de los 8x8 Dragon.
Se trata de la tecnología Visión 360, diseñada por la compañía española y que permite gestionar el control de todo lo que correa al acorazado. Con ayuda de sus sensores, el prodigio ofrece múltiples para actuar en el campo de batalla, con sistemas avanzados para el intercambio seguro de información entre las diferentes unidades desplegadas en el terreno. En este caso, los algoritmos no solo identifican a los focos de amenaza, sino que también reconoce patrones de comportamiento del enemigo para reforzar la protección al anticipar las posibles respuestas del contrario.