Industria

Mitsubishi vuelve a ganar dinero en su planta valenciana, su filial más antigua fuera de Japón

Una sede de Mitsubishi.
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En 2018 el presidente valenciano Ximo Puig aprovechó un viaje institucional a Japón para mantener reuniones con varias empresas de ese país interesadas en la Comunidad Valenciana, con el foco puesto en la búsqueda de nuevas inversiones para el siempre mediático sector de la automoción. Entre las sedes de las corporaciones que visitó se encontraba el gigante industrial Mitsubishi. Tras el encuentro Puig aseguró que la empresa japonesa "tenía intereses reales en invertir en la Comunidad Valenciana".

Unas palabras sorprendentes teniendo en cuenta que la corporación industrial nipona cuenta con una fábrica propia a apenas unos kilómetros de Valencia, la actual Mitsubishi Materials España (MME). Una empresa que el grupo creó en 1974 aunque mantuvo distintos nombres, como Metasa, y hasta 1990 no adoptó su denominación actual. Se trata de nada más y nada menos que la primera empresa que el grupo Mitsubishi constituyó fuera de su país y que está a punto de celebrar su medio siglo de vida.

Esta filial del grupo japonés se dedica a una actividad considerada mucho menos glamurosa que el automóvil o la aeronáutica. Se dedica a la producción de equipos de máquina-herramienta, que incluye productos como brocas, placas y fresas de metal duro, además de rodamientos y otros componentes a medida de metal, un sector en el que el gigante nipón está presente como uno de los grandes proveedores de equipos para la industria más especializada.

Aunque la división de Materiales de Mitsubishi no tiene la fama de sus fábricas de motores, coches o aviones, lo cierto es que sus productos también son imprescindibles para los fabricantes de esos equipos . De hecho, las brocas que se producen en las instalaciones de MME en Museros (Valencia) se dirigen especialmente a los propias plantas y los proveedores del automóvil, además de a la industria aeroespacial o naval y a nichos muy especializados en el sector sanitario como el bucodental.

Después de verse afectada por la pandemia y los problemas en la cadena de suministro y el encarecimiento de las materias primas, la actividad de la planta valenciana del grupo japonés ha recuperado parte de sus volúmenes de actividad y logró incrementar sus ventas cerca de un 30%, hasta superar los 29,2 millones de euros, durante su último ejercicio cerrado en marzo de 2022.

Pero sobre todo la compañía especializada en la fabricación de piezas metálicas volvió a ganar dinero y dejó atrás los números rojos por los efectos del Covid, con un resultado neto de casi dos millones de euros. En año anterior las pérdidas de la filial productiva se habían situado en alrededor de 300.000 euros.

La factoría de Museros actualmente es la encargada de suministrar a la red comercial de la división Mitsubishi Materials en Europa, que desarrolló a partir de su desembarco en España, estos productos. Más del 60% de sus ventas proceden de los mercados exteriores. Además, en sus instalaciones también cuenta con un centro propio de formación y emplea a 214 trabajadores, después de haber ampliado sus instalaciones en la últimas décadas para aumentar su capacidad y su plantilla.

Precisamente tras recuperar la rentabilidad tras la incertidumbre por la crisis del coronavirus, la empresa tiene previsto "retomar la línea de adquisiciones de inmovilizado y contratación de personal llevada a cabo en los últimos años, con el objetivo de aumentar la capacidad y productividad de la compañía", según explica en la memoria de sus cuentas anuales.

De minerales a energía

La filial española MME se engloba dentro de Mitsubishi Materials, una de las patas de negocio del conglomerado industrial japonés que el año pasado obtuvo unas ventas anuales de más de 11.600 millones de euros y un beneficio operativo de 338 millones de euros. Bajo ese paraguas el gigante agrupa sus negocios internacionales en sectores tan diversos como la minería y transformación de cobre y metales preciosos, los componentes electrónicos, la industria siderometalúrgica y toda la transformación del metal para su uso industrial.

Curiosamente el grupo también es socio de otra corporación centenaria japonesa con una fuerte presencia en la Comunidad Valenciana, el grupo químico UBE que tiene su sede y sus instalaciones productivas para Europa en Castellón. Ambas comparten al 50% un grupo cementero que supera el centenar de empresas fundamentalmente en Asia.

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