
La filial europea del grupo japonés UBE, que concentra su actividad en su complejo químico de Castellón, tiene previsto invertir 90 millones de euros en los próximos tres años, principalmente para mejoras energéticas y medioambientales.
El nuevo impulso inversor también permitirá aumentar la productividad del complejo en lo que se refiere a fertilizantes y la expansión de su capacidad en composites, unos productos de mayor valor añadido.
Precisamente la fuerte subida de los costes energéticos en España, que se han triplicado en lo que va de año, así como de los derechos de emisión, que han tenido una senda similar y superan los 60 euros por tonelada, se han convertido en la principal preocupación de la filial española del grupo nipón. Su complejo químico produce caprolactama y derivados como el nylon y otros compuestos para plásticos de ingeniería y fertilizantes.
Según explicó el presidente de UBE Europe, Bruno de Bièvre, esa escalada tendrá una repercusión en su rentabilidad durante este ejercicio ya que pese a que se está reflejando una parte de esa subida "no se puede trasladar todo al cliente, eso reducirá nuestros márgenes".
"Es la consecuencia de las decisiones a nivel europeo de invertir más en renovables, es algo que hay que asumir. A corto plazo no veo una solución", resumió el ejecutivo, que destacó que por eso una parte importante de su plan de inversiones hasta 2024 se centrará en mejoras de la eficiencia energética y renovación de equipos.
En cuanto a las materias primas y su suministro, el complejo castellonense no espera problemas de producción como en otros sectores como el automóvil, aunque sí que reconoce que "es una lucha continua" conseguir ciertos equipos, como repuestos que ha tenido que utilizar para las tareas de mantenimiento en su última parada general.
Más incidencia está teniendo el coste de los fletes marítimos y la saturación del transporte en algunos países, como Estados Unidos, que está frenando sus exportaciones a ese mercado, uno en los que más había crecido.
En el caso de los derechos de CO2, el director financiero de UBE Corporation Europe, Daniel Loyarte, también consideró que parte de la fuerte subida se debe a la intervención en el mercado de actores no industriales y que en ese terreno si que sería deseable una actuación de las administraciones.
UBE, que además en 2019 compró la firma de composites castellonense Repol, no descarta también otras operaciones de adquisición si hay oportunidades, aunque De Bièvre las considera poco probable a corto plazo por los altos precios actuales ante la fuerte liquidez existente.
Resultado del último ejercicio
El volumen de negocio consolidado de UBE Corporation Europe cayó un 11% al cierre de su último ejercicio fiscal, terminado el 31 de marzo de este año. La empresa facturó 381 millones de euros, con unos beneficios después de impuestos de 14,5 millones, un 23% menos.
El retroceso en la cifra de ventas se ha debido a los menores precios de algunas materias primas de referencia, que se han traducido en un menor valor de la producción final en términos económicos.
La pandemia afectó principalmente a su negocio en el sector del automóvil durante la primera mitad del ejercicio. Sin embargo, el grupo aumentó su diversificación con nuevas aplicaciones de química fina, como las dispersiones de poliuretanos a base de agua, para uso en impresión digital cerámica o textil y en otros sectores industriales, y las soluciones para envases sostenibles para la protección de alimentos perecederos.
Precisamente el sector agrario y el de los envases alimentarios mantuvieron su fortaleza pese a la crisis sanitaria. La filial española supone aproximadamente un tercio del negocio de la división química de UBE, que también cuenta con otros negocios industriales como el cemento y la maquinaria industria y genera