Cosentino encara la salida a bolsa pendiente de más de cien demandas por silicosis, fundamentalmente en Andalucía pero también en otros puntos de España. Aunque el problema no está en la empresa sino en los marmolistas a los que les vende el material, que en ocasiones no han adoptado los pertinentes sistemas de seguridad, los procesos legales han acabado por salpicar al grupo. Eso es lo que ha pasado en Vigo, donde la compañía se ha visto obligada a indemnizar con 1,1 millones a cinco trabajadores y su presidente, Francisco Martínez Cosentino, ha aceptado seis meses de cárcel por imprudencia para evitar el juicio que afrontaba la semana pasada en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo.
Francisco Torrico, presidente de la Asociación de Perjudicados por la Silicosis en Andalucía y portavoz de la plataforma Stop Silicosis, explica que "en todos los casos las demandas se dirigen contra el marmolista, pero también contra Cosentino como responsable subsidiario".
La sentencia del juzgado de Vigo es contundente asegurando que Cosentino "siendo conocedor, al menos desde el 2000, de los riesgos y peligrosidad que conllevaba la manipulación del Silestone, ya que varios de sus empleados habían contraído silicosis al elaborarlo en su fábrica de Almería, actuando de forma negligente, no facilitó información alguna al respecto a aquellos clientes que como Granitel (la empresa gallega) trabajaban cortando y puliendo los tableros". No obstante, desde la compañía reconocen que también han tenido sentencias favorables.
Negligencias
La compañía, sin embargo, mantiene que "es del todo incorrecto que haya admitido haber ocultado que la manipulación de Silestone haya provocado la mayoría de los casos de silicosis, que han afectado a 1.856 operarios". Según dice, el acuerdo de conformidad alcanzado "contempla la asunción de responsabilidad por información técnica insuficiente que habría afectado exclusivamente a cinco operarios de una marmolería concreta, sin tener un alcance general", por lo que, en su opinión, "no es extrapolable a otros procedimientos pasados o futuros".
Además, el grupo asegura que en el caso de Vigo, "la conformidad ha sido la vía elegida por el equipo legal de Cosentino para acabar con un largo proceso en el que los principales damnificados (la acusación particular) ya se habían retirado de la causa, al haber llegado a un acuerdo con el representante legal de los mismos ante la insolvencia del taller para el que trabajaban". El hecho es que los problemas por la silicosis no son algo nuevo. Las primeras demandas comenzaron a en 2009, aunque ha sido ahora en plena salida a bolsa cuando han estallado las demandas. Antes de llegar a los tribunales, los afectados han intentado llegar a acuerdos extrajudiciales, algo que en algunos casos ha sido posible y en otros no. "Se ha ido llegando a acuerdos, porque las reclamaciones tienen plazos que cumplir. Al final es un goteo constante de demandas por un mismo tema", aseguran los representantes jurídicos de los afectados. Lejos de frenarse, en cualquier caso, el proceso irá cada vez a más y el siguiente paso será, según admiten, llevar el caso ante la Audiencia Nacional. "Es algo que nos estamos planteando", aseguran estas fuentes.
La cuantía total a la que podrían llegar las indemnizaciones es muy complicada de calcular
Desde el grupo Cosentino alegan que cada caso es un mundo y que depende de las circunstancias particulares que se pueda llegar o no algún tipo de acuerdo. La empresa insiste en que en otros procesos que han implicado a la compañía "las sentencias declararon la corrección de la información facilitada por Cosentino", asegurando que "había informado adecuada y suficientemente sobre sus productos", por lo que la responsabilidad, si la hubiera, es de los marmolistas. "Son los encargados de las marmolerías los que tienen la responsabilidad de garantizar que sus trabajadores cuentan con los medios de protección necesarios y los implementan adecuadamente", dice la empresa.
El grupo explica que en los últimos años han llevado investigaciones hasta conseguir "la fabricación del nuevo Silestone, que reduce la presencia de sílice en su composición en dos niveles principales: "Silestone -50", que indica un contenido de sílice inferior a ese porcentaje, y "Silestone -10", inferior al 10%. Actualmente, toda la producción de este material se encuentra por debajo del citado 50% en cuanto a presencia de sílice".
La cuantía total a la que puedan llegar las indemnizaciones en el caso de que hubiera más sentencias en contra es muy complicada de calcular porque, según los representantes jurídicos de los afectados "se está empleando un baremo de tráfico, que es el utilizado para las lesiones traumáticas". La silicosis no es una lesión, sino una enfermedad que afecta en diferentes grados a las personas. "Ahora mismo los baremos de tráfico por secuelas van desde los 60.000 euros hasta los 300.000 euros en el peor de los casos", dicen.