
El Vaticano es un destino único y misterioso por muchos motivos. Lo más curioso es que realmente es una ciudad estado que, a pesar de estar ubicada en Roma, es un país independiente. De hecho, es el Estado soberano independiente más pequeño del mundo, tanto en territorio como en habitantes. Pero hay muchos datos de este enclave que mucha gente desconoce.
Cuando la gente viaja allí, lo hace para visitar sus esculturas, museos, edificios históricos y un sinfín de enclaves preciosos que decoran el lugar, pero lo que no saben es que hay que tener mucho cuidado ya que una de sus curiosidades más desconocidas hace que este destino sea muy peligroso e inseguro.
La tasa de criminalidad más alta
En El Vaticano viven cerca de 950 personas, pero cada año recibe a millones de turistas que desean conocer la magia del lugar. Pero la escasa población, mezclada con el alto nivel de turismo y el escaso territorio que abarca, hace del Vaticano el país con la tasa de criminalidad más alta del mundo.
Es importante destacar que, el hecho de ser el país con la tasa de criminalidad más alta del mundo no se debe a que allí se cometan más delitos que en otros países, sino a que se cometen más delitos por persona. Esto quiere decir que hay más delitos por habitante que en otros países de nuestro planeta.
Los delitos más comunes
Gran parte de los delitos son cometidos por turistas que no viven en el Vaticano y que aprovechan sus vacaciones allí para delinquir, robar o agredir. Las fechorías más comunes que se cometen en el país considerado más pequeño del mundo son robos y atracos sin violencia, por ello es importante permanecer alerta.
Se estima que cada año se reportan unos 900 delitos, es decir, cada doce meses se producen el mismo número de delitos que habitantes tiene el país. La mayor parte de ellos nunca llegan a resolverse ya que se consideran hurtos menores y el denunciado nunca es detenido. De esos 900 delitos, unos 150 nunca llegan a resolverse.
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