
Las dificultades que conllevan la distancia social y los confinamientos han centrado las prioridades de muchos negocios hacia la transformación digital. El capital humano y las técnicas de la llamada industria 4.0 son escollos importantes para las grandes; la falta de e-commerce, para las pymes.
La transformación digital se ha convertido en una especie de mantra, un sintagma que puebla los proyectos y las buenas intenciones de Administraciones y sector privado pero cuyo momento nunca acaba de llegar... ¿O sí? La crisis derivada de la pandemia y, singularmente, las limitaciones impuestas por los meses de confinamiento, han puesto de relieve la necesidad de avanzar en este campo.
De hecho, el punto de partida de España no es malo. Nuestro país ocupa el puesto 11 entre los 28 Estados miembros de la UE en la edición 2020 del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI), que analiza entre otras cosas la conectividad de banda ancha, las competencias digitales, el uso de internet, la digitalización de las empresas, los servicios públicos digitales, las tecnologías emergentes, la ciberseguridad, el sector de las TIC y su gasto en I+D, y el uso de los fondos de Horizonte 2020 por parte de los Estados miembros.
El Gobierno destinará un 33% de la partida inicial de 72.000 millones de los fondos europeos a la transformación digital
El desempeño español destaca en servicios públicos digitales y es bueno en conectividad, pero renquea en capital humano: casi la mitad de la población carece de competencias digitales básicas y un 8% no ha usado nunca internet. Nuestras pymes quedan un peldaño por debajo de las grandes empresas, y siguen sin aprovechar todo el potencial del comercio electrónico -aunque en 2020, sin duda, esa realidad está cambiando-. Además, el Plan de Recuperación presentado por el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado 7 de octubre dedica un 33% de la partida inicial de 72.000 millones de los fondos europeos a la transformación digital.
En todo caso, la tecnología no parece ser el problema fundamental. El Institute for Business Value (IBV) de IBM ha encuestado este año a 3.800 directivos de todo el mundo, y ha encontrado algunas conclusiones relevantes. Los directivos encuestados consideran que las principales barreras para la transformación digital son hoy la complejidad de las organizaciones y la formación inadecuada de las plantillas -de nuevo, el capital humano-, así como su estado emocional.

En el caso de España, quizá sorprende que sea el país con el mayor número de directivos (un 68%) que afirma que en los próximos dos años priorizará la transformación digital de sus organizaciones: un 82% afirma que en dos años va a convertir la computación en la nube en una prioridad -frente al 68% actual- y un 66% la inteligencia artificial -frente al 40% actual-. Los ejecutivos españoles prevén que en los próximos dos años aplicarán tecnologías de automatización sobre todas las funciones del negocio, pero especialmente en compras, riesgos, cadena de suministro e I+D, según el IBV.
Estas tendencias se reflejan asimismo en el informe KPMG 2020 CEO Outlook COVID-19, que sondeó a 1.500 consejeros delegados de todo el mundo entre enero y febrero de 2020 y a otrso 315 entre julio y agosto, cuando los efectos de la pandemia eran bien visibles. Entre las diferencias más evidentes de ambas encuestas está la transformación digital, que ha elevado su prioridad a consecuencia de la crisis sanitaria.
Un 82% de los directivos en España afirma que en dos años va a convertir la computación en la nube en una prioridad
Así, la amplia mayoría de los encuestado por la firma de servicios profesionales asegura que su nivel de digitalización se encuentra meses por delante de lo esperado en aspectos como la experiencia del cliente (53%) o el modelo operativo (50%). En este último ámbito, un 30% asegura que se encuentra años por delante de los esperado. Las dificultades en este sentido vienen aquí de la mano de la incertidumbre sobre los escenarios operativos en los que se desarrollará su actividad en el futuro (que preocupa al 33%) y la dificultad en tomar decisiones rápidas relacionadas con la tecnología (19%).
Menor tamaño, mayor desafío
Jorge E. Pérez Martínez, José Félix Hernández-Gil Gómez, Félix Arteaga Martín y José Luis Martín Núñez, señalan en su reciente monografía El futuro digital de Europa que "en la actualidad, la digitalización se basa sobre todo en las pymes, en el uso de tecnologías habilitadoras relativamente asentadas, como las comunicaciones de banda ancha, en el uso de páginas web, de la venta online, de la nube o la explotación de las redes sociales". Este sería un "primer paso necesario" antes de adoptar tecnologías digitales de mayor alcance.
Esos primeros pasos, no obstante, son claves. En los meses de la pandemia, muchas pymes han visto condicionado su negocio, al punto de que un 22% de las sondeadas por GoDaddy en su informe ¿Tu negocio tiene web? de 2020 "declaran que les habría gustado contar con un canal de venta propio o marketplace creado antes de la crisis de la Covid-19 para haber mantenido abiertas otras vÍas de negocio". Y es que aún el 90% de ellas no oferta sus servicios en internet.