Hace apenas unas semanas, durante la segunda jornada de la 34ª edición del Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de Ametic -la patronal representante del sector de la industria tecnológica digital en España-, el secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, Roberto Sánchez, aseguró que "la digitalización tiene que estar en el centro del relanzamiento de la economía, en línea con Europa" y reafirmó la importancia de la economía digital, transversal en la reconstrucción industrial, económica y social del país tras la pandemia de la COVID-19.
Justo en este mismo tono de discurso, Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, señaló en este evento que "la crisis nos ha hecho avanzar, ha mostrado un mundo donde las nuevas tecnologías tienen un papel fundamental y la digitalización es imprescindible".
Sin duda, la teoría parece estar clara y asumida, pero la realidad es que en la práctica hay todavía numerosas situaciones a las que hacer frente. Precisamente, en los últimos Índices de Economía y Sociedad Digital (DESI) -que permiten realizar un seguimiento de la evolución de los Estados miembros de la Unión Europea en materia de competitividad digital- se ha venido poniendo de manifiesto el rendimiento relativamente débil de España en la digitalización de las empresas, especialmente de las pequeñas y medianas empresas (pymes), compañías que recordemos tienen un número de empleados inferior a 250 y representan el 99,8% del tejido empresarial español. En el ámbito de la integración de las tecnologías digitales, aunque España ocupa el decimotercer puesto, con una puntuación coincidente a la de la media de la Unión Europea, el informe resalta que las pymes siguen sin aprovechar todo el potencial que ofrece el comercio electrónico.
Todas estas carencias han salido a relucir más que nunca durante la crisis derivada de la pandemia de la COVID-19, pues aquellas pequeñas empresas que tenían un mayor grado de digitalización han podido frenar, en mayor medida, el impacto negativo que el coronavirus ha tenido sobre sus negocios, mientras que, en el punto opuesto, las organizaciones que evidenciaban dificultades para digitalizarse han contado con más inconvenientes para sobreponerse. Por ello, una de las principales consecuencias de la no digitalización en el caso de las pymes es su dificultad para anteponerse a los momentos de crisis.

Al hilo de este tema, la empresa GoDaddy -que presta servicios de registro de dominios en Internet- ha dado a conocer recientemente las principales conclusiones de su encuesta Impacto del Covid-19 en las pequeñas empresas y autónomos españoles. El 30% de las compañías encuestadas asegura que le habría gustado tener creado un canal de venta propio o un marketplace antes de la crisis de la COVID-19 para haber dispuesto vías de negocio alternativas. El hecho de contar con una plataforma e-commerce permite a las pymes, no solo darse a conocer dentro del enorme mundo de Internet y poder competir en igualdad de condiciones en este mercado, sino también mantener activo el negocio en épocas como las vividas en los últimos meses, impidiendo así el cese de la actividad comercial en periodos de cierres temporales.
Bajo este marco, el director regional de GoDaddy para España, Italia y Francia, Gianluca Stamerra, reconoce que "la situación actual está obligando a muchas empresas a replantear su modelo de negocio. El contar con plataformas digitales y una estrategia que las acompañe hace que aquellas compañías que han dado ese salto digital puedan tener una mayor flexibilidad de cara a reorientar su negocio". No obstante, la encuesta también revela una mayor predisposición a comenzar el proceso de digitalización, pues un 24% de las empresas afirma que apostaría por incorporar una web con canal propio de venta.
Un 'e-commerce' permite a las pymes seguir en activo en épocas como las vividas recientemente
El hecho de disponer de una web propia donde comercializar sus productos o servicios puede ayudar a la pyme a acercarse al mundo del marketing digital, un recurso fundamental si quieren hacer crecer sus negocios, especialmente en épocas difíciles como la actual. Los datos de la encuesta elaborada por GoDaddy revelan que éste es un ámbito muy desconocido para las pequeñas y medianas empresas, ya que más del 30% reconoce que nunca ha oído hablar de términos como SEO (Search Engine Optimization), SEM (Search Engine Marketing) o estrategias de contenidos. Además, el 89% de las pymes admite no utilizar estrategias de SEO, mientras que el 95% no hace uso de estrategias de SEM, y el 92% advierte no utilizar estrategias de contenido para ayudar a mejorar su posicionamiento web.
Adopción de múltiples medidas
No obstante, las pymes muestran una favorable predisposición por el mundo tecnológico. Ello se extrae, precisamente, de los resultados de un estudio realizado por la multinacional Sage para el que entrevistó a más de 350 pymes. En lo relativo a las medidas de gestión que se plantean adoptar, la encuesta señala que casi la mitad de las empresas invertirá en digitalización como parte de su estrategia para adaptarse a la nueva normalidad tras la crisis de la COVID-19, mientras que el 15% aumentará el teletrabajo una vez se inicie la vuelta a las oficinas.
En el estado de alarma, el 40% de las pymes tomó medidas relativas a la digitalización de sus negocios
Por su parte, durante el estado de alarma decretado por el Gobierno entre el 14 de marzo y el 21 de junio, el 40% de las pymes adoptó medidas relacionadas con la digitalización de sus negocios -software, e-commerce, teletrabajo…- y un 24% recurrió al teletrabajo como principal medida para adaptarse a la situación.
Otro de los efectos que pueden sufrir las pymes que no se han digitalizado es que ello les impide mejorar su competitividad. En el documento Marco estratégico en política de PYME 2030, publicado por la Secretaría General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa española (SGIPYME) en 2019, se menciona que tanto la innovación como la digitalización se han convertido en dos aspectos fundamentales para mejorar la competitividad de las pymes. No obstante, los datos no son muy halagüeños: como se extrae del mencionado informe, "respecto a los indicadores de innovación específicos de pyme, España puntúa muy por debajo de la media europea en todos ellos, siendo especialmente preocupante el indicador relacionado con la innovación interna de las pymes con una brecha de más de 70 puntos porcentuales, respecto a la media de la UE".

La transformación digital se ha impuesto, de este modo, como una de las palancas de desarrollo y progreso para las pequeñas y medianas empresas. De hecho, según se extrae del estudio European SME Survey 2019 -elaborado por los organismos nacionales de promoción de Alemania (KfW), Francia (Bpifrance), Polonia (BGK), Reino Unido (BBB) y España (ICO)-, el 54% de las pymes cree que la adopción de las nuevas tecnologías es necesaria para seguir siendo competitivas tanto a nivel nacional como internacional.
Ello se traduce en alcanzar una mayor productividad con la incorporación de la tecnología, optimizar sus procesos de negocio, reduciendo la complejidad de los mismos, y, en definitiva, beneficiarse de todas las ventajas de trabajar en entornos optimizados e integrados.
Otra de las principales consecuencias de la no digitalización en pymes guarda relación con el equipo humano que las integra y su capacidad para atraer, retener y cuidar el talento. La realidad es que los profesionales demandan entornos cada vez más digitalizados y éste es uno de los factores que tienen en cuenta a la hora de permanecer en un puesto de trabajo o decidir cambiarse a otro. Por ello, resulta fundamental poder dotarlos de los mejores recursos tecnológicos. Además, ahora que el término teletrabajo está en boca de todos, aquellas pymes cuyo negocio así se lo permita pueden resultar muy atractivas, desde el punto de vista laboral, si abogan por esta modalidad. Se estima, de hecho, que un 30,6% de los empleos en España podría realizarse mediante teletrabajo, lo que supone 22,3 puntos porcentuales más que ahora y más de seis millones de trabajadores -atendiendo al artículo El teletrabajo en España, elaborado y publicado por el Banco de España-.
Con el objetivo de ayudar a las pequeñas y medianas empresas en su proceso de transformación digital, muchas compañías y organismos públicos y privados están poniendo en marchas diferentes programas e iniciativas.
Es el caso de la Escuela de Organización Industrial (EOI), adscrita al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que ha abierto las convocatorias del programa de aceleración de marketing digital para pequeñas y medianas empresas del sector turístico que realiza en colaboración con Google. Con este proyecto se pretende atender a 1.000 pymes de toda la geografía española a lo largo de seis meses de duración.

En una primera fase, dirigida por profesionales de Google, se cubrirán aspectos relacionados con el sector tales como: análisis del consumidor en España, tendencias, mejora de la presencia online, experiencia de usuario móvil o seguridad en infraestructuras. En una segunda fase, las pymes participantes podrán profundizar en diferentes aspectos orientados a aumentar la conversión de visitas en el negocio digital o a diseñar un plan de transformación digital.
Por su parte, otra de las acciones dadas a conocer recientemente es la impulsada por Facebook y Cepyme (la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) para contribuir a la recuperación económica de las pymes. La iniciativa #ApoyandoANuestrasPymes tiene el objetivo de dotar de formación e información a las pequeñas empresas para que éstas puedan adoptar rápidamente una estrategia digital. Asimismo, este proyecto incluye una herramienta de diagnóstico digital gratuita para que las compañías puedan medir su estrategia digital y obtener un plan de acción personalizado a su caso.
Se trata, en definitiva, de algunas medidas que pueden ayudar a las pymes a acelerar su transformación digital; un proceso que, como se puede constatar en múltiples estudios y en la voz de muchos expertos, facilita la innovación, mejora el proceso de toma de decisiones y ayuda a las empresas de menor tamaño a sortear las dificultades asociadas a su dimensión.