
Después de 25 años, las promesas y planes presentados por los presidentes de la Generalitat Valenciana para que la Comunidad Valenciana sea capaz de generar la electricidad suficiente como para cubrir su propio consumo recuerdan al cuento de la lechera. Sistemáticamente los plazos dados por unos y otros se han ido incumpliendo y las tecnologías que iban a ser el 'maná' hasta el momento sólo cubren una parte de lo que se prometía.
El presidente valenciano Carlos Mazón presentó este miércoles otro nuevo plan energético, una materia en que, por otra parte, las competencias autonómicas son limitadas, como bien recordó el propio Mazón con el apagón. La nueva Estrategia Energética según el líder popular llevará a la Comunidad Valenciana a la "soberanía energética", aunque estrictamente por sus palabras se desprende que hablaba de la electricidad y que la equipara con toda la energía, aunque un volumen importante de la misma procede de otras fuentes, como en el caso del transporte o la industria.
El nuevo plazo aportado por el actual molt honorable lleva hasta el año 2035 esa meta. Hace tres años, Ximo Puig, cuyo Gobierno declaró la emergencia climática pero apenas autorizó la instalación de nueva potencia de energías renovables en sus 8 años, situaba ese objetivo para 2027. A principios de siglo, presidentes como Camps u Olivas daban por hecho que hace años que estaríamos en esa situación.
Además, en el caso de la nueva Estrategia Energética de la Comunitat Valenciana esa fecha y ese compromiso de Mazón tienen los pies de barro. El propio presidente popular reconoció que para cumplirlo es requisito imprescindible que la central nuclear de Cofrentes siga operando más allá de 2030, algo que está fijado en la planificación estatal desde hace año. Que una administración pública presente un plan a largo plazo que contempla algo excluido claramente por la autoridad competente chirría tanto como las partidas fantasma de los presupuestos autonómicos año tras año.
Guste más o menos, el fin de la planta es lo que está actualmente recogido y es público desde hace años. También es un indicativo de las décadas perdidas por unos y otros, ya que alcanzar un objetivo futuro que se lleva prometiendo sistemáticamente está en manos de una planta que se inauguró hace 41 años.
De hecho, el director de Energía y Minas, Manuel Argüelles, hizo hincapié en la presentación del enésimo plan en la necesidad de "apretar el acelerador" dado que en los últimos 10 años "no se han hecho los deberes" en materia energética. Es decir, no limitó esa falta de cumplimiento sólo a los 8 años del Botànic.
De hecho, a comienzos de siglo desde la Generalitat se consideraban que las centrales de ciclo combinado a gas (un combustible que para empezar ya hay que traer de otros países), eran las que iban a permitir cumplir esa aspiración de ser autosuficientes en electricidad. Sin embargo la producción de esas centrales ha estado limitado por las normativas para frenar las emisiones contaminantes y los propios precios del gas.
Sobre las renovables, que recuerdan a las eternas promesas del fútbol que en el caso valenciano no acaban de cuajar, el propio Mazón recordó la falta de autorizaciones a proyectos del Botànic. Entre 2018 y 2023 se instalaron solo 100 megavatios de fotovoltaicas en la región, frente a los 5.994 de Extremadura, 5.349 de Castilla-La Mancha, 4.715 de Andalucía y 2.245 de Aragón.
Botón nuclear
Como ya ha mostrado claramente, Mazón basa que se alcance ese objetivo en lograr que se alargue la vida de la central nuclear de Iberdrola en Cofrentes y para ello volvió a apostar por el frente común con empresarios y otros agentes sociales, además de ser uno de los puntos en común con Vox frente a la izquierda.
Es además un frente más en la guerra total entre el Ejecutivo regional del PP de Mazón contra Pedro Sánchez y su Gobierno. El presidente valenciano subrayó que la "soberanía energética" solo será posible si el Gobierno de España "nos deja" porque esta transición "no puede hacerse" si se mantiene la "amenaza" de cerrar la central nuclear de Cofrentes en 2030. En ese caso, Mazón situó el horizonte temporal para alcanzarla "se retrasará en 25 años".
Según el presidente, si "hoy mismo" se cerrara la instalación, la dependencia energética (realmente la eléctrica, ya que no incluye la del transporte y otras de uso industrial y doméstico) de la Comunidad Valenciana "pasaría del 43% al 73%". "Estaríamos fuera de la capacidad autonómica y estaría en riesgo la operatividad de más de 12.000 empresas que generan 184.000 empleos que temblarían y que condicionarían 235.000 empleos indirectos", ha avisado.
Mazón ha reclamado "como mínimo" el mismo trato que la central de Almaraz (Cáceres) para la prórroga de Cofrentes y ha recalcado que la Comunitat Valenciana "no puede realizar una transición energética pragmática y sensata con una mano atada a la espalda".