La Comunidad Valenciana registró un consumo total de 27.126 GWh de electricidad el año pasado, un 1% más que en 2021 pese al espectacular incremento de los precios. La producción generada en el propio territorio se situó en 18.937 GWh, un 5,6% superior a la de 2021. Es decir, un 30,12% de la energía eléctrica consumida en Alicante, Castellón y Valencia procedió de centrales de generación de otras regiones según los datos de Red Eléctrica.
Según los datos oficiales, aunque las energías renovables suponen el 28,5% de la potencia instalada, apenas aportaron el 16% de la generación total valenciana, por debajo del objetivo que se había marcado en la Unión Europea para 2020. Sólo tres CCAA tienen un peso menor de las renovables en relación a su producción: Baleares, Cataluña y País Vasco.
Todo lo contrario que en dos comunidades vecinas: eólica y fotovoltaica suponen el 75% de lo que produce Aragón y el 62% de lo que genera Castilla-La Mancha, lo que deja claro cuáles son las fuentes que cubren el actual déficit eléctrico valenciano.
La central nuclear de Cofrentes, cuyo cierre está previsto para 2030, volvió a ser el origen de la mayoría de producción local, con 43,9% de la luz generada en la autonomía, por delante de los ciclos combinados, con una cuota del 24,7% del total autonómico. Le siguió la eólica, con el 10,5%.
Fotovoltaica: apenas el 3% de la producción
Pese a que la generación solar fotovoltaica aumentó un 8,8%, apenas representa el 3% del total de la producción (en 2017 llegó a representar el 3,2%). En términos de potencia instalada, en 2022 sólo se incrementaron en 11 MW las plantas conectadas a red de esta tecnología, hasta 419 MW. La cogeneración de hecho aportó casi el doble, pese al fuerte desplome por el precio del gas y la normativa. Aún así, el 5,9% de la electricidad valenciana se generó en esas plantas industriales. Un año antes esas instalaciones aportaban casi el 9%.
Una realidad y unos números que siguen chocando con el discurso oficial de la Generalitat Valenciana, que en el acuerdo del Botànic por el que se formó la coalición de socialistas, Compromís y Podemos hace 8 años fijaba entre sus objetivos el impulso de las renovables. Además, en 2019 el Consell declaró la "emergencia climática".
Desde 2015 apenas se han conectado a la red eléctrica 71 MW de energía solar, entonces ya había 348 MW instalados, y otros 50 MW de eólica, con 1.193 MW. Lo que sí se ha disparado en los últimos dos años han sido las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo, debido a la fuerte subida del precio de la electricidad que ha llevado a las empresas a multiplicar su instalación hasta 471 MW de potencia al cierre de 2022.
Estos antecedentes no parecen los mejores de cara al futuro eléctrico de la movilidad. Con la anunciada electrificación del transporte y los proyectos de hidrógeno verde anunciados para 2030, sumado al fin de Cofrentes, será necesario un incremento muy elevado de las renovables valencianos, salvo que finalmente se importe masivamente desde provincias limítrofes como Teruel, Cuenca o Albacete. De momento ya están mejor posicionadas, aunque eso también conllevaría ampliar las redes de transporte con el rechazo social que genera.