
El centro de control de 180 estaciones de ferrocarril suizas, sistemas de gestión de los teleféricos de las principales pistas de esquí del país helvético y refugios de alta montaña absolutamente autónomos, como el situado a los pies del Monte Rosa, en el corazón de los Alpes. Estos son algunos de los ejemplos en los que Siemens convierte su tecnología en elemento de progreso, comodidad, eficiencia y uso inteligente de la energía verde. Sobre el propio terreno, a los pies del imponente Cervino (4.478 metros), Matthias Rebellius, responsable global del negocio de infraestructuras de Siemens y miembro del comité de dirección de Siemens AG, reconoce en una entrevista para elEconomista.es el valor de la sostenibilidad como elemento de bienestar para los consumidores y las empresas en el corto, medio y largo plazo. En su opinión, la transformación digital y medioambiental "sólo puede funcionar si la política, la sociedad y la industria trabajan juntos". Solo de esa forma, cada pequeño avance y propósito suma fuerzas con el compromiso de una multinacional con 177 años de historia, más de 320.000 trabajadores, con ingresos anuales de 77.800 millones de euros y beneficios de 8.500 millones.
¿Qué consejo sugiere Siemens a los gobiernos y empresas para alcanzar los objetivos ambientales de 2050?
Creo que lo más importante es no perder el tiempo. Ahora mismo es el momento de actuar. Hay mucho en peligro. Lo vemos en los glaciares y en las recientes inundaciones. El cambio climático es real y no admite dilaciones. Desde la perspectiva de nuestra empresa, las tecnologías ya están disponibles para apoyar la transformación, sin tener que acoger a las que lleguen en 10 o 20 años. El objetivo de muchas compañías pasa por alcanzar las cero emisiones netas en el año 2050. Nosotros lo adelantamos al 2030 con nuestras operaciones. Veremos nuevas tecnologías que propiciarán oportunidades para aplicar dentro de 25 años, pero no debemos esperar hasta entonces. Existe mucha innovación e investigación y desde Siemens tenemos muchos ejemplos para compartir, como el sistema de control ferroviario del Gornergrat Railways (GCB), las telecabinas de Bergstation, a 3.821 metros de altitud, o el refugio de alta montaña de Monte Rosa (2.883 metros).
¿Qué medidas urgentes propone para abordar las referidas cero emisiones netas?
En primer lugar, y como ocurre casi siempre, la solución pasa por una combinación de política, industria y sociedad. Los tres pilares deben trabajar juntos, con responsabilidades compartidas. Eso está claro. Los gobiernos tienen que apoyar, pero no sólo con subvenciones, sino también con regulaciones rápidas que aceleren el cambio hacia las energías renovables, con procesos regulatorios que faciliten las inversiones. Tenemos modelos de negocio por servicio disponibles para aplicar. Por ejemplo, frente a las empresas que carecen de capex para invertir en nuevas tecnologías, existen soluciones de financiación. Es decir, podemos considerar la energía como un servicio, con una inversión inicial aportada por un banco o por Siemens Financial Services (SFS), y así generar un ahorro con que el amortizar la inversión y el préstamo. Estoy seguro que los nuevos modelos de negocio pueden impulsar la migración del capex al opex.
¿Se aplica Siemens esa misma receta?
Nosotros lo hacemos dentro de la empresa, para acelerar las cero emisiones netas, mediante el uso de energías renovables y de la eficiencia energética en nuestras propias instalaciones. De hecho, todavía se puede reducir en un 30 o 40% las emisiones y la optimización de los procesos industriales, y lo mismo sucede en muchos de nuestros clientes.
¿De qué forma contribuye Siemens en la reducción de las emisiones en el sector de transporte?
El transporte es responsable de un tercio de las emisiones globales. Es un hecho en el caso del ferrocarril suizo, donde todo está electrificado hasta 3.000 metros sobre el nivel del mar, pero en otros países no ocurre lo mismo. También tenemos locomotoras diésel, incluso en Alemania, por lo que la sustitución de este combustible con hidrógeno y baterías permite electrificar ese medio de transporte. Son ejemplos de cómo el negocio de movilidad de Siemens contribuye en el transporte con emisiones cero netas.
"No hay que esperar a las tecnologías de dentro de 10 años para transformar el mundo"
¿Cómo pueden ayudar las subvenciones en la descarbonización y electrificación?
Vemos que las subvenciones han impulsado la demanda en la movilidad individual, como se aprecia en las ventas de los coches eléctricos en los cinco últimos años. Posteriormente, muchos países vieron reducir los subsidios en la Unión Europea y eso afectó a las inversiones en infraestructuras de recarga. Nosotros hemos tenido un mayor crecimiento en los últimos años, que en el último, debido a la desaceleración de todas las industrias. Por todo ello, tenemos que ver cómo los gobiernos pueden apoyar y acelerar las inversiones en infraestructura de recarga. De esa forma también se venderán más coches eléctricos, lo que puede interpretarse como un círculo virtuoso. Y es ahí donde los gobiernos pueden apoyar la electrificación, con inversiones a largo plazo en las carreteras y en las propias ciudades. Pero para apoyar todo esto, los gobiernos también pueden suavizar las regulaciones para los puntos de recarga de los coches eléctricos en casas multifamiliares o grandes garajes, donde a veces es difícil obtener el permiso.
¿Qué panorama ofrece la electrificación de los camiones?
La electrificación de la flota de camiones es otro asunto importante dónde Siemens está trabajando. Fuimos los primeros en realizar una carga real de megavatios para un camión recientemente anunciado. También hemos comprado la compañía Heliox, especializada en la carga de corriente continua para flotas, autobuses y camiones, con operaciones en Europa Central, Suiza y EEUU. Heliox da continuidad a nuestras operaciones, la integramos con nuestros equipos de Siemens y aprovechamos las fuerzas combinadas para centrarnos en el mercado de carga de flotas, autobuses y camiones.
Acaban de anunciar la construcción de la nueva sede de Siemens en España, en un edificio que se situará a la vanguardia en sostenibilidad. ¿Qué otros proyectos inversiones tienen reservados para el país?
Estamos en España desde hace 128 años. Es un compromiso de muchos años que, por supuesto, continuará. Hemos invertido en el sector ferroviario y todos nuestros negocios tienen en España uno de los principales mercados de Europa. Se trata de un enclave industrial muy importante en los negocios de la movilidad, servicios e infraestructuras. Siemens ha invertido recientemente en España, por ejemplo, con la adquisición de la consultora Innovation Strategies, integrada en Siemens Advanta, que ahora tiene una gran actividad en España.
¿Existe riesgo de crear una Europa de dos o más velocidades por la diferente disponibilidad de los cargadores eléctricos?
Sí. Existen diferencias entre los países, con mercados que invierten en redes de forma más intensa que otros. No todos los países de Europa tienen la misma red de cargadores. En cualquier caso, la electromovilidad es una necesidad común para todos. Los países con menos cargadores o con una red débil de cargadores probablemente tendrán problemas para acompañar el desarrollo del tráfico.
¿Qué se puede hacer para equilibrar esta situación?
Podemos proporcionar nuestra infraestructura, pero los cargadores son una cuestión de cada país. Todos los temas están vinculados entre sí. En mi opinión, la electromovilidad sólo tiene sentido si existe energía renovable. Es decir, tiene que haber energía verde capaz de transportarse al lugar donde se requiere. Y para eso los gobiernos tienen que hacer inversiones. Es decir, hace falta inversión para obtener la fuente de energía adecuada, como la eólica, la solar o las bombas de calor para así reducir la carga fósil y disponer de suficiente capacidad en la red. Este es el mayor cuello de botella en todos los países, la capacidad de la red. Y eso significa que necesitamos un software de red inteligente. Nosotros tenemos el software Grid Scale X, como parte de Siemens Xcelerator, que gestiona las redes de alta tensión, media tensión y baja tensión. Por su parte, los países deben invertir en la red de alta, media y distribución. Este es el requisito para aumentar la capacidad de carga de los coches eléctricos. Por ejemplo, la carga de camiones en una autopista no funcionaría si no hubiera suficiente energía. Es decir, hacen falta inversiones en la infraestructura de recarga y nosotros, como empresa, podemos contribuir en la gestión de la red con software, en el bajo y medio voltaje, a través de nuestra cartera de electrificación y con nuestros cargadores de coches eléctricos. Las inversiones tienen que venir de los países o de inversores privados.
¿Cómo se imagina el cargador eléctrico del futuro?
Sí, se refiere a España, tenemos en el país un gran debate entre diferentes tecnologías, de constructores de sistemas distintos. Pero si pregunta por el futuro de la tecnología común de carga de los coches eléctricos puedo decir que la corriente alterna es sólo para el hogar, de forma que la corriente continua de carga rápida es ahora de 300 y 400 kv. Este es el estándar. La gente no querrá esperar horas para recargar, especialmente en ruta. Tiene que ser rápido, como todo hoy en día, por lo que la velocidad debe ser eficiente. También se está invirtiendo en carga inalámbrica, pero su eficiencia todavía no es la esperada, porque se requiere alta potencia y velocidad.
¿Cómo prevén transformar las industrias con las que trabajan?
Suelo decir que la digitalización es el habilitador, el facilitador de la sostenibilidad. Si hablamos de clientes industriales, por ejemplo, destacó el caso de Mercedes, donde tenemos un gemelo digital para la fuente de energía de toda flota de plantas, con una supervisión en la que interviene la inteligencia artificial. A través de nuestra plataforma aceleradora tomamos decisiones o proponemos decisiones para los clientes. Por ejemplo, sabemos qué fuente de energía utilizar, dónde reducir la demanda o dónde optimizar el consumo de la planta. Y ese consumo lo combinamos con los mundos real y digital, porque es algo real y digital. Ambos mundos se comunican mediante la plataforma de digitalización. Y esta es la forma en que somos capaces de trabajar, por ejemplo, con Heineken en sus instalaciones, ayudándoles con la calefacción, la electrificación térmica y reduciendo las emisiones en sus procesos industriales. Siemens Xcelerator no es sólo una plataforma técnica, sino también un ecosistema con nuestros clientes y socios.
¿Qué tal congenia la inteligencia artificial con la apuesta de Siemens por el Gemelo Digital?
El gemelo digital no es una apuesta, es una realidad. Tenemos Digital Twins en muchas de nuestras industrias, con un uso intensivo de los datos. Así, durante la transición energética, hemos estado construyendo industrias cada vez más eficaces y eficientes y tanta complejidad requiere digitalización. Y cuantos más datos tengas, más se necesitará la IA. No hay un solo día, ni una sola reunión con el cliente en la que no hablemos de cómo la IA puede optimizar un caso de negocio. Y no seríamos capaces de hacer esto sin la base de los datos a las que tenemos acceso antes de que todo estuviera en 10 o 15 plataformas diferentes. También podemos conectarnos a sistemas de otros proveedores o clientes y obtener los datos que afectarán a las industrias.