Energía

Naturgy asume ya como altamente improbable su proyecto Géminis

  • La compañía sigue sin aplicar contablemente los requisitos previos para una escision
  • La operación de BlackRock y la revisión de la retribución regulada por la futura CNE, lo dificultan
Francisco Reynés, presidente de Naturgy

Naturgy se aleja cada vez más del proyecto Geminis. Aunque el presidente, Francisco Reynés, sigue considerando que tiene todo el sentido, la compañía indica en sus cuentas que no resulta "altamente probable" llevar a cabo la escisión. Prueba de ello, es que en las cuentas de los dos últimos años, es decir el mismo tiempo de vida del proyecto, nunca se han podido dar los pasos societarios necesarios para llevar a cabo la escisión.

Con fecha 10 de febrero de 2022, apenas unos días antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania, Naturgy comunicó la decisión de su Consejo de Administración de lanzar un amplio proceso de reorganización. En concreto, la escisión parcial de Naturgy Energy Group, en dos grupos cotizados en las Bolsas de Valores Españolas con perfiles de negocio diferenciados y con una misma composición accionarial, al menos inicialmente.

El primero de los grupos resultantes de la operación de escisión estaría encabezado por la propia Naturgy (MarketsCo) y aglutinaría de forma integrada los negocios liberalizados que comprenden el desarrollo de energías renovables, la cartera de clientes de energía y servicios asociados, el parque de generación convencional y la gestión de los mercados mayoristas.
El segundo de los grupos resultantes de la escisión estaría encabezado por una sociedad de nueva creación, beneficiaria de la escisión (NetworksCo), que aglutinaría todos los negocios dedicados a la gestión de infraestructuras reguladas de distribución y transporte de gas y electricidad.

Desde un primer momento, la operación recibió un rotundo rechazo por parte del Gobierno. A la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, no le tembló el pulso para asegurar que en plena crisis energética la operación no era conveniente.

En aquellos momentos, los rumores sobre una posible operación corporativa sobre la compañía eran crecientes y el interés de alguno de los fondos accionistas por sondear opciones también.

Como solución para dar liquidez ante estas desinversiones, que tendrán que producirse previsiblemente antes de 2027, se planteó la operación Géminis. Transcurridos dos años de parálisis, la situación se complica durante este año 2024 por varios motivos. Por un lado, el desembarco de BlackRock en GIP somete al consejo a una situación de interinidad -aunque esté confirmada su continuidad- hasta que la operación cuente con todas las benediciones sobre el próximo mes de septiembre.

A partir de esa fecha, se producirá otro factor que pone en jaque la operación para los próximos dos años, es decir, el periodo en el que la futura Comisión Nacional de Energía se espera que inicie la revisión de la retribución de los negocios regulados. En un primer momento de la electricidad y al año siguiente del gas natural, un extremo que habitualmente genera una potencial incertidumbre en este tipo de negocios sobre su retribución y que afectaría a la valoración en el prceso de escisión de la compañía.

Con todos estos escenarios, los fondos se resisten a dar por cerrada la escisión por sus requerimientos de liquidez, pero el escenario se ajusta a lo previsto en las cuentas: es altamente improbable.

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