Energía

Repsol construirá el primer almacenamiento de CO2 marino en la costa de Tarragona

  • El Gobierno da dos meses para presentar ofertas competidoras
  • La petrolera cuenta ya con proyectos en EEUU, Indonesia, Brasil y Francia
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol

Repsol acaba de dar un paso histórico para poner en marcha el primer proyecto de almacenamiento de CO2 en territorio español. La petrolera ha solicitado al Ministerio de Transición Ecológica los permisos necesarios para llevar a cabo la investigación de una zona situada en el mar frente a la costa de la provincia de Tarragona.

A partir de ahora, el Gobierno abre un plazo de dos meses para que se puedan presentar propuestas de mejora por parte del solicitante, ofertas en competencia de terceros o que se pueda formular oposición por parte de quienes se consideren perjudicados.

En el caso de que se produjeran ofertas en competencia, la normativa indica que se establecerá la documentación exigible, la forma y plazos de presentación y el procedimiento de adjudicación. Asimismo, se regularán los criterios de valoración, teniendo en cuenta, entre otros, la mayor cuantía de las inversiones y la rapidez de ejecución del programa de inversión.

La propuesta de la petrolera se produce justo después de que el Gobierno haya otorgado ya los permisos necesarios para el cierre del último yacimiento petrolífero en España que se situaba también frente a las costas de Tarragona y de que haya sometido a información pública un nuevo Reglamento de Seguridad Minera.

Enagas cerró también esta misma semana la consulta pública que estaba llevando a cabo para poder conocer las necesidad de CO2 dentro del proceso que está llevando a cabo para analizar el potencial del hidrógeno renovable en España.

Alianzas mundiales

Repsol ha puesto en marcha el mayor proyecto de captura de CO2 en Indonesia, vinculado al megayacimiento de gas natural de Sakakemang. Contempla el transporte y almacenamiento de carbono asociado a la producción de gas natural con un potencial de capacidad de almacenamiento de hasta 1,5 megatoneladas anuales. Además, constituye uno de los más avanzados dentro del portafolio del grupo.

Repsol ha sellado alianzas por todo el mundo para lanzar esta gran ofensiva de almacenamiento de carbono. En Noruega Repsol, a través de su filial en el país, participa en dos proyectos de I+D, ambos iniciados en 2022. Por un lado, se ha asociado con las tecnológicas Moreld Minox y ProSep para desarrollar un nuevo sistema de captura de carbono en alta mar. Se trata de un proyecto piloto, en el que la petrolera aporta conocimiento de la industria y financiación. Tiene como objetivo de reducir el tamaño y el coste de las instalaciones de captura de CO2. El sistema tendrá una capacidad de captura de 200.000 toneladas por año y se puede escalar para adaptarse a una gama de emisiones.

En Estados Unidos, el Departamento de Energía ha seleccionado a un consorcio liderado por Repsol para llevar a cabo un proyecto de captura y secuestro de carbono frente a la costa de Luisiana. La petrolera española firmó en diciembre una alianza con Crescent Midstream, Cox Operating y Carbon Zero US para desarrollar un demostrador sobre la viabilidad del transporte y almacenamiento de CO2 de forma permanente a escala comercial. Se espera que el proyecto contenga hasta 300 millones de toneladas de CO2.

Además, la compañía forma parte de la iniciativa Olga CO2 Research, un proyecto para mejorar el software actual que permite predecir el comportamiento del CO2 tanto en el transporte como en la inyección de CO2. Es una colaboración industrial liderada por la Schlumberger y financiada públicamente a través de la estatal noruega Gassnova. Repsol contribuye con recursos financieros y aportaciones técnicas.

En Brasil , Repsol Sinopec ha anunciado la puesta en marcha del proyecto CO2CHEM para fabricar combustibles sintéticos a partir de dióxido de carbono capturado. También participa en el proyecto DAC.SI, cuyo objetivo es el desarrollo de la tecnología de captura directa de CO2 del Aire (DAC) y evaluación de ubicaciones idóneas para su almacenamiento geológico en rocas basálticas. En la primera fase, la iniciativa tendrá una capacidad para absorber 300 toneladas de CO2 alimentada por paneles de energía solar. Se trata de un proyecto en colaboración con la startup alemana DACMa y la Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul.

Repsol trabaja también en un proyecto conjunto de almacenamiento de CO2 en el Pirineo francés, concretamente, en la zona de Lacq-Meillon. El gestor técnico del sistema galo, Terega, abrió en junio una Convocatoria de Expresión de Interés (CEI), con el objetivo de obtener una imagen más precisa de las necesidades de los diferentes actores regionales, nacionales y europeos para el transporte y almacenamiento tanto hidrógeno como de CO2.

El proyecto Pycasso (Pyrenean CO2 Abatement through Sustainable Sequestration Operation) está destinado a descarbonizar la industria en la zona del Piamonte pirenaico pero también podrá ser utilizada por compañías españolas.

Exigencia de Bruselas

La Comisión Europea se prepara para incrementar las exigencias a las industrias en materia de cambio climático. El Ejecutivo comunitario ha pedido a los estados miembros que den orientaciones en la revisión de los Planes Integrados de Energía y Clima  y en las mismas les recomienda que se establezcan objetivos para la captura y almacenamiento de CO2 para la industria.

Según la Comisión, para alcanzar el objetivo de descarbonización en 2050 será necesario un equilibrio entre las emisiones restantes y las absorciones de gases de efecto invernaderos difíciles de reducir. Por ese motivo, varias actividades como las industrias de gran consumo de energía como el cemento, el hierro y el acero, el aluminio, el papel y la pasta de papel y las refinerías, así como la agricultura -que cuentan con emisiones inherentes a los propios procesos de producción- tendrán que afrontar objetivos para implantar técnicas de captura y utilización de carbono para mitigar las emisiones.

No es de extrañar entonces que entre las compañías que apoyan este proyecto industrial figuren Repsol, ArcelorMittal o Lafarge, así como una treintena de instituciones y actores industriales, entre ellos Teréga, que pretenden estudiar cómo los antiguos yacimientos de gas del suroeste de Francia pueden resultar útiles para descarbonizar las actividades industriales de esa región y del norte de España, regiones que emiten más de 15 millones de toneladas de CO2 al año.

Según indica Terega, este proyecto también debería contribuir a lograr la neutralidad en carbono de los territorios pirenaicos de aquí a 2040. El objetivo es capturar CO2, transportarlo y, a continuación, almacenarlo geológicamente de forma permanente en yacimientos de petróleo y gas agotados de la zona pirenaica del Piamonte. Además, parte de ese CO2 podría utilizarse de diversas maneras, por ejemplo combinándolo con hidrógeno para producir metano y metanol.

Pycasso es un proyecto transfronterizo que creará valor tanto a escala nacional como regional. Tras varias fases de estudio, la primera utilización e inyección está prevista para 2030, con 1 a 3 millones de toneladas de CO2 almacenadas cada año. Está previsto que la fase 2 del proyecto comience en 2035, con 5 millones de toneladas de CO2 almacenadas al año.

Desarrollo tecnológico

Entre otras iniciativas para el desarrollo de las tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono, Repsol canaliza sus esfuerzos junto a sus socios de Oil & Gas Climate Initiative (OGCI) a través del fondo de inversión OGCI Climate Investment, dotado con 1.000 millones de euros. Esta organización agrupa a grandes compañías del sector, y su fondo invierte en tecnologías de descarbonización.

En este ámbito, destaca la inversión en la compañía canadiense Svante, que ha desarrollado una tecnología de captura de CO2 con el potencial de reducir a la mitad los costes sobre otras técnicas actuales, empleando para ello adsorbentes obtenidos a partir de nanomateriales. OGCI también respalda a empresas como Solidia, compañía dedicada a la producción de cemento y hormigón que ha patentado una tecnología que permite emplear CO2 en lugar de agua en el fraguado del hormigón.

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