España tiene un 'plan b' a la propuesta de la Comisión Europea para reducir hasta un 15% el consumo de gas hasta primavera si Rusia corta el suministro a Europa. El Ministerio de Transición Ecológica propondrá a sus socios europeos como medida de solidaridad actuar sobre la oferta de gas natural en vez de sobre la demanda para llevar al máximo los envíos de gas hacia el resto de Europa a través de sus infraestructuras.
Según fuentes del departamento dirige la vicepresidenta Teresa Ribera referidas por Europa Press, el planteamiento de España busca poner en valor sus infraestructuras y que se tengan en cuenta las exportaciones de gas al resto de la Unión Europea con relación a los últimos cinco años.
La media de las exportaciones españolas de gas natural de los últimos cinco años es de dos teravatios hora (TWh) al mes y el país podría llegar con sus infraestructuras a 6,7 TWh al mes.
España podría aportar un 13% del gas que Bruselas busca ahorrar hasta marzo
Esta será la contraoferta que Teresa Ribera, primera representante de un Estado miembro en oponerse al plan de Bruselas, pondrá sobre la mesa este próximo martes en el Consejo de Ministros de Energía en responder a la propuesta de la Unión Europea, que, en concreto, pasa por una reducción solidaria del consumo lineal del 15% con relación a la media del consumo de los últimos cinco años de cada país, siendo incluso obligatorio en caso de alerta para la seguridad de suministro.
Bruselas quiere ahorrar 45 bcm (millardos de metros cúbicos) de gas entre agosto y marzo y España puede aportar 5,6 bcm en este período de ocho meses. Traducido a buques metaneros, si la UE necesita unos 450, España podría responder con en torno a 57, casi el 13%.
En total, España cuenta con seis plantas regasificadoras en activo que representan un tercio de la capacidad de regasifición de toda la UE y un 44% del potencial de almacenamiento comunitario de gas natural licuado (GNL).
Además, hay una séptima planta, la de El Musel (Gijón), que nunca llegó a operar desde su construcción pero que recientemente ha recibido el visto bueno para su puesta en marcha y que se presenta como clave para exportar gas a los socios europeos.
Según esas fuentes, España está estudiando cómo incrementar la capacidad y la solidaridad a través de El Musel per también mediante otras opciones, como el envío de gas a Livorno desde Barcelona o aumentando la capacidad de los gasoductos con Francia.
De interconexiones por tubo con Europa, existen las de Larrau (Navarra) e Irún (País Vasco), ambas con Francia, que permiten exportar casi 7 bcm al año, y está sobre la mesa un tercer proyecto de conexión pirenaica, la conocida como Midcat, y otro gasoducto submarino con Italia.
Junto a estas propuestas, España planteará en el Consejo de Ministros de Energía del próximo martes el impulso de las medidas de ahorro y eficiencia energética.
El rechazo al plan de racionamiento crece en Europa
Primero fue España. Ribera abrió la veda de la rebelión contra la propuesta: "A diferencia que otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético", dijo.
Le siguió Portugal. El secretario de Estado portugués de Ambiente y Energía, Joao Galamba, señalaba ayer en una entrevista al diario luso Público que su país "se opondrá" al plan por considerarla "desproporcionado".
Después Grecia, cuyo Gobierno también recordó que "hace todo lo posible para que no sea necesario implementar recomendaciones de este tipo".
Polonia, Chipre, Hungría... la lista de rechazo va en aumento a pocos días de que el Consejo Europeo del 26 de julio discuta la medida.