
La junta general de accionistas de Enagás, celebrada este jueves, ha ratificado a Arturo Gonzalo Aizpiri como consejero delegado, que sustituya a Marcelino Oreja y asumirá los poderes ejecutivos. Asimismo, la junta ha aprobado la renovación de Antonio Llardén como presidente no ejecutivo por un nuevo mandato.
Con esta decisión, culmina el proceso emprendido en 2012 cuando se incorporó la figura de consejero delegado a la compañía. Los accionistas también han dado luz verde a la renovación de Ana Palacio como consejera independiente y el nombramiento -también como consejeros independientes- de David Sandalow, Manuel Gabriel González Ramos, Clara García Fernández Muro y María Teresa Costa Campi, cuya incorporación se anunció cuando todavía ocupada el cargo de consejera externa dominical a propuesta de la Sepi en Red Eléctrica.
Con estos cambios, el número de mujeres en el consejo de administración supera el 40%, más del 70% de consejeros serán independientes y "se lleva a cabo una cierta renovación de los consejeros para afrontar los nuevos retos que la compañía tiene en el proceso de descarbonización de los próximos años, dando también continuidad a su papel clave como TSO (transportista de gas natural) y operador de infraestructuras energéticas".
Dividendo de 1,70 euros
La junta general de accionistas de Enagás también ha aprobado el pago de un dividendo correspondiente a 2021 de 1,70 euros brutos por acción, lo que supone un aumento del 1% anual, en línea con la estrategia de la compañía.
Asimismo se han aprobado las cuentas de la compañía en el pasado ejercicio, cuando obtuvo un beneficio neto de 403,8 millones de euros, lo que representa una caída del 9% con respecto al ejercicio anterior, pero le permite superar ampliamente el objetivo establecido para el año de 380 millones de euros.
Interconexiones
Arturo Gonzalo ha anunciado que Enagás, en coordinación con el Gobierno y el resto de operadores gasistas de los países europeos del entorno, está valorando las distintas opciones técnicas para reforzar y completar las interconexiones gasistas en España, de modo que puedan transportar tanto gas natural como hidrógeno.
"España está bien posicionada en este nuevo contexto en el que se refuerza la idea de gestión cooperativa de infraestructuras y capacidades complementarias entre Estados", ha explicado. La compañía ya está trabajando en esa dirección para sumar esfuerzos, pues asegura que acelerar la transformación del sistema es la mejor respuesta a la fragilidad energética.