
National Grid se ha hecho con Western Power Distribution, la filial británica del grupo estadounidense PPL, por 7.800 millones de libras (unos 9.000 millones de euros) en efectivo, y otros 7.000 millones de deuda, lo que supone un valor total para la operación de 16.000 millones culminando una puja en la que también se había interesado Iberdrola, Enel y Macquarie que habían llegado a la fase final. La operación transformará la empresa mientras se prepara para un futuro con bajas emisiones de carbono.
El operador británico también tiene previsto vender su participación mayoritaria en su negocio de redes de gas a finales de este año, ya que el combustible fósil está siendo objeto de un creciente escrutinio por parte de los inversores y los activistas.
El acuerdo además incluye la venta del negocio de National Grid en Rhode Island en Estados Unidos a PPL.
Según indicó ayer la compañía a la SEC, PPL recibirá una cantidad adicional de 548.000 libras por cada día entre el 1 de enero de 2021 y la fecha de cierre, en lugar de los dividendos de Western Power para ese período.
La finalización de la venta se espera que ocurra dentro de los cuatro meses siguientes a la firma y está sujeta a la aprobación de la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (la "FCA"), la Comisión de Servicios Financieros de Guernsey y, si está en vigor antes del cierre y en la medida en que sea aplicable, el permiso del Secretario de Estado en relación con el U. K. National Security and Investment Bill 2020, así como la obtención por parte de National Grid de la aprobación de sus accionistas.
Por otro lado, PPL adquirirá Narragansett Electric de National Grid en una operación valorada en 5.300 millones de dólares, (4.350 millones de euros) incluida la asunción de aproximadamente 1.500 millones de dólares (1.260 millones de euros) de la deuda de Narragansett Electric. La empresa tiene previsto utilizar una parte de los ingresos de la venta de WPD para financiar la adquisición.
Iberdrola, Enel y Macquarie fueron de los últimos participantes en entrar en la puja para hacerse con la compañía británica Western Power Distribution.
Enel, por su parte, ha asegurado hoy que no llegó a presentar una oferta por los activos de la británica.
La operación de compra culmina varios meses de idas y venidas en un proceso que se ha prolongado casi dos años y en el que se han interesado un buen número de participantes tanto industriales como fondos de inversión.
La irrupción de Iberdrola en el proceso sorprendió, ya que la eléctrica llegó a negar su interés en esta operación en septiembre del año pasado cuando estaba inmersa en los últimos flecos de la negociación de compra de PNM Resources en Estados Unidos.
Finalmente, la compañía que preside Ignacio Galán decidió lanzarse a por esta operación ante un giro estratégico que está llevando a cabo la compañía para centrarse mucho más en el negocio de redes en el que ha cerrado más de una decena de operaciones en los últimos años.
Naturgy se interesó
Naturgy, por su parte, mantuvo contactos preliminares con la aseguradora alemana Allianz para forjar un consorcio en el que también participaba China Southern Power Grid pero rápidamente decidió salirse de la venta que pretendía financiar con la incorporación de un socio al negocio de distribución eléctrica en España.
En lo que respecta a los fondos, como potenciales compradores de WPD aparecieron el australiano Macquarie Group -que ha llegado a la recta final- los canadienses Brookfield y Ontario Teachers' Pension Plan (OTTP), el británico Dalmore Capital y el estadounidense GIP mientras la matriz de la compañía, la estadounidense PPL, se acercó también a otras empresas de servicios públicos para calibrar su interés en este proceso de licitación.
Oferta conjunta
Macquarie acudió a la puja con una oferta conjunta con el fondo de pensiones holandés APG y el Public Sector Pension Investment Board de Canadá. A Enel se unieron Equitix y la aseguradora alemana Allianz y se desconocía si Iberdrola contaba con algún socio en la puja.
La eléctrica italiana, accionista de control de Endesa, entró en la puja este pasado mes de enero, tal y como adelantó elEconomista y contó con Rothschild como asesor para analizar su participación.
PPL, por su parte, contó con JP Morgan como asesor financiero en el proceso de venta de WPD y con Ashurst como asesor legal.
Western Power Distribution suministra electricidad a casi ocho millones de clientes en Reino Unido, fundamentalmente en las Midlands, el suroeste y Gales. Se integra por cuatro distribuidoras que tienen un historial de rendimiento óptimo, con más ingresos por incentivos bajo la regulación británica que cualquier otro grupo.
Casi 8 millones de clientes
Wester Power Distribution (WPD), controlada al 100% por PPL Corp, eléctrica estadounidense con sede en Allentown (Pensilvania), contaba al cierre de su último año fiscal (marzo de 2020) con 7,9 millones de clientes en Reino Unido. Suma 90.000 kilómetros de líneas eléctricas aéreas, 136.000 kilómetros de redes subterráneas y 189.000 kilómetros de transformadores, según los últimos datos oficiales.
La venta de la unidad Western Power se coloca entre las mayores transacciones en el Reino Unido en los últimos 20 años, según los datos recopilados por Bloomberg y es una de las mayores transacciones anunciadas en Europa en 2021.
Relacionados
- Iberdrola pone el foco en crecer en redes tras comprar CEB-D en Brasil
- Enel, dueña de Endesa, entra en la lucha por la filial británica de PPL por 14.000 millones
- Así crea Iberdrola un gigante de 40.000 millones en Estados Unidos
- Iberdrola compite en la subasta eólica marina de Nueva York con un parque de 3.000 millones