Repsol acaba de anunciar un ambicioso plan de choque para hacer frente a la caída de los precios del petróleo y el efecto del coronavirus. La batería de medidas presentada por la petrolera está valorada en alrededor de 3.150 millones de euros pero no afectará al pago del dividendo previsto para los accionistas que alcanzará, tal y como se había anunciado, un euro por acción, ni incluye despidos, ni ERTE. La compañía se une así al largo listado de petroleras internacionales que han presentado medidas para paliar esta situación.
Repsol ha puesto en marcha el llamado 'Plan de Resiliencia 2020' que considera un entorno con un petróleo Brent promediando en 35 dólares por barril desde abril a diciembre y un precio del gas Henry Hub en 1,8 dólares /MBtu.
El Plan de Resiliencia supondrá la puesta en marcha de reducciones añadidas de gastos de más de 350 millones y un recorte de las inversiones de más de 1.000 millones de euros, así como optimizaciones del capital circulante próximas a 800 millones respecto de las métricas inicialmente presupuestadas.
Con todo ello, incluso en este escenario a la baja, la deuda de Repsol no se incrementará en 2020 respecto a la del cierre del ejercicio 2019.
El objetivo financiero de la compañía será preservar la solidez del balance financiero y el grado de inversión crediticio. De hecho, hoy mismo S&P ha revisado las calificaciones y únicamente ha cambiado la perspectiva de la petrolera de positiva a estable.
Repsol cuenta asimismo con una holgada liquidez que le permite cubrir sus vencimientos de deuda a corto plazo y más allá, hasta el año 2024, sin necesidad de refinanciación.
Dividendo
La petrolera mantiene el dividendo previsto y por lo tanto confirma que la remuneración al accionista prevista para el mes de julio ascenderá a 0,55 €/acción, que será satisfecha bajo la fórmula de scrip dividend, una vez sea aprobada por la Junta General de Accionistas.
Asimismo, la Compañía tiene previsto que el ex-date de dicho scrip dividend sea anterior al tercer viernes de junio de 2020 y que el pago en efectivo a los accionistas que opten por vender los derechos de asignación gratuita a Repsol se realice en julio de 2020.
Repsol mantiene también su previsión de realizar una reducción de capital mediante amortización de acciones propias de la Sociedad, dirigida a compensar el efecto dilutivo de la fórmula de scrip dividend.
Adicionalmente, el Consejo ha decidido no incluir en el orden del día de la próxima Junta, que se celebrará el 8 de mayo, la propuesta de reducción del 5% de la cifra del capital social de la Compañía a 31 de diciembre de 2018 que acordó en julio de 2019, debido a la actual situación, al igual que también han hecho otras compañías.
Repsol ha decidido posponer la presentación del Plan Estratégico 2020-2025, prevista para el 5 de mayo, hasta el momento en que se vislumbre una mayor estabilidad social y de negocios.
La petrolera reafirma su compromiso de liderar la transición energética, en línea con los objetivos de la Cumbre de París y los de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, manteniendo sus objetivos de reducir en 2020 un 3% el Índice de Intensidad de Carbono respecto a 2016, aumentar significativamente la capacidad de generación renovable y disminuir las emisiones de CO2 en todos los negocios.
Con todo ello, en estas condiciones extraordinarias, Repsol asegura a corto plazo la solidez de su balance al tiempo que sigue avanzando hacia la meta de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050, y apostando por su transformación en una multienergética líder en el suministro.