
Red Eléctrica ha vivido a lo largo del último año y medio una batalla campal, que tiene un claro perdedor: Jordi Sevilla. Todo comenzó el 31 de julio de 2018 con el anuncio del relevo de José Folgado, tras la moción de censura en la que fue destituido Mariano Rajoy y Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. El presidente del Gobierno premiaba con un puesto en el Ibex 35 al autor del programa económico del PSOE en 2015, después de que éste hubiese rechazado un puesto en su Gabinete por la escasa retribución.
Sevilla llegaba a Red Eléctrica con intención de mandar. El exministro de Administraciones Públicas no quería una presidencia como la heredada de Folgado, sin poderes ejecutivos, con el sueldo más bajo del Ibex y sin blindaje. Por ese motivo, las primeras decisiones iban encaminadas a ningunear al consejero delegado, Juan Lasala, y nombrar a directivos de su confianza en áreas clave de la compañía.
El ya expresidente de REE llegaba con fuerza. El apoyo de Moncloa era total, lo que le dio fuerza para aprobar en apenas un mes su primera reorganización. En la misma comenzó a librarse de algunos directivos incómodos, con los que pactó su salida e inició un lento asalto al poder. Para ello, creó la Dirección Corporativa de Sostenibilidad y Relaciones Externas, que reportaría directamente a la presidencia, y entraría en el Comité Ejecutivo. Al frente situaba a Fátima Rojas, que dirigía la Dirección de Sostenibilidad e Innovación, y que con el tiempo se convirtió en el brazo ejecutor del presidente.
En dependencia directa de Rojas se colocó a Marta Matute, compañera suya en Agenda Pública, una alianza creada entre Llorente y Cuenca -donde trabajaba anteriormente- y El País, con la que posteriormente se volcaría REE en temas de sostenibilidad.
A la compañía volvió también Antonio Calvo, procedente de la Universidad Nebrija y anterior director de comunicación con el exministro socialista Luis Atienza, para ocupar la Dirección de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad. Junto a él se incorporó el anterior alcalde socialista de Cuenca, Juan Ávila, para dirigir el Departamento de Innovación social.
Sevilla comienza a tomar el control de la compañía y a restarle funciones al consejero delegado
Asimismo, Sevilla realiza algunos movimientos entre profesionales de la casa, como la creación del Departamento de Coordinación con Organismos Internacionales, que estará integrada en la Dirección de Estrategia y Control y que dirigirá Inés de la Barreda. En la dirección de Transporte separa el departamento de Líneas del de Medio Ambiente. El primero lo dirigirá María Soler, mientras que Fernando Crespo llevará los asuntos medio-ambientales.
Con esta primera medida, Sevilla comienza a tomar el control de la compañía y a restarle funciones al consejero delegado y muestra sus intenciones en el III Foro de energía de elEconomista, donde indica que pretende convertir REE en el centro de la gestión de la transición energética, un extremo que disgustó en el Ministerio, puesto que se interpretó como un intento de marcarles el paso.
Compra de Hispasat
Sobre la mesa del nuevo presidente figura uno de los asuntos más calientes de la economía nacional, que no pudo cerrarse en el mandato de Álvaro Nadal en Energía: la operación de venta de Abertis y su posterior salida de Hispasat.
Nadal había planteado duras exigencias para permitir la operación y no quería que nadie ganara dinero en la transacción, pero su salida del ministerio deja la operación empantanada.
Con la entrada de septiembre, Sevilla asegura que no tiene interés en hacerse con Hispasat por los riesgos de rebaja de rating. La explicación supone un primer jarro de agua fría en el Gobierno, que tiene que plantearse la entrada en el operador de satélites de otras compañías como Indra -que no tiene la suficiente capacidad financiera- o de Telefónica, -que no muestra interés por su elevado nivel de endeudamiento-, lo que fuerza a volver al esquema inicial planteado por el anterior Ejecutivo.
Entre tanto, el presidente de Red Eléctrica celebra su primera rueda de prensa y anuncia en plena crisis, por la fuerte subida de la tarifa eléctrica, la intención de la empresa de invertir 7.000 millones hasta 2025, prácticamente duplicar el ritmo de inversión en redes.
El anuncio provoca la primera reacción airada del Ministerio de Transición Ecológica y lleva a la empresa a pedir rectificaciones sobre las cifras publicadas, que los medios no corrigen.
Ribera es consciente de que la CNMC trabaja ya en la revisión de la retribución, que supondrá un importante recorte para las redes, y quiere además que sean más eficientes. Sobre la mesa de la ministra está la advertencia de la CNMC de abril de 2018 sobre la elevada deuda de REE. Por contra, Sevilla ha planteado operaciones de compra alternativas e incluso la intención de hacerse con la gestión de la red de fibra de Correos.
Sevilla lanza su primer intento de ponerse un blindaje y subirse el sueldo
El 13 de febrero, Red Eléctrica anuncia la compra de Hispasat y Sevilla lanza una cortina de humo para justificar la información errónea dada al mercado asegurando que ha sido una estrategia negociadora. Inmediatamente después, como el propio Sevilla había vaticinado, comienzan a llover las críticas por parte de analistas y agencias de calificación. S&P asegura que tiene un "ajuste estratégico complejo", Moody's empeora la perspectiva a estable y Fitch amenaza con rebajarles el rating, una advertencia que cumplirá tras dos meses.
En el ínterim, Sevilla lanza su primer intento de ponerse un blindaje y subirse el sueldo, pero la inminencia de otras elecciones, la compra del operador de satélites, las advertencias sobre la deuda y el previsible recorte que viene hacen que el consejo no acceda a la petición y se limite a darle una patada hacia delante, incluyendo en la documentación de la junta que se acordó revisar la política de remuneración para adaptarla a la situación del mercado -es decir, un incremento considerable-, pero se añade que no se ha considerado adecuado "en este momento" un incremento de la retribución del presidente y del consejero delegado.
Con esta premisa, la junta pasa con tranquilidad, pero los problemas siguen creciendo con la rotura de la interconexión con Francia.
Consejeros Independientes
Sevilla se refuerza en mayo en el consejo y encarga a tres consejeros independientes -Carmen Gómez de Barrera, Antonio Gómez Ciria y María José García Beato- que elaboren un documento, en el que se esboza la estrategia de gobernanza de la compañía y que utiliza el presidente para quitar a Lasala y nombrar a Roberto García Merino.
En dicho documento se plantea la recuperación de poderes ejecutivos por parte del presidente, que tenía previsto llevar a un consejo antes de la junta general, así como una reorganización societaria para adaptarse a los recortes planteados por la CNMC.
La propuesta recoge traspasar activos de gestión como recursos humanos o financieros a la corporación, sin coste alguno para la misma, y cobrarle un margen de entre un 25% y un 35% por dichos servicios a la regulada para, posteriormente, repercutirlo en la tarifa eléctrica.
Sevilla reiteró la semana pasada la intentona, lo que forzó la intervención de la ministra Ribera
Este intento, que perjudicaba a los consumidores, no contó con el apoyo de Teresa Ribera y fue la consejera dominical de Sepi, Maite Costa, la encargada de transmitirle su rechazo a Sevilla en noviembre.
Tras este primer intento, el hasta ahora presidente de REE volvió a plantearlo en diciembre, pero el punto no se trató, lo que provocó la amenaza de dimisión de Sevilla.
El presidente no ejecutivo, que quería aprovechar el vacío de poder en la Sepi, reiteró la semana pasada la intentona, lo que forzó la intervención de la ministra Ribera, que le llamó a capítulo para informarle de que no contaba con el apoyo del Gobierno.
Ante la negativa, Sevilla optó por dar el portazo tras su enésimo en-frentamiento con Ribera y desamparado tras buscar el respaldo de los otros departamentos representados en Sepi (Economía, Hacienda y Defensa).
La salida de Sevilla se salda, además, sin apoyo por parte del consejero delegado
Sevilla elaboró una carta para su dimisión, en la que se arroga como éxito la potencia renovable instalada, aunque no hace referencia a las inversiones de la compañía y el secretario del consejo se ve forzado a enviar un críptico comunicado a la CNMV sobre su salida.
Ante esta situación, la CNMV tuvo que exigir el miércoles al secretario del consejo que especificara los motivos de la dimisión, ya que, si como han relatado, se debía a una injerencia por parte del Ejecutivo, la situación podría ser constitutiva de algún tipo de infracción.
La salida de Sevilla se salda, además, sin apoyo por parte del consejero delegado, ni de los directivos, ya que no ha habido más dimisiones, ni tan siquiera los más cercanos. De hecho, en la respuesta enviada al regulador no se da ni un solo paso más sobre los motivos aludidos por el exministro.
Cuentas sin firmar
La Junta podría sufrir retrasos por culpa de la espantada del presidente. Su dimisión se produce antes de cerrar el ejercicio y deja las cuentas sin firmar, lo que supone que deberá asumir ese protagonismo la consejera coordinadora, Carmen Gómez del Barrio, si no hay antes una propuesta de nombramiento.
El portazo de Sevilla se produce por sus constantes fracasos en las intentonas que ha llevado a cabo durante el año y medio que ha estado al frente de la compañía.