
Correos cerrados, comunicados destruidos y canales de conexión eliminados. El excomisario de policía José Manuel Villarejo aseguró a BBVA que se había desecho de parte de la información relativa al espionaje que llevó a cabo para el banco una vez finalizado el trabajo. El equipo del exinspector remitió al jefe de Seguridad de BBVA, Julio Corrochano, un documento final en el que se reflejó una cronología de cómo se sucedieron los trabajos desde el inicio de la contratación por parte de la entidad hasta las conclusiones tras lograr abortar el asalto de Sacyr al banco. El texto, fechado a marzo de 2005, señala a su inicio que en el momento de la elaboración de dicho informe "cabe la posibilidad de que la compilación de actuaciones no pueda ser en principio completa. Esto se debe a que, por razones de seguridad, no se guardaron la mayoría de los comunicados, que se transmitieron verbalmente al responsable del dispositivo", expone el informe al que ha tenido acceso elEconomista.
A continuación, señala que el equipo de Villarejo solo ha tenido comunicación con un único interlocutor del banco, en referencia a Corrochano, "en entrevistas concertadas" y, en menor medida, a través de canales exclusivos de comunicación "que han sido eliminados una vez finalizados el proyecto". "Igualmente, han sido desactivadas las direcciones de correo creadas al efecto", señala el texto. Los papeles del excomisario de policía también revelan que la investigación realizada para BBVA se ha reflejado en un exhaustivo seguimiento con informes escritos semanales, "si bien, acontecimientos y situaciones concretas han aconsejado el mantenimiento de controles puntuales y contactos frecuentes, que en momento de mayor ebullición han sido diarios".
Precisamente, Villarejo se reunió en enero de 2005 con el exjefe de Seguridad del banco en una cafetería de El Corte Inglés que fue grabada por el exinspector, presuntamente, sin conocimiento de su interlocutor. En este encuentro, Corrochano pide al excomisario que le dé cuatro o cinco informaciones para que él le pueda transmitir al "presi" (Francisco González, entonces presidente ejecutivo de BBVA) noticias al respecto cada 10 o 15 días. En la conversación se desvela como la referencia a González se hacía a través de "el presi" o "el señorito". De hecho, Villarejo le habla de otras informaciones relativas a una fusión de las dos cajas catalanas que el Gobierno de Rodríguez Zapatero planeaba en aquella época aunque finalmente no se llevó a cabo, sobre las que el excomisario pregunta que no sabe si le interesaría "a tu señorito". Del mismo modo, más adelante, Corrochano asevera que al "señorito" le interesa todo.
Investigaciones abiertas
BBVA aseguró el pasado miércoles que, para llevar a cabo la investigación interna que realiza el banco sobre los contratos con Villarejo que implican las supuestas y masivas intervenciones telefónicas, ha contratado a PwC, al despacho Uría y Menéndez, y al bufete Garrigues. Fuentes de la entidad aseguraron que se estaban investigando todos los correos electrónicos de toda la organización, incluidos los de la cúpula y los del ahora el presidente honorífico, Francisco González. No obstante, y según la información de Villarejo, los correos electrónicos utilizados para el traspaso de información entre banco y cliente fueron "desactivados".
El grupo financiero inició esta investigación interna en junio de 2018, poco después de que se conociera por primera vez que BBVA había contratado a Villarejo para que siguiera los movimientos de Ausbanc. Esta asociación de consumidores estaba presidida por Luis Pineda, hoy en prisión preventiva por la presunta comisión de varios delitos, entre ellos la extorsión a empresas. Pineda, según la investigación que lleva a cabo la Audiencia Nacional, utilizaba Ausbanc para supuestamente extorsionar a empresarios a cambio de que colaboran con ingresos publicitarios en la red de publicaciones de la asociación. En contraprestación, el cabecilla de la agrupación prometía retirar la acusación de las causas judiciales contra entidades o empresas en las que la asociación estaba personada con el supuesto objeto de defender los intereses de los clientes.
Tras conocerse el supuesto espionaje masivo de Villarejo para el banco a miembros del gobierno socialista entre 2004 y 2005 y a relevantes empresarios del país, BBVA ha ampliado el alcance de la investigación interna. Además, la Audiencia Nacional también investiga en dos causas distintas los contratos de la entidad con el excomisario. La primera pieza se abrió el pasado mes de junio y la segunda, este enero.